48.- Cuchillo.

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Miró a todas direcciones. Me encuentro detrás de un árbol. Brenda y Emilio aún nos buscan. Rosa al igual que yo, se encontraba en un árbol un poco lejos de mí.

—¡No se miran! —Susurro ella, desde allá.

Yo solo asentí, creo que me siento un poco más relajado, al saber que no están cerca de nosotros.

Miraba hacia el cielo, algo se nos tiene que ocurrir para salvarlas. Un ruido se escucha y algo caí cerca de mis pies, lo agarró rápidamente.

Es un cuchillo. Miró a Rosa y ella me señala el cuchillo de ella. Creo que está tramando hacer algo con ellos.

—¡Puede ser peligroso! —Le dije, pero solo moviendo los labios.

Ella negó y salió corriendo, ¡Oh debo seguirla!

Un ruido se escucha y me detengo, colocó el cuchillo en mis manos listo para atacar, respiro hondo y me coloco en modo de ataque.

Di la vuelta para atacar, pero una mano conocida me detiene pues le había cortado un poco.

—¿Dónde estabas? Creí que te habían atrapado a ti también.

Ortega me grito, mientras me quitaba el cuchillo y sé limpiaba la poca sangre que le había causado la pequeña herida.

—¡Lo siento! Debimos avisarte, ellos tienen a Dawn, ¡Oh y Daniela está viva! —Sonreí un poco.

Camine hacia la cabaña, pues Rosa sé había alejado y la perdí de vista.

—¿A dónde vas? —Pregunto Ortega deteniéndome.

—¿A dónde puedo ir? Es obvio que solo a la cabaña, los sacare de ahí.

Me dispuse a correr esta vez, Ortega me seguía.

Miro a Rosa junto a la puerta, le hago señas hasta que capto mi atención y ella camina hacia mí.

—¡Maldición! ¿Qué hace el aquí? —Pregunta, al ver a Ortega.

—Vengo a sacarlos del problema en que se han metido —Ortega camino a la puerta.

—¡Yo, llamaré la atención de todos! Cuando me sigan, ustedes entren por Dawn.

Ortega toco la puerta, Rosa y yo de inmediato nos escondemos detrás de un árbol.

Ortega se aleja un poco de la cabaña, Juan, Emilio y Raúl salen y comienzan a seguir a Ortega.

—¡Ven!, no podrás escapar esta vez —Juan gritaba detrás de Ortega.

Miro a Rosa indicando que ahora nos toca a nosotros. Aunque tendremos un poco de dificultad, pues Brenda y Rubí siguen ahí.

—¡Ellas no son problema!, yo me encargaré de ellas —Rosa, me miraba un poco enojada.

Yo asentí. Pues ella se ve muy segura de lo que dice, caminamos hasta la puerta. La abro despacio, pero creo que se escuchó demasiado fuerte.

—¿Qué haces? —Rosa me miro confundida.

—Fue la puerta, ya está muy vieja.

Los dos seguimos caminando, pero por desgracia vemos a Rubí cerca de la cocina.

—Ustedes, ¿Que hacen aquí? —Pregunto enojada.

Ella nos miraba, pero rápido Rosa saca su cuchillo. Volteo a todos lados y veo una lanza sobre la mesa.

La tome inmediatamente colocándola cerca de Rubí, ahora sí que se sienta intimidada.

—¡No me hagan reír jóvenes!, esas no son armas, miren esta —Ella saca un arma de su pantalón.

Atrapados en el AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora