—No puedo tolerar esta escena —masculló Salomé.
No era capaz de apartar la vista del lago. Samuel estaba acostado sobre el regazo de Isabel, y dejaba que ella lo acariciara ¡Él jamás había permitido que ninguna mujer lo tocara de esa forma!
—Tendrás que aguantártela, Hiedrita —replicó Ezequiel—, nos pidieron que vigilásemos a estos dos. Desean saber cómo se desarrollará su vínculo, y lo que pasará cuando se enteren de que no pueden estar juntos...
—A Samuel no le importa nada ¿No te diste cuenta? Aunque le dijeran que Isabel es una vampira, seguiría con ella.
—¿Vampira? —Ezequiel soltó una risotada—. Sos ocurrente, amiga. Es cierto lo que vos decís: Samuel está loco por ella. Pero Isabel tiene escrúpulos... Si supiera la verdad, no se quedaría al lado de él.
—¿Lo decís porque él se llama a sí mismo "monstruo"?
—No, por lo otro. Sam no lo sabe... no se lo digas. No nos conviene que pierda el control... Horacio necesita que él crea que está solo ¿Me entendés?
—Me quedaré callada. Sin embargo, te confieso que odio ser testigo del amor que siente él por ella.
—¿Te da celos?
—Claro que me da celos —resopló—. Ella tiene una vida normal, un hermano fantástico, un chico que la adora... ¿Y yo que tengo?
—Vos tenés a Micaela. Yo no tengo a nadie —le recordó Ezequiel—. Además, la vida de los Medina no es perfecta: conviven con Bustamante.
—Viviría bajo el mismo techo que Damián a cambio de que Samuel me mirara de esa forma...
—Atenta —Ezequiel la interrumpió—. Se están poniendo de pie.
A cincuenta metros de ellos, pudieron ver que ambos se levantaron del suelo. Isabel le ofreció la chaqueta al joven Aguilar, pero éste se negó. Tomados de las manos, emprendieron el camino de regreso.
Salomé y su compañero los siguieron sigilosamente. Se mantenían a una distancia prudente para que Samuel no los descubriera, y a su vez, poder oír sus conversaciones.
—Están hablando sobre gustos —comentó Ezequiel.
—Puedo escucharlos —masculló la muchacha, con mal humor.
La llenaba de odio conocer tan bien a Samuel: él nunca entablaba largos diálogos con nadie. Parecía que no le interesaba ningún ser humano en el planeta... Excepto ella.
—¿Tu mamá sabe que te escapás por las noches?
—Me ha descubierto el sábado que salí a la discoteca, pero no volvió a castigarme.
—¡Qué suerte!
Salomé no toleraba lo empalagoso que era el joven Aguilar con Isabel. Deseaba vomitar allí mismo.
—¿Es necesario que continuemos detrás de ellos? —protestó.
—Sí, no queda mucho tiempo. Está acompañándola a su casa.
Caminaron un rato más, oyendo sus estúpidas conversaciones sobre comidas, bebidas, música y vestimenta. Cuando no faltaba mucho para que Isabel llegara a su vivienda, exclamó:
—¡Qué cansada que estoy!
—¿Querés que te cargue? —Sam le preguntó cariñosamente.
Ella asintió, y se trepó de la espalda del muchacho.
—¿En serio tenemos que ser testigo de esto? ¿En serio? ¡No puedo creer que lo haya engatusado tan fácilmente!
—Estoy cansado de oír tus quejas —Ezequiel soltó un bostezo—. Deberías haber intentado conquistar a Aguilar en su momento... Ahora es demasiado tarde ¡Está loco por la joven Medina!
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Sangre Letal [COMPLETA].
Science FictionIsabel convive con una madre sumisa, un padrastro abusivo y un hermano menor al cual debe proteger. Samuel sólo tiene a su padre, quien lo maltrata y experimenta con él. Sus caminos están destinados a entrelazarse. Existe una sociedad secreta que ll...