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JK POV-

Me hubiera gustado seguir durmiendo, me hubiera encantado, de hecho, pero el no sentir a Taehyung a mi lado me hizo despertar.

Camino hacia el baño, pienso lavarme el rostro para mantenerme despierto y ahuyentar el sueño... y la hinchazón de mi cara que siempre aparece después de dormir.

Me miro al espejo. Mis músculos han disminuido en cierta cantidad, debido a que no he estado entrenando. Pero lo compensa si el no entrenar equivale a más tiempo con mi pareja.

Seco mis manos con la toalla especial para ello y me vuelvo a mirar al espejo.

—¿Debería cortarme el cabello? —murmuro para mí mismo.

Estoy a punto de responder a mi pregunta cuando lo que parece ser llanto llama mi atención. No me doy el tiempo de analizarlo, si acaso era lo que había interpretado o no, solo salgo del baño lo más rápido que puedo, dirigiéndome a la sala principal, que era de donde provenía el sonido, a mi parecer.

La escena con la que me encuentro me deja plasmado. Era Taehyung frente al sofá, arrodillado, gritando en llanto y jalándose el cabello. Del otro lado estaba Taemin, de pie, que a pesar de dedicarle una mirada intensa de desprecio a su hermano, contaba con los ojos al borde de derramar. Más allá, escondido detrás de las paredes, veo a quien reconozco como el supuesto primo de Mingyu.

Jimin, quien miraba la escena con una casi inexistente sonrisa en el rostro.

Ardo en furia. Por la posición de Jimin puedo suponer que Taehyung no se había percatado de su presencia, por lo que si se enterase de ello, se pondría peor. Así que decido llamarle la atención únicamente al mayor de los presentes.

—¡Taemin! —Llamo su atención— Hijo de perra. ¿Qué has hecho? —Corro hacia él, lanzándome con un puñetazo en la sien el cual lo hace caer hacia un lado. Mínimamente debí haberlo noqueado con eso.

Mientras me dirijo a Taehyung, veo de reojo cómo Jimin corre a socorrer a Taemin.

—Taehyung... Taehyung por favor mírame... —quise acariciar su cabeza, pero se apartó rápidamente.

—¡No, no! ¡Déjame, por favor déjame! —Taehyung está tan sumergido en su cabeza, que supe que por lo que estaba pasando era un ataque de pánico.

—Taetae... Tae soy yo, soy Koo, por favor respira, estás a salvo conmigo. Puedes hacerlo, ¿sí? Por favor... —evito contacto para poder darle espacio, así logrará respirar adecuadamente.

Me doy cuenta de que su respiración poco a poco logra estabilizarse, por lo que me doy la libertad de acariciar mínimamente el dorso de su mano, intentando así que pueda ceder el agarre entre sus dedos y su cabello.

—Koo... —susurra de manera casi inaudible. Aún le cuesta movilizarse, pero hace el intento de acercarse a mí.

—Tranquilo, tranquilo Tae, sin prisa, estoy aquí contigo, no me iré a ningún lado —entrelazo nuestras manos, acariciando con mi pulgar la extremidad contraria, mientras que con mi izquierda acaricio su cabeza intentando calmar el dolor de cuero cabelludo que debe sentir.

—K-Koo, y-... yo te ju-juro que estaba siendo... si-siendo fuerte pero... —toma aire, ya que las hipadas le dificultan el habla— pero las voces en mi cabeza fueron más y-y-y más fuertes y yo... yo no pude sopor-portarlo, perdón por no ser... tan fuerte... como tú.

—No te preocupes, Tae, las personas tienen límites —seco una escasa lágrima que recorre su mejilla—. No sé qué te dijeron, pero si aquello superó tu límite, está muy bien que llores, Tae. Yo también lloro, todos lo hacemos alguna vez, y está completamente bien.

Logro que Taehyung sonría un poco. Acaricio su nuca y hago que repose su cabeza en mi hombro. Giro mi cabeza hacia donde deberían estar los victimarios, pero lo único que logro ver es la espalda de Jimin cruzando la puerta principal con Taemin en brazos. Iría tras ellos para encararlos, pero mi prioridad ahora es Taehyung.

—Volvamos a dormir, ¿te parece si te llevo a la cama y luego te llevo un vaso con agua? —Taehyung asiente vagamente con la cabeza. Sonrío y acerco mis labios a su oreja— Mañana es tu gran día y tengo una gran sorpresa para ti, hubby.


La tarde cayó en eso. Taehyung logró conciliar el sueño luego de un rato, pero yo no. Me quedé acariciando su cabello, atento por si volvía a recaer. Las hipadas seguían presentes, supongo que tuvo que afectarle en demasía todo esto.

¿Será momento de, después de meses, enviar un mensaje a Mingyu?

Your Eyes Tell | TK 承Donde viven las historias. Descúbrelo ahora