Narra Carlos.
Me encontraba recargado sobre un árbol. La culpa por disparar a Brenda me comía, cerraba mis ojos y ella aparecía.
—Recuerda que lo hiciste para salvarnos, salvar a Dawn —Susan me dijo.
—Sí, lo sé pero mate a una persona, me siento culpable.
Con ayuda de Susan me puse de pie, la herida aún me dolía un poco, pero con ayuda de Susan, está ya no sangraba.
—¡Vamos!, caminemos hacia allá —Agregue, señalando delante mío.
Nos esperaba pura selva, aún no estamos seguros que hay más allá.
—¿Crees que los demás fueron allá? —Susan me miraba.
—Tal vez, porque no creo que hayan vuelto a la cabaña, ellos saben dónde están —Comente, para seguir caminando.
Susan ya no dijo nada, tan solo caminaba junto a mí.
—¡No debí hacerlo! —Dije en voz alta.
—¡Carlos!, eso no importa, nos salvaste, ya deja de pensar en Brenda, recuerda, tenemos que encontrar a alguien.
Susan me miraba, yo solo asentí y seguimos caminando. Trato de pensar en otra cosa que no sea la muerte de Brenda. Como por ejemplo: Pablo mi hermano, ni siquiera sé dónde está.
—¡Ven rápido!
Susan me jala hacia unos arbustos, cerca de nosotros. No entendía porque hacia esto, hasta que dos personas pasaron por donde estábamos.
—Ni siquiera los escuche —Susurre en los oídos de Susan.
—Entonces, he salvado tu vida —Ella sonrió.
Las dos personas pasaron y nosotros seguimos caminando, si ellos están tan bien, ellos podrían ayudarnos.
—¡Alto! —Gritó un hombre, lanzando una flecha.
Me lanzo hacia Susan, para impedir que no lastimara a alguno.
—¿Qué te pasa? —Pregunté, algo enojado.
—¡Lo siento! Eso hago siempre con los animales, en verdad lo siento —El hombre mencionaba.
—Sigamos, Cielo necesita comer, anda, déjalos —El otro hombre le dijo.
Los dos nos miraron para después agregar.
—¿Que hacen aquí? Están en la excursión, esa del concurso —Pregunto el hombre con el arco.
—Eso ya no existe, tan solo tratamos de sobrevivir, unos locos tratan de matarnos —Comente asustado.
—Los he visto algunas veces.
—Entonces, ¿Saben de lo que son capaces? —Pregunte mirando a ambos.
Solo uno de ellos asiente, el otro solo se limita a contestar.
—¡Los llevaremos a nuestro hogar!, ahí estarán seguros —Menciono el del arco.
—Si, por favor.
Ellos comenzaron a caminar, Susan y yo detrás de ellos.
—¿Cuáles son sus nombres? —Pregunta Susan.
—Dylan, el Júnior —Agrega el del arco.
Seguimos caminando, al parecer estamos por llegar, pues logro ver algo a lo lejos.
—Yo soy Susan, mi amigo es Carlos. Ya verán que nos llevaremos bien.
Susan sonreí, Dylan y Júnior rieron un poco.
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Atrapados en el Amazonas
TerrorCarlos es un chico normal, hasta que gana un concurso. El y sus amigos emprenden un viaje al Amazonas, los primeros días se divierten como nunca. Después de enterarse que un animal salvaje del lugar, mata a un joven. El caos comenzara. Al intentar h...