Como era de esperar, Salomé ganó la competencia. Les sacó unos quince segundos de ventaja a los otros dos, quienes acabaron empatados. La especialidad de Ezequiel habían sido los desafíos de fuerza, y los de Samuel, los de destreza física. A pesar de que no recordaba su pasado, su cuerpo tenía mucha memoria: había esquivado absolutamente todas las "balas hologramáticas".
—Esto no es justo —protestó el joven Acevedo—. Vos preparaste los obstáculos, por eso casi todos eran de velocidad.
—La próxima los armás vos, así te otorgamos algo de ventaja —sonrió maliciosamente y luego observó a Samuel—. ¿Y bien? ¿Has recordado algo?
El joven Aguilar negó con la cabeza.
—Mi cuerpo tiene memoria. Sabía cómo moverme... pero no recuerdo las veces que hemos hecho esto de niños.
Isabel sintió una punzada de dolor ¿Acaso su primo recuperaría la memoria alguna vez?
—No te preocupes ni te abrumes —le aconsejó Salomé—. Los recuerdos volverán solos.
Los Medina intercambiaron una mirada cómplice: ¿Y si nunca llegaban?
—Hijos —intervino Soledad Martínez—, es muy tarde. Deberíamos irnos.
—Esperá... —Isabel se le acercó a Samuel y le preguntó—: Mañana por la tarde ¿Estarás ocupado?
Las hermanas Hiedra y Ezequiel se volvieron juntos en taxi. Él se bajó en la puerta de la vivienda de ellas.
—Sabía que algo tramabas, y que por eso estabas tan raro —comentó Salomé.
—No me animaba a contártelo. No sabía cómo reaccionarías ya que tus padres biológicos...
—No me nombres a esos hijos de perra —lo interrumpió—, es por culpa de ellos que mi vida ha sido una miseria durante diecisiete años. Sin embargo, vos no sabés nada de tus progenitores. A lo mejor no tenían dinero para criarte y aún no es demasiado tarde para que generes un vínculo con ellos.
—¿No hubiera sido mejor que me enviaran a un orfanato? —preguntó Ezequiel, mirando hacia las estrellas.
—No lo sé. Deberás encontrarlos y preguntárselo vos mismo. Heredia y Aguilar han engañado a demasiada gente —suspiró—. Me alegra que estés madurando. Ahora, debemos irnos. Es tarde y mañana debo abrir el local.
—Si necesitás que te dé una mano con la tienda, no dudes en avisarme. Nos mantenemos en contacto.
—Nos vemos —lo saludó con la mano, y vio cómo él se iba caminando lentamente en medio de la noche... hacia algún lugar. Solo.
Ezequiel había cometido demasiados errores. Había protegido a Heredia por sobre sus compañeros mutantes. Le había revelado a Benjamín Medina que Samuel era su sobrino. Había molestado a Isabel y a ella en más de una ocasión, incluso había besado a la señorita Hiedra sin su consentimiento... Sin mencionar que, cuando eran niños, obedecía ciegamente las órdenes de Culturam, sin cuestionarse si "asesinar" estaba bien o mal.
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Sangre Letal [COMPLETA].
Science FictionIsabel convive con una madre sumisa, un padrastro abusivo y un hermano menor al cual debe proteger. Samuel sólo tiene a su padre, quien lo maltrata y experimenta con él. Sus caminos están destinados a entrelazarse. Existe una sociedad secreta que ll...