Atrapados en el Amazonas

27.- Correr.

Gonzalo y Ortega se encuentran aún frente a nosotros, al igual que Brenda, Emilio y Juan.

—¡No lo hagas! —Dianet gritó asustada.

Brenda camino hacia ella, preparo su mano y le dio una gran bofetada.

—¡Cállate!

Brenda grito, mientras volvía a su lugar.

Juan aún sostenía un cuchillo cerca de Ortega.

—¡Hay una mocosa fuera!, no puedo atraparla —Martín entro por la puerta.

—¡Emilio ve con él!, Juan puede ayudarme con estos —Comento Brenda enojada.

Martín salió y detrás de él, Emilio.

—¿En que estábamos?... Oh cierto, decidan.

Brenda nos miraba detenidamente. Juan solo miraba con odio a Ángel.

—¡Esto puede terminar de una vez!, podemos unirnos, salir de aquí juntos —Gonzalo susurro.

Brenda y Juan se miraron para luego soltarse en risas.

—¡No se pueden callar!, su risa me tiene harto —Grite fuertemente.

Todos me miraron por algunos segundos, Gonzalo aprovecho para golpear a Juan con la cabeza.

Juan cayó al piso inconsciente, Ortega se lanzó encima de Brenda, junto con la silla.

Paco se puso de pie y golpeo a Brenda, hasta dejarla inconsciente.

—¡Chicos!, rápido tenemos que irnos de aquí, ¿Están todos bien? —Preguntó Ortega, algo alterado.

Todos solo asentimos, nos pusimos de pie.

Ortega abrió la puerta y salió al igual que Gonzalo.

—¡Rápido!

Comente mientras subíamos las escaleras para salir del sótano.

—¡Regresen!, ellos vienen —Gonzalo menciono.

Todos dimos una vuelta y regresamos al sótano.

Gonzalo cerró la puerta, con ayuda de todos colocamos cosas detrás de ella.

Miro a todas partes, no logro ver algo que nos ayude a salir.

—¡Esa ventana! —Gritó Pablo emocionado.

Rápido subo a una silla y veo la ventana es algo chica, con dificultad lograremos salir.

—¡Rápido!, salgamos de aquí —Grite, subiendo con ayuda de Yulma.

Con un poco de dificultad logre salir, me sentía libre, miraba a mis alrededores.

—¡Abran la maldita puerta!, les irá mal —Emilio gritaba detrás de la puerta.

Rápido me tiro al suelo e intento ayudar a salir a Marisol.

—¡Rápido!, ¡Carlos rápido! —Marisol gritaba asustada.

La estiraba fuertemente, segundos después alguien la estiro hacia dentro de nuevo.

—¡No me dejes! —Grito asustada.

Juan se acercó a la ventana y la cerro, ¿Ahora qué hago? Soy el único que ha salido.

—¡Déjalos salir, no les hagas daño! —Gritaba golpeando la ventana.

Juan nuevamente se acercó a la ventana y disparo, el disparo sólo me rozo en un brazo, un poco de sangre salió.

—¡Regresare por ustedes!, regresare —Corría hacia la selva, tenía que evitar más disparos.