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Traigamos la ficha que falta y ataquemos sin piedad

Lucrecia

El haber realizado una bienvenida para Sharaf, Amin y Memet fue un auténtico desastre. La esclava se salió de control y uno de esos desgraciados terminó matándola a golpes. No entiendo una mierda, Betty no ha dado la cara por la mansión para darme el reporte completo de la noche ya que está al pendiente de Sharon mientras le hacen las curas en la clínica. Quiénes me comentaron algunas cosas de lo que sucedió fueron Eros y papá durante el desayuno.

Me tomé una noche para recuperar la fuerza necesaria y así planificar como envolver a estos mendigos árabes a unirse a la causa contra la CCF pero los ratones hacen fiesta cuando quien impone el orden no está.

Ineptos, no sirven para nada cuando no estoy detrás de ellos gritándoles y haciéndolos besarme los pies.

Así es que les gusta, lamerme el culo y ser tratados mal para después ir despotricando por cada lugar sobre lo neurótica que soy, mala persona y mi obsesión por el orden.

Pero la verdad es que sin organización y mano dura, no se realizan las cosas como se prevee, aquí se debe evitar el margen de error a un cero porciento si es posible, aunque a veces nada sale perfecto por lo impredecible que son tus enemigos.

Aún así debemos apegarnos a los planes trazados, para eso se hacen.

-Señorita Lucrecia, los empresarios han llegado -dice, luego de tocar la puerta- Están con los señores en el salón principal

-Gracias Anne, te puedes retirar -ella asiente y abandona la habitación

Di un último vistazo al espejo, aliso la chaqueta, el pantalón y doy unos retoques al labial. Recojo en una coleta alta mi cabello dejando dos mechones por fuera para enmarcar mi rostro. Opté por algo elegante porque estos hombres son muy ortodoxos con respecto a las mujeres, como se proyectan y el poder que ellas pueden manejar sobretodo cuando se trata de un orden criminal tan grande como el triángulo.

Ellos han participado en algunos ataques pero mientras mi papá era quien tenía las riendas de la corona criminal, más no lo han hecho conmigo en el frente y sólo uno sabe quién soy actualmente, el otro se lo imagina porque me ha seguido los pasos y piensa que yo no me di cuenta de eso, el último piensa que solo participo por ser hija de Marcos.

«Árabes ilusos y ortodoxos»

Salgo decidida y con mentalidad de tiburón. Como dice el dicho: «Divide et Vincit». Mover las fichas del tablero para generar alianzas y ganancias es complicado pero necesario para realizar el paso que todos han esperado todo este tiempo, «atacar al comando central».

Es hora de cobrar todo lo que han hecho, quiero sangre y eso es lo que voy a obtener porque iré por la cabeza de Daniel, a ese bastardo hijo de puta que me tiene la vida hecha una mierda. Ya maté Shaw, Giuseppe lo tengo en pendiente porque disfrutaré de hacerlo sufrir hasta que suplique morir y a Daniel, ¡Dios! Cuánto anhelo picarlo pedacito a pedacito para que los canes se lo devoren.

Desde el balcón escucho como los hombres charlan furtivamente, ríen y estrechan las manos con formalidad. El trío de magnates son una belleza, no sabrías que son árabes vestidos así solo de traje y corbata porque no son el típico hombre del medio oriente con tez tostada y ojos negros, estos parecen modelos de pasarela. Son altos, ataviados en esos trajes oscuros, zapatos de cuero italiano, relojes costosos. Lo único que grita «soy árabe» es esa barba característica.

Los escucho por unos minutos hasta que Sharaf se coloca en el medio del grupo y le dice a papá:

-Un placer hacer negocios, Marcos, salam aleikum -murmura complacido y estrechando su mano

Reina Italiana [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora