Caras vemos, castigos injustos no sabemos...
Eros
Volví a Grecia para firmar papeles de exportación y movilizar el armamento estancado en los almacenes, la mercancía no puede quedarse mucho tiempo encerrada porque es pérdida para todos, antes de entrar en una disputa con la bratva, prefiero seguir el curso normal que ameritan los negocios.
En la casa todos me observan con recelo y preocupación, causándome una sensación extraña de ocultar algo, no es normal que el personal tenga ésta actitud conmigo. Asrail anda con Aristóteles en Italia, ese lleva días sin hablarme por estar enojado con todo lo de Ariana, cada vez que intento tener una conversación tranquila sale gritando alterado, lo dejé por la paz y no he vuelto a insistir con la tremenda ignorada de anteayer. Marlon es mi fiel acompañante, va pegado a mi lado en cada paso que doy por la casa con la tensión instalada en sus facciones. Camina rígido y no ha abierto la boca en todo el día, otra cosa extraña puesto que le encanta parlotear de cualquier pendejada.
Vamos de aquí allá en la ciudad, entrando y saliendo de los lugares donde tengo visitas previstas y reuniones. La mafia griega contribuye a la mejora de las drogas producida en México, Colombia y Venezuela, por lo que voy a supervisar la nueva creación en nuestros laboratorios.
En el búnker me revise el personal designado para la tarea, son en total cinco personas encargadas de todo el núcleo, se eligen de forma rigurosa, buscando perfiles de talla mundial, como químicos ganadores de premios científicos por sus avances y se va en busca de ellos, trayéndose a la fuerza, luego con el tiempo se adaptan al sinsabor de venderle su inteligencia y capacidad al sistema criminal, ganando miles de dólares sucios.
—Hemos estado desarrollando una fórmula para mejorar el producto —explica suspirando del cansancio—. Creo que por fin lo logramos —reajusta los lentes sobre su nariz.
—¿Es tres veces más adictiva que la cocaína normal?
—Si, mucho más letal —responde extasiado—. Una dosis puede durar en el organismo más de lo normal, llevando a la persona a una agonía interminable cuando los efectos van pasando, dejando al consumidor tres veces más ansioso y dependiente —continua explicando eufórico—. Además, los efectos de la droga van de la locura temporal hasta la violencia extrema, parálisis, alucinaciones extremas, depresión profunda lo que puede llevarlo a autoflagelarse o incluso causarse la muerte —alejo el dedo del polvo, tenía la intención de probarlo pero no quiero pasar por todo eso.
—Muy bien —observo la mesa— ¿Ya se puede exportar en cantidades?
—Cantidades, no toneladas —puntualiza—. Estamos terminando los últimos detalles para que se pueda producir en masa.
—Quiero que esté listo para el lunes, no más prórrogas ni excusas —zanjo el tema, le doy la espalda y salgo del lugar.
Marlon continúa siendo mi sombra el resto de la tarde hasta ir de regreso a las inmediaciones de la mansión. Estoy famélico, hoy no he probado bocado por tener una extraña sensación en el pecho. Una imagen de Lucrecia viene a mi mente y la punzada se agudiza, sin embargo alejo esos pensamientos. Pido a mi escolta desviarse por un McDonald's y compro cuatro hamburguesa, papas y gaseosas, pago y subo el vidrio de inmediato al notar la intensión de la cajera en querer darme su número de teléfono apuntado en la factura. Le paso una hamburguesa y papas a mi hombre mientras lo demás me lo atiborro con rapidez, alternando mordidas a una cosa y otra.
—Se va a ahogar —anuncia mirando por el espejo retrovisor
—Ah, pensé que te habían arrancado la lengua y me arrebataron el privilegio de hacerlo yo —comento llevando un puñado de papas a la boca.
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Reina Italiana [En Edición]
RomanceLibro I de la trilogía deseo, peligro y perversión. "Una pequeña convertida en el Diablo y un demonio dispuesto a quemar el mundo junto a ella. Entre el 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐 y el amor habrá mucha codicia y traición. Mientras vivan en un mundo criminal deberán...