Una vez más, Isabel tenía problemas para dormir. No podía dejar de fantasear con encontrar evidencia en contra de Damián. A su vez, aún se sentía triste por haber discutido con Juan Cruz.
En ese instante, escuchó que alguien golpeaba su ventana. Se cambió rápidamente, colocándose un vestido floreado bastante corto y fresco, y dejó entrar a aquella persona.
Samuel vestía un pantalón de jean, una camiseta de color verde oliva y su típica chaqueta de cuero.
—¿Acaso no dormís durante las noches? —le preguntó Isabel.
—Podría preguntarte lo mismo —replicó él con una sonrisa torcida—. Te ves ojerosa ¿Estás bien?
—He tenido dos días bastante malos —suspiró—. ¿Querés que vayamos a dar un paseo?
—En realidad nadie sabe que he venido a verte...
—Pero pueden deducirlo. Si no estás en tu casa o con los Culturam ¿Dónde más podrías estar?
Samuel parpadeó. Se veía sorprendido por las palabras de Isabel.
—¿Cuánto has averiguado sobre mí?
—Algunas cosas ¿Querés que vayamos al lago a charlar?
El joven Aguilar vaciló. Isabel insistió:
—¡Vamos! Se supone que debemos estar alejados porque sos peligroso... Sin embargo, acá estás ¡Sé que, si aparece algún ladrón, vos me protegerás!
—Te protegeré con mi vida si es necesario, mi rosa negra.
—No seas dramático —le interrumpió ella—. ¿Acaso nunca te has relacionado con otra gente de tu edad que no fueran Salomé y Ezequiel? ¡Vamos!
Isabel se sentía alegre por la visita del joven Aguilar. Realmente deseaba hablar con él sobre diversas temáticas.
Sam le hizo una seña para que se subiera en su espalda. La muchacha no dudó en brincar sobre la misma. El adolescente se paró sobre la ventana, y saltó ágilmente cuatro metros hacia el suelo, sin siquiera hacerse un rasguño.
Por alguna razón, Isabel no estaba sorprendida.
—Si te parece, ya podés bajarme.
—Te ves cansada ¿No querés que te cargue un ratito?
La muchacha no protestó, y se aferró al cuello del muchacho.
—En serio ¿Vos no dormís?
—No necesito las mismas horas de sueño que cualquier ser humano promedio. ¿Y vos? ¿Cuándo descansás?
—Durante las tardes. Mi madre siempre se queja diciendo que soy una holgazana, que porque "trabajo cuatro horas por la mañana" quedo cansada el resto del día. Ella no sabe que no duermo durante la noche.
—¿Has hecho algo anoche? —preguntó Samuel, mientras cruzaba la carretera vacía, aún con Isabel en su espalda.
—Sí... Irrumpí furtivamente en el estudio de Damián, y me descubrió.
—¿QUÉ? —Samuel la bajó de repente, y se paró frente a ella—. ¿QUÉ HAS HECHO? —se veía sumamente preocupado.
—Tranquilo, sólo me empujó contra un mueble. No me ha hecho daño.
—¿Has encontrado... algo?
—Sí. Una imagen en papel de él con vos, Ezequiel y Salomé cuando eran pequeños. A vos te sangraba el brazo ¿Por qué alguien le tomaría una fotografía a un niño que se hallaba herido?
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Sangre Letal [COMPLETA].
Science FictionIsabel convive con una madre sumisa, un padrastro abusivo y un hermano menor al cual debe proteger. Samuel sólo tiene a su padre, quien lo maltrata y experimenta con él. Sus caminos están destinados a entrelazarse. Existe una sociedad secreta que ll...