Atrapados en el Amazonas

61.- Preguntas.

Salgo de la cabaña junto a Marisol, veo algunas personas acercarse a nosotros. Algunas tienen libretas o grabadoras en sus manos.

—¿Te sientes culpable? —Me pregunta una mujer, acercando su grabadora hacia mí.

Yo me detengo por completo, sabía exactamente a qué se refería, al concurso. Miro a Marisol, siento que mis ojos van a empezar a soltar lágrimas.

—¡No contestes!, si no quieres —Marisol tomo mi mano, para caminar más rápido.

Respiro hondo mientras veo a la mujer que me hizo esa pregunta, para luego comenzar a caminar.

—¿Dónde están los demás? —Pregunté confundido.

—¡Allí!

Ella señaló la cabaña de enfrente, llegamos y entramos rápidamente. Veo a Dawn hablando con una persona, me acerco más y veo que es el Lic. Alberto. Rápido recuerdo ese momento en el cual fue a la escuela.

—¡Ven!, acá esta Susan —Susurró Marisol.

La seguía hasta la cama, ahí estaba Susan, se veía tan inofensiva, tan herida. Junto a ella se encontraba un doctor, eso rápido lo sé por la forma en que viste. Marcos del otro lado, sin soltar la mano de Susan, me acerco rápidamente y pregunto:

—¿Como esta?

El doctor y Marcos me miran, el rostro de Marcos se veía lastimado emocionalmente, reflejaba una tristeza muy notoria.

—No quiero darles falsas esperanzas, depende de cómo reaccione —El doctor nos miró y luego siguió en lo suyo.

—No debió pasar eso, ¿Por que lo hizo? —Le preguntó a Marcos.

—¿Crees que lo sé? No quiero perder a mi hermana, no así, no cuando estábamos por irnos —Los ojos de Marcos comenzaron a cristalizarse.

Me alejo y me siento en una silla, que parece que la han traído ellos. Pienso en todo esto, todo estaba saliendo perfecto, ahora Susan está herida y Dulce en algún lugar con Emilio, Rubí y Raúl.

Veo que Dawn ha dejado de hablar con el licenciado. Ahora él se acerca a mí.

—¿Puedo hablar contigo? —Pregunta mostrándome una tarjeta. En la cual dice: Lic. Alberto Zúñiga.

Volteo y lo miro, siento unas grandes ganas de golpearlo, él tiene la culpa de todo lo que pasó aquí.

—Claro... dígame —Sonrió amablemente.

—Aquí no, ¿Puedes venir conmigo?

El camina a la puerta de la cabaña, yo me pongo de pie y me dirijo hacia él. Él va hacia otra cabaña, en la cual rápidamente entra. Al entrar veo que Rosa y Ángel también están aquí.

—¡Jóvenes!, tomen asiento —Menciona el Lic. Alberto.

Los tres nos colocamos en la mesa, nos miramos entre sí, sin saber ¿A que hemos venido?

—Primero que nada, quiero disculparme por todo lo que han vivido aquí, nunca imagine que pasaría esto. Nunca había pasado esto.

Él nos mira, mientras coloca unas hojas frente a cada uno de nosotros.

—¡Ustedes tres!, son los únicos líderes de grupo, o mejor dicho los ganadores del concursos.

El Lic. Alberto nos entregaba plumas, yo, mientras leía la hoja, esta contenía todos los datos de cada uno de mis amigos.

—Pueden poner, ¿Quién está vivo? Y ¿Quien murió? ¡Por favor!

Volteo y miro a Ángel y Rosa, nunca me imaginé que ellos habían ganado el concurso, creí que sólo serían acompañantes de alguien.

Regresó la vista hacia la hoja, siento tanta tristeza al leer los nombres. Voy marcando quien murió y quién no.

Al llegar a Dulce, siento un gran nudo en mi garganta, ella está fuera, no sé si está viva o ya no lo está. Limpio una lágrima que ha caído por mis mejillas. Marco que ella sigue viva y entregó la hoja. Ángel y Rosa también entregan sus hojas y se disponen a salir.

—¡Más tarde los llamaré de nuevo!

Los tres sin responder salimos de la cabaña.

—¡Veo que ya estás bien! —Rosa sonríe, dándome un abrazo.

—Sí, aunque quisiera decir lo mismo de Susan y Dulce.

Sigo caminando hasta que veo a Pablo y Karen responder preguntas con una mujer. Creo que es la misma que trato de entrevistarme hace rato.

—¡Carlos!, tenía que avisarte, saldremos a buscar a Dulce.

Dawn se acercó, en sus manos tenía una radio.

—¿Quién irá contigo? —Le doy un abrazo.

—Dylan se ha ofrecido y claro el oficial Morales.

—Mira nada más, ¿También irás? —Preguntó Dylan acercarse.

—Sí, vamos... Carlos yo te aviso cuando nos vayamos, nos vemos luego —Dawn se alejaba con Dylan.

Entre nuevamente a la cabaña donde estaba Susan, ahora cuidándola se encontraba Cielo y Lucy. No lograba ver al doctor por ningún lado, creo que no debe dejar a su paciente sola.

—¡Hola Carlos! Toma una fruta.

Cielo se acercaba a mí, con una fruta en mano, me abrazó y me entregó la fruta.

—Hola Cielo, gracias, sí que tenía hambre —Sonreí.

Lucy me saludó brevemente, para seguir limpiando un poco de sudor de la frente de Susan.

—El doctor los revisará, me ha revisado a mí, dice que estoy bien, pero que casi estaba por deshidratarme.

Marcos me muestra una botella de agua, una botella grande.

—¡Espero no tener nada!, yo me siento bien, aunque...

Fui interrumpido por alguien que abrió la puerta sin tocar.

—¡Mucho gusto!, soy el oficial Morales, chicos necesito que respondan una serie de preguntas, sólo faltan ustedes.

Él se aleja rápidamente por la puerta, veo a Marcos. Le señalo que hay que ir, así es como salimos por la puerta.

—No tengo ganas de responder nada, sólo quiero que ayuden a Susan —Marcos me miró un poco enojado.

—Ella se recuperará, nos iremos todos de aquí.

Susurre mientras caminábamos. Note como Pablo, Marisol, Karen, Ángel, Rosa y Daniela ya estaban en la entrevista.

Una mujer se acercó a mí, rápido me di cuenta que es la misma chica de antes.

—¡Mi nombre es Cinthia!, yo te realizare unas cuantas preguntas, quiero que contestes con la verdad, si te encuentras con una pregunta que te incomoda, sólo di paso —Ella sonrió, preparando su grabadora.

Asentí, me acomode en el pequeño banco y ella se dispuso a pensar.

—¿Cuál es tu nombre?

—¡Carlos Gómez!

—¿Con que se alimentaban aquí?

—Sólo con la fruta que encontrábamos en los árboles —Sonreí un poco.

—¿Has presenciado la muerte de alguna persona cercana?

Suspire un poco—. Creo que demasiadas, no podría contarlas.

Note como algunas lágrimas resbalaban por mis mejillas.

—¡Tranquilo!, ¿Si quieres continuamos después? —Ella me miraba.

Yo negué, aceptando seguir. Después de muchas preguntas más, termine, ahora era turno del doctor. Él nos revisará, para saber que no tenemos ninguna enfermedad.

.........

¡Últimos capítulos!