Mi flor de fuego (Boschlow Fic)

Control Parental

Había un silencio incomodo en la mesa, Luz, Jerbo y Skara tenían caras de culpa y arrepentimiento, Barcus leía con cara molesta y los demás solo giraban sus cabezas para verlos y tratar de adivinar que ocurría.

—Emmm, ¿Qué ocurre entre ustedes chicos? —preguntó Willow.

—No quiero entrar mucho en detalles, solo diré que ahora tengo una perrita, se llama Brandy —explicó Jerbo.

—¡Bark bark! —ladró Barcus molesto.

—¡Ya te dije que lo lamento, ¿De acuerdo?! —bramó Jerbo.

—¿Ok? Barcus, ¿Te importaría decirnos por qué estás tan molesto? —preguntó Gus.

El perro sacó una esfera de oráculo, hizo un pequeño hechizo y la golpeó, la esfera giró y se detuvo en el centro de la mesa, donde todos prestaron atención a lo que proyectaba, excepto Luz, Skara y Jerbo que estaban apenados.

La esfera mostraba una escena en las que los chicos sonreían un poco nerviosos mientras Barcus miraba con cara de molestia a una perra que sacaba la lengua y movía la cola alegremente.

—¿Esto es una broma verdad? —preguntó Barcus esperando que fuera un truco en lo que llegaba su verdadera cita.

—Emmm... ¿Por qué preguntas? —interrogó Luz algo nerviosa.

—Ella es un perro.

—¿Y no es lo que eres tú? —preguntó Jerbo.

—Ósea si, ¿Pero si saben que no soy del mismo tipo de perros que consigues en cualquier tienda de mascotas, no? —preguntó Barcus esperando un "si" como respuesta.

—Ahh, bien Barcus, eres nuestro amigo, así que te seremos sinceros —dijo Luz —. Fuimos con los de tu tribu y estuvimos preguntando a varias hembras de tu edad si estaban interesadas en salir contigo —confesó la latina.

—Después de que rechazaran la invitación unas treinta y dos, una de las ancianas de la tribu nos dijo que tu eres, ¿Cómo decirlo amablemente? Tu eres el bicho raro de tu aldea y muy posiblemente no encontraríamos a alguien en la tribu que quisiera salir contigo —explicó Jerbo con preocupación.

—Si, no me sorprende, nunca fui visto como potencial pareja reproductiva —comentó Barcus.

—Y nos sentimos mal ya que estabas tan feliz de que te íbamos a conseguir una cita —continuó Luz.

—No estaba emocionado, acepte porque estaban muy felices con la idea y lo vi como una oportunidad de...

—Así que pensamos que una cita con cualquier perro sería suficiente —agregó Jerbo.

—¿Y no se les ocurrió que la cosa no funcionaba así... ¡CUANDO SUS LADRIDOS ERAN SOLO LADRIDOS!? —bramó Barcus gruñendo.

—Pues de hecho... —Luz se interrumpió y se puso a pensar por un segundo —. Si, tuvimos que pensar en eso.

—Agh, genial, pensando que tendría alguna oportunidad con alguna hembra de mi aldea y salgo con esta ofensa —se quejó Barcus retirándose de el lugar.

—¡Lo sentimos mucho Barcus! ¡Te prometo que haremos que encuentres el amor! —juró Luz aún mientras su amigo perruno se iba —. Muy bien, ¿Ahora que haremos con la perrita? No podemos regresarla al refugio.

—Bueno, podría quedármela, siempre quise una mascota —dijo Jerbo cargando al animal —. Vaya que hicimos sentir mal a Barcus —agregó el chico tristemente.

—Ya lo se, espero que podamos arreglar las cosas con el —habló Luz tristemente mientras él y Jerbo se retiraban.

Skara se quedó ahí parada con cara confundida, no hablaba la lengua de Barcus a diferencia de sus amigos.