17.- Búsqueda.

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Narra Pablo.

Salimos de la cabaña con el arma de Juan. Lizuly llevaba consigo la lanza.

—¡Tu amiga estará bien! —Ángel mencionó, mientras tocaba mi hombro.

—Sí, eso lo sé, está en buenas manos —Sonreí levemente.

—Ángel dime, ¿Cómo me encontraste, a mí, a todos? —Preguntó Lizuly.

—No es un poco obvio, el sonido del disparo, de hecho pienso que no solo a mí me llamaron —Comentó Ángel, algo serio.

—No nos des más preocupaciones, solo tomamos las cosas y regresamos cuanto antes.

Marisol apresuro un poco el paso. De hecho nos dejaba un poco atrás.

Note como Karen caminaba pero no hablaba con nadie, entiendo por todo lo que ha pasado, primero Erika y luego Diana.

Yo también he perdido a alguien, Manuel, aunque no era muy cercano a mí. Era un buen amigo de Carlos.

—¿Qué pasó después del río? —Preguntó Lizuly acercándose a Karen.

—¡Nunca miré una piraña!, las corriente nos arrastró hasta que logramos salir, Juan salvo mi vida.

Ella suspiraba una y otra vez, luego continúo contando.

—Al salir, vi mis piernas y tenía pequeñas heridas, la verdad no sé si había pirañas.

Karen movía sus piernas, cerró los ojos por algunos segundos y luego siguió su relato.

—Quise correr pero él me lo impidió, el me obligo a decirle ¿A dónde nos dirigíamos?, regresamos donde inicio todo y horas después encontramos la cabaña.

Una lágrima salió por su mejilla, pero rápidamente la limpio con su manga.

—¡Te entendemos!, nosotros pensamos en buscarte —Comente preocupado.

—¡Pero no lo hicimos!, lamento tanto en no hacerlo —Lizuly mencionaba.

Karen sonrió un poco y luego seguimos el camino.

Lograba conocer un poco este lugar, cuando cruzamos el río sabía exactamente por donde era.

—¡Conozco este lugar!

Marisol comenzó a correr, todos detrás de ella hicimos lo mismo, minutos después vi las cabañas.

Se veía todo solitario, un poco normal desde que todo se fue al demonio en este lugar.

—¡Rápido vuelvo! —Ángel se alejaba, imagine que iba a su cabaña.

Marisol también comenzó a dirigirse a nuestra cabaña, Karen, Lizuly y yo la seguimos.

Al llegar a la puerta pude notar algo extraño en la puerta.

Exactamente en la lista de nombres, Manuel estaba subrayado con pluma.

—¿Quién pudo hacer esto? —Pregunte a mí mismo.

—¡Lo hizo Carlos! —Karen se acercó a mí.

—Tengo que hacer algo —Karen comenzó a alejarse.

Camine detrás de ella, iba de camino a su cabaña.

—¿Esto también lo hizo Carlos? —Pregunte confundido.

—No, eso lo hice yo.

Karen sonrió un poco, luego tomó la pluma y rayo encima de Diana. Ahora Erika y Diana estaban eliminadas de la lista.

Atrapados en el AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora