La Noche Del Crimgohg

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Boscha finalmente estaba completamente arreglada para el baile del Crimgohg en la escuela Glandus, quería verse lo más linda posible para su amada flor Willow Park, su traje gris que era idéntico al que usaba Jerbo se diferenciaba ya que además de marcar más su figura, también tenía una gema dorada en el pecho.

Cuando logró zafarse de su familia y su gato, se apuró a llegar a la escuela Glandus, haciéndose ilusiones de ella bailando con Willow bajo las luces de los reflectores, tal vez siendo el centro de atención. Todo eso se volvería realidad una vez que llegará a la escuela donde se llevaría a cabo el baile. Ya estando frente a la escuela, respiró hondo para tranquilizar sus nervios y comenzó a caminar por el camino que la dirigía a la puerta.

—Bien Boscha, tu noche especial por fin ha llegado, después de tantos altibajos, por fin podrás bailar con la chica más bella de estas islas, solo debes cruzar esas puertas y esperar a que Willow derrote al Crimgohg y ese baile será tuyo —dijo para si misma la pelirosa mientras Mark se preparaba para recibirla como había hecho toda la noche con todos los alumnos.

Estando cerca de la entrada, la chica tropezó repentinamente, embarrando su cara en un lodo color negro brillante, levantó su cara mientras maldecía en un murmullo.

—Permíteme ayudarte Bakechemist —dijo un chico ofreciéndole su mano.

—Muchas gracias, seas quien seas —agradeció Boscha estirando su mano, pero al ver al chico que buscaba ayudarla, retrocedió asustada, no podía ser él, no había manera.

—¿Qué ocurre Bakechemist? Parece que viste a un fantasma —dijo el chico con una maquiavélica sonrisa, sus ojos naranjas brillaron mientras se acomodaba la manga de su traje blanco.

—¿Qué estás haciendo aquí? Se-se supone que estás muerto —chilló Boscha con voz temerosa.

—Piensa otra vez chica, aquí estoy, ¿No es así?

—¿Po-por qué tu traje está manchado de rojo? —preguntó la tríclope.

—Oh, eso, acabó de ver a Park en los baños —dijo el chico tranquilamente, antes de dibujar una sonrisa vil en su rostro —, si te apuras tal vez todavía puedas oír sus últimas palabras —dijo antes de soltar una carcajada siniestra, Boscha rápidamente se levantó y corrió adentro de la escuela Glandus.

—Oh, bueno, disfruta la fiesta —dijo Mark que estaba confundido por el comportamiento de Boscha.

La chica corría por los pasillos con ojos cristalinos, los alumnos que estaban ahí no entendían la razón, pero estaban tan enfocados en la fiesta o en la plática con sus amigos o parejas que en saber los problemas de esa chica de tres ojos.

«No, no podía ser él», pensaba Boscha, «Él y toda su asquerosa familia están muertos», su preocupación incrementaba mientras corría en dirección a los baños, esperaba que su flor estuviera bien, de tan solo pensar en ella sufriendo como hace ya algunos meses la hicieron terminar por soltar lágrimas de dolor.

Giró en un pasillo y a las personas que vio ahí paradas eran las que menos deseaba ver en ese momento.

—Boscha Bakechemist —dijo Fred con un tono serio.

—Se-señores Park —exclamó Boscha retrocediendo con temor.

—Creímos que te habíamos dicho que te alejaras de nuestra hija —comentó Barth molesto.

—Bu-bueno, yo, yo...

—Escúchame bien niña, nuestra hija no puede salir con una idiota como tú, eres una mala influencia —aseguró Fred.

—No-no es verdad, yo cambie por ella, yo...

—¿Boscha? —una voz familiar la llamó, se dio la vuelta y vio a su novia.

Mi flor de fuego (Boschlow Fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora