14.- Camino.

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Todos mirábamos a Yulma sin responder, ahora no solo los animales son el problema, sino que también ese hombre que no descansará hasta vernos a todos muertos.

—¿Quién irá primero?— Yulma volvió a preguntar.

Un profundo silencio invadió el lugar, solo lograba escuchar a las aves y el sonido del agua.

Miraba hacia atrás, Juan ya venía más cerca, ¿Cuándo se irá?

—Yo voy primero, ¡Juan ya viene! —Luis comentó, mientras entraba al río con mucho cuidado.

—¿No hay pirañas? —Preguntó Karen asustada.

—Creo que no, a menos que no quieran mi piel —Luis sonreía mientras nadaba.

Ahora Yulma entraba al agua, no se miraba tan difícil, lo bueno es que sé nadar un poco.

Diana, de la mano con Marisol entró y rápido comenzaron a nadar al otro lado.

Dianet ayudó a Dulce a entrar, se miraba tan fácil, yo decidí entrar.

Lentamente me acerque, el agua estaba demasiado fría, no sé porque nadie dijo nada.

Juan cada vez estaba más cerca, ahora lo acompañaban animales, uno en cada mano.

Minutos después logré salir del río con ayuda de Luis. Karen y Pablo aún estaban del otro lado.

—Creo que Pablo y yo buscaremos otro lugar para pasar —Agregó Karen asustada.

—¡No!, Juan está muy cerca —Grité, señalando hacia atrás de ellos.

—Karen vamos, yo te ayudo —Pablo comenzó a entrar al río.

Karen al igual que él, ya estaba dentro, pero no avanzaba.

Pablo llegó a la orilla y lo ayude a salir, Karen no avanzaba nada, Juan estaba a punto de llegar a ella.

Todos comenzamos a gritarle. Hacíamos lo que podíamos para que avanzara.

—¡Aquí hay pirañas!, las pirañas me dan mucho miedo —Comentó Karen, dando unos pasos.

—¡Mírame!, no mires el agua, mírame a mí —Diana se acercó a la orilla y gritaba.

Karen miraba a Diana y avanzaba un poco.

Juan tocó el agua, él ya estaba por entrar y Karen no salía.

Lizuly colocaba la lanza para que Karen la sujetara, pero Karen aún no lo alcanzaba.

—¡Chicos hay un problema! —Karen miró hacia Juan.

Juan sin pensarlo dos veces se lanzó al agua cayendo encima de Karen.

Por algunos breves minutos los dos no se lograban ver. Estaban demasiado abajo.

—¡Pirañas! —Grito Juan, sacando el rostro a la superficie.

—¡Karen! ¡Karen! ¡Karen! —Luis no dejaba de gritar.

—La hemos perdido —Susurro Pedro colocando su mano en el hombro de Luis.

Yo no dejaba de ver el río, aún existe la posibilidad de que salga del fondo, tome mi mano y la ayude a salir.

***

—¡Necesitamos avanzar! —Dianet se puso de pie.

—Karen, ella no murió —Luis aún seguía parado en la orilla del río.

No entiendo, Juan gritó que había pirañas, o solo fue un juego, para ahogar a Karen.

Todos se habían puesto de pie, incluso Diana, ella no se miraba tan afectada como Luis.

Atrapados en el AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora