Mi flor de fuego (Boschlow Fic)

Amor Bestial

Edric estaba en la entrada del zoológico, traía puesta una camisa azul Oxford, botas café oscuro, unas bermudas color caramelo y un chaleco del mismo color, su cara parecía esperar a alguien mientras se acomodaba un par de guantes de cetrería. Miro observó a los alrededores y divisó a la chica que estaba esperando, que vestía igual que el, su cabello sujetado con una liga de espinas ondeaba con el viento.

—Hola Edric, perdón por llegar tarde, Puddles... No cooperó mucho con su baño —se excusó Viney besando a su novio.

—No te preocupes linda, sabes que te esperaría el tiempo que sea con tal de volver a verte —aseguró Edric regresando el beso —. ¿Estás lista para nuestras tareas de voluntarios de hoy?

—Por supuesto —afirmó la chica.

Viney y Edric entraron al zoológico y se dirigieron al edificio de veterinaria, ambos se registraron en un cuaderno y fueron recibidos por un hombre vestido igual que ellos, con una barba prominente y ojos café oscuro, que los saludó alegremente.

—¡Blight, Griffin! ¡Me da mucho gusto verlos nuevamente! 

—¡Como cada semana Frank! —dijo Viney.

—No faltaríamos por nada! —agregó Edric.

—¡Nuestros mejores voluntarios en el zoológico! ¡Hoy les espera un gran día de trabajo! —Frank cambió su tono de voz a uno más preocupado —. Debo decirles que los trabajos en parejas se acabaron, hace unos días uno de los cuidadores resultó herido por un castor demonio, así que ahora trabajarán en equipos de tres.

—Ow, claro, ¿Y quién será nuestro compañero? —preguntó Viney.

—Mmm, déjame ver —comentó Frank revisando su lista —, trabajarán con, Adelaide Acinovis. Ja, suertudos, es otra de nuestras mejores voluntarias —aseguró.

—¿Adelaide? ¿No es la novia de tu hermana? —preguntó Viney a Edric.

—¿Qué tal chicos? —preguntó Adelaide entrando al cuarto.

—De hecho —agregó Edric sorprendido.

—Veo que ya se conocen, excelente, bien, aquí está su lista de tareas, los veré en tres horas —dijo finalmente retirándose del lugar.

—Adelaide, gusto en volver a verte —saludó Edric.

—También me alegra verte de nuevo torpe —Adelaide regresó el saludo —. Oye, lamentó la llamada con Emira del otro día, al parecer sigue molesta con ustedes dos por sus llamadas matinales —se disculpó la de cuatro brazos.

—Si, me lo imagino, siempre me ve desafiante cuando habla contigo y me mira con odio cuando hablo con esta belleza —habló Edric abrazando a Viney tiernamente.

—Awwww, Edric —exclamó Viney halagada —. De acuerdo mi doma-bestias, ¿Cuáles son nuestras tareas de hoy?

—Veamos —observó la lista —. Bien, tenemos tareas en la sección desértica, los recintos de las aves rapaces y en la zona de criaturas semiacuáticas —enlistó el peliverde.

—Entonces vayamos, no hay que hacer esperar a los animales —apuró Adelaide a los tortolos.

Los tres chicos se dirigieron primeramente a la zona desértica del zoológico, la cual estaba adornada con arena, rocas, cactus y otras plantas desérticas, además de calentadores, que aumentaban la temperatura para mantener a las criaturas del desierto a gusto, ya que a diferencia del titán arácnido, que era de donde provenían estas plantas y criaturas, el titán cornudo presentaba un clima templado la mayor parte del año y en gran parte del lugar.