Boscha se había preparado durante su hora libre para invitar a Willow a salir, estuvo ensayando como la invitaría, se arregló un poco y recolectó algunas margaritas de río, una flor mágica color turquesa que a la luz de la luna llena emitían destellos luminosos color blanco, Boscha sabía que esas eran las flores favoritas de Willow, ella misma se lo había comentado años atrás en una excursión escolar.
Ahora Boscha esperaba el final de las clases, Luz le había comentado que Willow es la última en salir de la clase de aquelarre de plantas, ella solía cerrar el invernadero, ahí Boscha abriría su corazón.
Finalmente las clases terminaron, Boscha se apuró a llegar al invernadero, esperó a que todos salieran desde uno de los pasillos, y cuando vio que ya nadie salía, caminó hacia la puerta, estaba muy nerviosa, una parte de ella quería correr de ahí, pero la otra le decía que eso era lo correcto, Boscha estaba a punto de abrir la puerta del invernadero cuando un chico bastante alto salió de esta, cargaba una maceta con una flor roja en ella, y junto a él un abominable hecho de tierra con una pequeña flor púrpura en su cabeza.
—Oh, Boscha, que sorpresa verte aquí —dijo el chico un poco extrañado.
—Hola Jerbo, ¿Qué tal va todo en la clase de plantas? —preguntó Boscha con algo de alivio y desesperación.
—Ya sabes, lo normal, resulta que los abominables y las plantas traga-brujos no son buena combinación —contestó Jerbo con una mirada de trauma —. ¿Y qué te trae por aquí?
—Necesito ver a Willow, es algo... Personal... ¿Ya sabes no? —preguntó la chica nerviosa.
—Lo siento Boscha, pero estoy seguro que Willow no quiere verte ahora —Jerbo hizo una pausa y pensó un rato —... O nunca —concluyó —. Así que tendré que pedirte que te vayas.
—¿Por qué? ¿Eres el perro guardián de Willow o qué? —preguntó Boscha molesta.
—¿Pardon? —respondió Jerbo ofendido en francés —. Solo soy un amigo suyo, y ella me ha contado todas las atrocidades que le has hecho pasar.
—¡Eso fue en el pasado! ¡Eh cambiado! ¡Lo juro! Si tan solo me dejarás pasar yo...
—Lo siento Boscha, no me arriesgare a que lastimes a Willow, si quieres pasar a esta habitación, primero tendrás que pasar sobre mi —dijo Jerbo tratando de infundir temor en su rival de tres ojos, quien lo miraba con cara furiosa.
Lo siguiente que supó Jerbo fue que tenía una maceta rota en la cabeza y estaba pegado a la pared por algún tipo de pegamento que traía Boscha de su clase de pociones, lo único que pudo pensar en ese momento fue: "Sacrebleu".
Boscha entró al invernadero, miró a su alrededor y vio a Willow de espaldas, regando unas flores con doble tallo, la chica de tres ojos comenzó a caminar hacia ella, cln cada paso que daba se ponía más nerviosa, cuando por fin estuvo a unos tres metros de Willow, elka habló.
—H-hola Willow, es una tarde preciosa, ¿No crees?
—Agh, Boscha —respondió Willow molesta —. ¿Qué estas haciendo aquí?
—Ouh, bueno, verás Casi-bru... Digo, Willow —Boscha pausó su discurso armandosé de valor para hacerle la pregunta a Willow —... Willow Park, ¿Saldrías en una cita conmigo? —dijo finalmente la chica extendiendo el ramo de flores hacia su amada mientras cerraba sus ojos.
Willow se quedó atónita e impactada ante la pregunta de la que alguna vez fue su bully, ciertamente no sabía que decir, o como reaccionar.
—Willow, se que no te traté de la mejor forma, me comporte como una idiota, te lastimé, ahora lo veo, pero, si me das una oportunidad, te mostraré que he cambiado, y que verdaderamente me arrepiento de lo que te hice —Boscha miró a Willow con un leve sonrojo —. ¿Y qué dices Park? —preguntó la triclope con gran ilusión y esperanza.
—No —respondió Willow como si hubiera visto algo desagradable —, no saldré en una cita contigo Boscha, ¿Crees que un "lo siento" arreglara todo el daño físico, mental y emocional que me hiciste? —decía fríamente, cada palabra era una punzada al corazón de la pelirosa.
—P-pero Willow, yo de verdad lo lamento, y muchísimo, el remordimiento por mis acciones me consume cada noche desde nuestro partido de Grudgby —replicó Boscha con lágrimas en los ojos.
—El leñador puede lamentar haber talado un árbol, pero eso no lo hará crecer de nuevo —respondió Willow exasperada.
—¿Eso qué significa? —preguntó Boscha con el corazón destrozado.
—¡Vete de aquí Boscha! ¡No tengo intención de seguir hablando contigo! —bramó Willow para enseguida darle la espalda nuevamente a Boscha.
En cuanto Willow le dio la espalda, Boscha rompió en llanto, giró sobre sus talones y corrió en dirección a la puerta hecha un mar de lágrimas, cuando estuvo fuera del invernadero, arrojó el ramo de flores que había recolectado, cayendo cerca de donde estaba Jerbo pegado a la pared, Boscha siguió corriendo hasta que sus sollozos se volvieron inaudibles en la escuela.
En cuanto Willow dejó de escuchar a Boscha, salió del invernadero y tomó el ramo de flores que Boscha había tirado y se sentó junto a Jerbo.—Oye, ¿Qué pasó ahí dentro? —preguntó Jerbo atónito con lo que acababa de ver.
—Boscha me invitó a salir, y la rechacé —contestó Willow mirando detenidamente las margaritas —. ¿Crees que fui muy dura? —preguntó tras recordar como la otra chica había roto en llanto.
—Tal vez un poco, ¿Pero qué no al final de todo, ella fue tu bully durante más de un año? —dijo Jerbo tratando de no sonar muy empatico con Boscha.
—En eso tienes razón, aunque me siento mal por ella —respondió la peliverde mirando al pasillo por el cual se había ido llorando Boscha, mientras pegaba las margaritas de río a su corazón.
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Mi flor de fuego (Boschlow Fic)
Hayran KurguBoscha había reprimido sus sentimientos por Willow durante mucho tiempo, pero su corazón ha terminado por tomar el control de las emociones de la chica y se ha abierto ante su enamorada, que se muestra con una actitud fría ante ella. Para llegar a s...