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El depredador busca a su mejor presa para disfrutar de ella

Marcos

La perseverancia de algunos es la burla de otros, disfrutas de como quieren destruirte y se ingenian dándoles vueltas a la tortilla por años hasta que encuentran la forma de joderte.

La amargura y el rencor son los motivantes de la señora ministra, quien en su tiempo fue mi mujer y estuvo de acuerdo en mancharse las manos de sangre con tal de quedarse aquí a mi lado, hasta no soportar al incordio de Fiorella, por lo que terminó yendose a salvar el culo dentro de las paredes de la CCF junto a su padre.

Concibió dos hijos estando en Italia, quienes fueron renegados por su estricto padre Adam Peters, por supuesto. ¿Hijos concebidos en la mafia? Peor aún ¿Concebidos a gusto? ¡Que horror! Eso era algo lo cual no podía aceptar bajo su techo aquel hombre mordaz y sin escrúpulos bajo la fachada del mejor Presidente de la CCF, quien jugó al gato y al ratón durante años con mi padre, pero disfrutó de compartir con él en su mesa detrás de las cámaras.

Adam tenía cierto aborrecimiento por nosotros, creyéndose un ser puro e incorruptible pero como le gustaba venir a nuestros clubes para rodearse de los criminales a quienes acusaba frente a los medios internacionales y en las sombras admiraba por ser como somos: «seres portando la máscara de la maldad sin falsedad», lujo no permitido para él, por tener que ser el intachable soldado futuro director y presidente de la organización de la paz, justicia y defensora de los DDHH. Cosa que aunque le hinchaba el pecho y la verga, más lo hacia el cogerse a las putas las cuales era su deber buscarlas por ser parte del negocio ilícito de trata de blanca.

Delante de todos, los Peters eran una familia ejemplar de la rama judicial, incorruptos, intachables, honoríficos, honrados ciudadanos y sobretodo honestos. Muchas «i» y «h» los definían pero en realidad nadie sabía los sucios, rastreros, mentirosos e hipócritas que son, empezando por el señor todopoderoso Adam Peters y terminando con sus nietos.

Margareth hizo todo lo posible por hacerme creer en su palabra cuando dijo que ellos eran míos, así que le hice creer que sí, me metí en su juego para ver a dónde llegaría su ambición y la dejé jugar la casita durante años hasta salirse por cuenta propia gracias a Fiorella, una de las pocas cosas las cuales le agradezco.

Pero yo sé la verdad, nadie me engaña aunque piensen que sí. Eso es lo que hace un dominador, hacerle creer a la presa el tener un supuesto control sobre su vida, de sus mentiras y el teatro pero en la sombra detrás de todo eso está el amo, acechando hasta halar de la cuerda para hacerla caer, demostrando así de quien es él del poder y el porqué cuando entras a la mafia, nunca sales, mucho menos debiendo castigos.

Llorar, sentir miedo, dolor, tristeza o cualquier sentimiento de agonia no es algo habitual en mí, las veces anteriores fueron la cortina de humo para ver como el mundo se revolucionaba al verme como un hombre el cual perdía la coraza de depredador, cuestión qué jamás pasará. El engaño corre por mis venas, también los he engañado a ustedes con mis palabras. Así soy, así seré siempre.

Soy el engaño hecho persona, sin capacidad de amar sin condiciones o sentir empatía por alguien quien me engaña a mí. Las mentiras son dulces en mi boca, en la de otros solo me provoca arrancarles la lengua para dejar en claro quien soy y porqué me han conocido como El Padrino Revolucionado.

Como mafioso pocas son las cosas las cuales no tienen precio ni reemplazo como lo es la lealtad y los verdaderos hijos. Tengo claro quienes me son leales y cuáles son mis hijos. Por lo que si tocan lo mío, sabrán quien soy en realidad. Lo he dejado en claro cada vez pero las ratas no hacen caso, les encanta joder y joder hasta que uno va a buscarlos y devolverles el golpe para luego afirmar su teoría de cuán peligrosos somos.

Reina Italiana [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora