Capítulo Cincuenta y Tres: "Muerte".

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Isabel se sentía increíblemente adormilada. Acompañó a Micaela hasta su vivienda, y decidió pasar a saludar a Umma. La señorita Haro no tenía idea de lo que le había ocurrido a Juan en realidad ¿Qué excusa podría ponerle cuando lo viera con las muletas robóticas, si hacía unos días le había dicho que él se había drogado?

O bien, podría contarle parte de la verdad, sin que hubiera riesgos. No quería que su amiga sintiera que había distancia entre ellas cuando lo cierto era que Isabel estaba atravesando unas situaciones bastante complicadas.

—Hola —Umma la atendió con una sonrisa—. ¿Cómo estás? ¿Juan está mejor?

—Hola amiga. Ambos estamos bien, aunque con algunos asuntos que resolver. No creas que he dejado de quererte porque he estado ausente.

—Jamás creería eso, sólo me preocupo...

Isabel pensó que sería buena idea invitar a Umma a almorzar a su casa. Sabía que Samuel comería allí también y que luego verían juntos la evidencia, pero ella no se tardaría mucho tiempo en la vivienda de Benjamín ¡Siempre debía ayudar a su abuela!

—¿Querés comer con nosotros hoy?

—Me gustaría. Le aviso a mi familia y vamos.

Umma se marchó un segundo, y luego volvió. Empezaron a caminar hacia la vivienda de Benjamín Medina.

—Tengo que decirte algo antes de que te sorprendas cuando lo veas —dijo Isabel—. Juan está usando muletas robóticas.

—¿Y eso por qué?

—Porque ha recibido un disparo —replicó la señorita Medina, sin pelos en la lengua.

El semblante de Umma se ensombreció.

—¿Cómo dijiste? —sonó muy preocupada. Ella le conservaba un gran cariño a su ex vecino.

—Le han disparado en la pierna las mismas personas que persiguen a Sam, y que también asesinaron a mi tía.

Se quedó unos instantes pensativa, con el entrecejo fruncido. Probablemente, estaba tratando de asimilar las palabras de la señorita Medina.

—¿La mamá de tu hermano no se había suicidado? —preguntó, sin poder ocultar su confusión.

—Eso es lo que nos quisieron hacer creer, amiga.

Se frotó la barbilla con los dedos.

—Juan ¿Recuerda quién le disparó y por qué? —Umma era muy astuta.

—No, amiga. Suponemos que la conmoción le provocó amnesia —mintió—, pero estamos resolviéndolo. No queremos dejar impunes el crimen de mi tía y que hayan herido a mi hermano...

La señorita Haro apretó el brazo de Isabel con fuerza.

—¡No deberías continuar con la investigación! ¡La gente que está detrás de Samuel parece ser muy peligrosa!

—De todos modos, mi hermano y yo ya estamos expuestos... Si no los enfrentamos, viviremos eternamente con miedo.

—Isa... Te he dicho ya que tuvieras cuidado. Tengo un mal presentimiento con respecto a todo esto...

—Tranquila, amiga. Preocupate únicamente si no te respondo los mensajes en veinticuatro horas ¿De acuerdo? Cambiemos de tema... ¿Qué estuviste haciendo en estos días?

 ¿Qué estuviste haciendo en estos días?

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Sangre Letal [COMPLETA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora