Epílogo.

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Las semanas pasaban, todos aún seguíamos tratando de regresar a nuestras antiguas vidas, yo lo he logrado un poco.

Aunque a cualquier lugar que voy o miró, debe haber algo que me recuerda a alguien que no logró salir del Amazonas.

Cada semana Marisol y yo íbamos a dejar unas flores al mural que colocaron en la escuela. Ya se había hecho una costumbre y hoy no es la excepción.

Marisol y yo caminamos al mural, este estaba en el centro de la escuela. Veo el mural y colocó las flores debajo de él.

—¡Los extraño mucho!

Susurró Marisol, yo la miro por algunos segundos, creí que era el único que los extrañaba.

—¡Yo también los extraño mucho! —Comenté, tocando el mural.

Karen y Ángel se acercaron a nosotros y dejaron unas flores también.

—¡Hola chicos! —Karen, nos saludó emocionada.

—Les quería decir algo, ayer me ha llamado Daniela, ella vendrá de visita.

Marisol mencionó emocionada.

—¿Enserio? —Pregunte sonriendo.

—Si, quiere que todos nos juntemos, así que le avisaré a Marcos y a Rosa.

Marisol sonreía, todos miramos por algunos segundos el mural. Recordaba el más mínimo recuerdo que viví con cada uno, de los que estaban en el mural.

—¡Siempre los recordaré!

Nos dimos vuelta y caminamos a nuestras aulas.

Atrapados en el AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora