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Si las mejores familias tienen secretos, las malas tienen el premio

En algún café en Bélgica
Domingo, 5:50pm

Ariana

—[...] esa es toda la historia —finaliza, observando mi reacción. Escruta mi mirada, buscando algún signo de alarma, aborrecimiento o algo parecido pero no hay nada— ¿Y? —insiste.

Me encojo de hombros dándole un sorbo al chocolate caliente. Sus ojos me siguen en todo momento, aún buscando alguna reacción pero ¿qué puedo decir? o ¿sentir? Fui criada bajo el mismo techo, soy tan fría como ellos. Nada me sorprende ni menos todo lo que acaba de contarme cosa que debió salir de boca de papá e incluso de mamá pero en esa mansión se guardan secretos y perversiones como si fuese el Vaticano.

Aunque se que llegaría el día donde toda la se volviera en contra de los Vecchio y ahora, en este café, estoy asegurándome de ello.

Viene por nosotros. No, va por Lucrecia. La odia de una forma en la que no se podría explicar, aunque parte de ello es a causa de su madre. Por lo menos yo no, así que no lo comprendo y tampoco comparto su visión. Hay vacíos en su historia, una laguna negra de una mentira por lo que ha forjado ese sentimiento de rencor en él y esa nube negra tiene nombre. 

Estoy alejada de las armas porque no soy fanática de buscar más problemas, suficiente con llevar el apellido para saber qué soy un flanco para las venganzas. Preferí el camino del estudio y esfuerzo constante aunque fui obligada a aprender defensa personal, uso de armas, tácticas. Todo como un guardia más de la mafia. Solo para defenderme en caso de ser un objetivo de la CCFE o cualquier lunático con problemas de preservación de su vida.

Desde que tengo uso de razón y la utilizo para sumar dos más dos entendí quien es Marcos Vecchio y Fiorella Mancini. Mamá proviene de una familia donde la maldad viene adquirida en el ADN, son generaciones de asesinos. Lo mismo sucede con papá pero estos si tienen un poder máximo, el cual todos desean.

Esa maldita corona.

Aún Lucrecia no ha sido coronada como la sucesora de papá y ya quieren echarle el diente. Está claro que ahí la asesinarán, saber quien será es complicado por ello se ha reforzado la seguridad de los Vecchio e incluso los Santorini. Es una nueva presa, con más agilidad, inteligencia, belleza, habilidades aún no descubiertas a ciencia cierta y con el poder de mover masas, además de tener a su lado a Eros, porque aunque sea difícil de creer ese hombre destila fascinación y posiblemente devoción por ella.

—Acepté verte sólo para entregarte esto —deslizo un sobre por la mesa—. No para entender o convencerme de la locura que piensas hacer —le dejo en claro.

—Lo deduje cuando no reaccionaste a lo que te conté —resopló cayendo hacia atrás en la silla—. Sin duda esa familia es peor que el veneno, ¡ya te han corrompido como ellos!

—Va en nuestro genes —me encojo de hombros restándole importancia—. Somos dioses y mounstros, linaje de depredadores —le recuerdo luego de darle un sorbo al café

—Claro que sí —en su rostro aparece una sonrisa maliciosa viéndose condenadamente atractivo

—No —digo tajante—, no voy apoyar tu idea de...¿¡asesinarlos!? —susurro histérica 

—¿Por qué no? —frunce el ceño—.Ellos te hicieron una bestia también, dentro de unos años quizá deba perseguirte para quitarte la cabeza —comenta burlón, sus brazos cruzados sobre su regazo le dan un aire despreocupado junto a su atuendo informal de cazadora, jeans oscuros y una camiseta verde militar, unas chapas como collar y una gorra con el dorso hacia atrás

Reina Italiana [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora