Persuadiendo a una presa o comiéndola...¿tal vez?
Betty
Luego de la algarabía, todas las felicitaciones y las insinuaciones de unos diez hombres poderosos, pude zafarme de la locura de ahí afuera.
Marcos casi tuvo un infarto al ver a sus hijas semi desnudas, para no decir que lo estábamos, pero entendió el propósito del show. «Marcar la diferencia». Es lo que Lucrecia quería lograr, además de la principal razón: envolver nuevamente a Eros.
Resultó todo un éxito. Deberán estar por ahí cogiendo como conejos pues desaparecieron de la fiesta antes de encenderse las luces.
La parte dos del plan es lo
complicado, ¿tal vez?. Porque debo persuadir al bombón asesino y la puta de burdel. El italo-alemán no está mal, ni es difícil distraerlo, la zorrita de Sofía, Olga o toronja, no sé cómo se llama la perra esa, es otro cuento, es la piedra en el zapato para el par de tortolos tóxicos, ojalá disfruten el resto de la madrugada.La muñequita —no asesina, aunque no me creo ese cuento— de los Vecchio sale de una de las habitaciones y se acerca hacia mí acomodándose el vestido.
—Bet, vamos a cenar ¿nos acompañas?
—Encantada, ando famélica pero estoy prácticamente desnuda y deseo cubrirme un poquitín
Veronica ríe.
—Te hemos visto hasta la panocha —dice con sarcasmo—. Ven, te perderás de unos deliciosos mariscos —se relame los labios
Ruedo los ojos. Estos italianos y sus excentricidades. Lo peor es la hora a la que se antojan de comerlos.
—En un momento voy —zanjo
Paso por su lado caminando hasta el final del pasillo, cruzo y continuó hasta ir a la habitación que me han asignado. El atuendo me aprieta todo, mis lolitas piden auxilio entre tanta pedrería roja. Amo el traje, me queda fenomenal pero tengo curvas un poquito exageradas y las tiras están maltratando mi piel.
Los tacones resuenan en el piso mientras apresuro el paso e intento despojarme del brasier cuando los veo. Ariana dejándose asaltar la boca por el tipo de la máscara. «La chingada madre». ¡Ese hombre le está tocando hasta el alma! Pero como lo disfruta la condenada muchachita. ¡Ay Cristo! ¿Que hago? ¡¿Que hagooooo?!
«A ver, ya. Bájale al asunto perra, ella no es una niñita», me reclama mi subconsciente.
Pues no lo es pero tampoco puedo hacer mucho...Si les grito me pueden pegar un tiro para que no revele nada, bueno no sería tan drástico así porque Ariana no lo permitirá, ¿verdad?. «Santa mierda». Verla con ese tipo me pone entre la espada y la pared. No sé si ser la súper hermana e ir para arrastrarla por el cabello o hacerme la loca y aplaudir, así como mi buena amiga Lady Gaga.
Mejor me voy por la opción dos, tampoco pude elegir pues ya se metieron a la habitación y es obvio que le han puesto alguna traba para que nadie entre y...los descubra ¿no? ¡Por favor! Espero esto no sea el inicio de otra guerra.
—¿Si me escuchas Diosito? —veo al techo—. Apiadate de ésta gente, porfis —junto las manos en oración—. Ya se que está re jodido que vayan al cielo pero anda, hazlo por la chiquita —junto las manos elevando la plegaria.
Paso de largo por frente de esa puerta, cual flecha veloz y sigo andando. «Este palacio de mierda es muy grande, me da miedo para rematar». Cruzo el último pasillo y unos gritos/gemidos se escuchan así como también veo al bombón asesino a punto de entrar al lugar del origen.
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Reina Italiana [En Edición]
RomanceLibro I de la trilogía deseo, peligro y perversión. "Una pequeña convertida en el Diablo y un demonio dispuesto a quemar el mundo junto a ella. Entre el 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐 y el amor habrá mucha codicia y traición. Mientras vivan en un mundo criminal deberán...