20.- Piedras.

206 28 0
                                    

Narra Carlos.

Abro mis ojos, rápidamente comienzo a toser, no sé muy bien ¿Dónde estoy?

-¿Qué ha pasado? -Logro decir.

Me pongo de pie, miro hacia arriba de la cascada, recuerdo todo lo que ha pasado.

-Yulma... Luis... Dianet... Pedro... Dulce -Grite mirando a todos lados-. ¿Dónde están?

Nadie me respondía, miró fijamente a todas direcciones, logró ver un pie junto a un arbusto.

-¡Dulce! ¿Estás bien? -Pregunte, mientras me acercaba a ella.

Ella sólo se tocaba la herida, la cual ya no tenía venda.

-La hinchazón ha bajado -Sonrió mirándome-. Por allá esta Luis.

Miro hacia la dirección que me ha dado Dulce, Luis se acercaba caminando.

-Al parecer, Juan no bajo.

Su mirada aún seguía hacia arriba, miraba todo con cautela.

-¡Ayúdame a buscar a los demás! -Di la vuelta-. ¡Rápido!

Caminaba miraba a todos lados, Pedro estaba inconsciente en la orilla de la cascada.

-¡Pedro despierta! -Yulma se acercó a el-. ¡Despierta!

Yulma le daba pequeños golpes en las mejillas a Pedro.

-¡Déjame dormir! -Pedro se había despertado.

-Despierta, ¿Acaso no recuerdas que ha pasado? -Yulma lo ayudo a levantarse.

-¡Oh dios! Juan intento matarnos -Comentaba, mientras miraba la cascada.

-Miren, ¿Quién viene allá? -Luis susurro sonriendo.

-No puedo creer que sobrevivimos -Dianet salía de un arbusto.

-¡Créelo!, lo logramos, gracias a mi -Yulma sonreía.

Comencé a mirar a todos, estábamos un poco mojados pero lo importante es que nos salvamos.

***

-Ya vieron allá arriba -Dulce señalaba hacia arriba de la cascada.

No alcanzaba a ver nada, pero sea lo que sea, no era bueno.

-¿Qué es lo que ves? -Pregunte un poco confundido.

-No sé muy bien, creo que son personas -Ella sonreía-. Vamos, tal vez sean nuestros amigos.

Dulce comenzaba a caminar, junto a la cascada había un camino en picada.

Todos la seguimos sin pensar, necesitábamos saber ¿Quiénes eran?

-¡Deben tener mucho cuidado! -Pedro tomaba la adelantará.

Desde aquí la cascada se veía más peligrosa, solo mirar en la orilla de este camino, podía observar piedras, enormes piedras.

-¡Son ellos!, están en problemas.

Pedro comenzó a correr más rápido, nos estaba dejando atrás.

Minutos después ya podía observar bien a todos, Pablo, Marisol, Ángel, Lizuly, Karen, ¿Gonzalo?

No puedo creer que encontraron a Gonzalo, creí que nos había abandonado.

-¡Ayuda! -Logre escuchar la voz de Pablo.

Comienzo a correr, pero es un poco difícil correr hacia arriba.

-¡Chicos, chicos! -Pedro comienza a gritar mientras se acerca a ellos.

Pedro arrojaba a los animales hacia la cascada, nunca había conocido esa parte de Pedro.

Atrapados en el AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora