35.- Atada.

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—¡Debimos hacer esto desde hace mucho!, debimos matarlos.

Recordaba esas palabras, creo que Yulma tan solo quería salvarnos, a todos.

Me encontraba sentado en el suelo, el cuerpo de Yulma aún seguía en el mismo lugar, Lizuly aún seguía ahí.

—¡Podemos enterrarla!, ella merece esto —Dawn menciono, junto a Lizuly.

Fije mi mirada hacia ellas. Lizuly no hacía nada, solo tocaba la mano de Yulma.

Ellas dos forjaron una gran amistad, en tan poco tiempo se convirtieron en las mejores amigas aquí, incluso mejor que Pedro y yo.

—¡Es buena idea!, yo cavare el pozo —Ortega, se acercaba con una pala.

Ortega comenzaba a cavar el pozo, yo solo me puse de pie y camine a la cabaña.

—¡Está mejor!, puede que se salve —Luis comento, mirando a Gonzalo.

Él estaba acostado en la cama, lo veía peor, esa mujer que le disparo, ¿Quién será?

—¡Él se pondrá bien! —Dulce sonrió.

—¡Yulma murió, esa chica me caía bien! —Escuche a Daniel, decirle a Daniela.

—¡Por dios! Deja de hablar de ella, ¿O ves que alguien habla de ella? —Daniela nos miraba.

Ellos dos se quedaron en silencio, camine hacia Dianet y Pablo.

—¿Están bien? —Pregunte confundido.

—¡Cuando vi caer a Yulma!, creí que solo estaba inconsciente, al acercarme me di cuenta que no era así.

Dianet solo miraba la ventana, la cual estaba abierta, solo se miraba una mano de Brenda.

Ella fue la causante de la muerte, Juan y Emilio no han venido a buscarla.

—¡Suéltenme!, ¡Déjenme ir! —Gritaba Brenda desde afuera.

Vi que Dawn se acercó a ella y le dio un golpe fuerte.

—¡Dime!, ¿A dónde se llevaron a David?

—Nunca te diré, así que si me vas a matar, hazlo ya —Brenda comento.

Salí de la cabaña, Ortega ya había acabado el pozo.

—¡Tu!, suéltame, prometo dejarte vivo, a ti y a tu hermano —Brenda me señalaba.

Negué y seguí caminando hasta Lizuly, ella aún seguía junto a Yulma, impedía que la moviéramos.

—¡Lizuly!, ella ya no está, tenemos que hacer esto.

Ella me miro y luego se alejó de Yulma.

—¡Está bien! —Menciono, colocándose en el piso—. ¡Te extrañare mucho! —Lizuly le dio un beso en la frente.

***

Todos nos encontrábamos alrededor del pozo.

Nadie hablaba, solo Brenda, que nos gritaba desde la ventana.

—¡Prometo no hacerles daño!, les ayudare con todo lo que quieran.

Ella no dejaba de gritar, Dawn se alejó de nosotros y se acercó a Brenda.

—¿Sabes qué hacer? —Pregunto Karen, tomándome del hombro.

Ella señalaba con su cabeza la cabaña, recordé que hacer cuando un amigo muere.

—Sí, si lo sé —Susurre.

Camine lentamente hacia la cabaña, tome la pluma y raye el nombre de Yulma.

Atrapados en el AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora