Narra Yulma.
No puedo hacerlo, ¿Por qué es tan difícil encontrar a alguien?
Desde que me separe de mis amigos, he tratado de buscar a Lizuly, al no tener ninguna noticia de ella decidí buscar a mis amigos.
Al ir al pequeño aeropuerto, ellos no estaban ahí. Me encuentro con cuatro personas, ellas me han ayudado a tener esperanza de encontrar a mis amigos.
Estoy comenzando a creer que jamás los hallare, nunca debí irme de esa manera. Nunca debí poner a Lizuly antes que a mis amigos.
Ahora no sé exactamente donde me encuentro, unos animales nos siguieron hasta que se cansaron. No tengo idea de dónde estoy.
—¡Tranquila!, nosotros estaremos contigo —Dijo Karen, ella es una de las cuatro personas con las que me encuentro.
Erika, Luis y Diana son las otras tres, ahora sé cómo ser amigable, si no lo fuera, estas cuatro personas no estuvieran aquí.
Miraba a todos lados sin responder a Karen, ella me miraba al igual que Luis.
Diana y Erika vigilaban otras cosas.
—¿Sabes?, tengo miedo —Susurre a Karen.
—Es normal, estamos atrapados aquí, no encuentras a tus amigos, claro que eso es normal.
Ella se acercaba a mí, para darme un abrazo.
—Ahora estamos juntas, nadie nos separara —Karen sonreía.
—Yo pienso, que no debes hacerla creer algo que tal vez ya no sea verdad. Como dice ella, apenas habían sobrevivido al choque del avión, no tienen fuerzas para pelear —Comento Diana frunciendo el ceño.
—¡Ya! No digas ésas cosas —Luis toco el hombro de Diana.
Los miraba, solo Karen me apoyaba en estos momentos al igual que Luis. Erika decidió no comentar nada. Diana era la única que decía lo que pensaba y la verdad eso me caía bien de ella.
—Yo solo diré una cosa, tenemos que encontrar un lugar donde escondernos —Erika por fin había hablado.
Todos asentimos y luego comenzamos a caminar sin rumbo fijo, no sabíamos dónde estábamos.
—Recuerdo que la última vez dimos vuelta hacía acá. Debemos ir por aquí —Luis señalaba una dirección.
Todos decidimos ir hacia dónde Luis había señalado.
— ¡Oh no! Miren eso —Erika grito al ver un animal enfrente de nosotros.
—Nadie haga ruido —Comente señalando con mis manos.
El animal nos miraba y gruñía, tratábamos de no movernos pero era inútil, los nervios que sentíamos eran mayores.
De pronto Erika comenzó a correr, corría sin parar.
—¡Tenemos que ir por ella! —Luis comenzó a correr detrás de ella.
Todos corríamos detrás de Erika, ya que el animal iba detrás de ella.
—¡Erika detente! —Grite, pero ella no hacía caso.
—Si sigue así pueden verla más y sería su fin —Karen tapaba su boca con las manos.
***
Habíamos llegado, ahí enfrente de mí se encontraban los restos del avión en el que viajaba.
Es increíble ver cómo quedo, no sé qué pasaría con los demás. Ese hombre que encontramos o el Piloto que no despertaba.
—¡Baja de ahí! —Grito Luis al ver a Erika escondida en las ruinas del avión.
—No, pueden volver, eran demasiados —Comento llorando.
Luis estaba por subir por ella, pero de repente un Jaguar salto encima de Erika y ocasiono que Erika cayera al suelo.
Yo le di una patada y el animal se fue corriendo.
Me acerque a Erika y ella se tocaba el cuello.
Al mirarla pude ver qué tenía sangre, ¡Sangre salía de su cuello!
—¡Oh por dios! Estás sangrando —Grite asustada.
Colocaba mis manos sobre su cuello y estas rápidamente se pusieron rojas.
—Algo, rápido algo. Tenemos que detener el sangrado.
Gritaba hasta que Luis abrió su mochila y saco una playera, la cual coloque en su cuello.
—¡No quiero morir!, no ahora —Gritaba Erika asustada.
—No morirás, estarás bien —Agregue sin soltar su cuello.
Luis caminaba de un lado a otro, no decía nada, solo miraba a Erika, imagine que eran familiares o amigos muy cercanos.
—¡Ella no puede morir! —Diana comentaba.
—Creo que está mejorando —Añadí no muy segura.
Quite un poco la playera del cuello de Erika, la sangre había parado, pero aún se veía muy mal.
—¿Qué vamos a hacer?— Pregunto Karen—. Ella no puede moverse.
—¡Claro que puedo!, no quiero quedarme aquí. Tengo frio —Comento Erika levantándose.
—Recuéstate.
La tome de los brazos y la recosté sobre el suelo.
La herida se veía un poco mejor, pero ella no, Erika estaba empeorando.
Veía todo a mí alrededor, el sonido de la naturaleza se escuchaba.
Animales comiendo, animales llorando.
Erika no dejaba de temblar, ella tenía frío.
—¿No tienes algún suéter en la mochila? —Comente a Luis.
Diana le quito la mochila a Luis. Busco en la mochila y efectivamente tenía un suéter.
—No hace falta, yo sé que moriré —Erika comento, la miraba a sus ojos y estos ya estaban cristalizados.
No evite soltar alguna lágrima, ella morirá por mi culpa, tratando de encontrar a mis amigos. Tal vez ni los encuentre.
—¡No llores Yulma!, tú no tienes la culpa de esto. Yo sé que encontrarás a tus amigos, todos ellos están bien y te están buscando.
Erika me toco el rostro, nunca había hecho esto por una persona, a la cual apenas conocía.
—Estarás bien y de eso me encargare yo —Sonreí un poco.
Me levante, amarre la playera alrededor de su cuello y la tome de la mano.
—¡Ayúdame Karen! —Agregue
Karen se acercó a mí y con su ayuda levantamos a Erika. No podíamos abandonarla aquí.
Todos volvimos a tomar el camino. Karen y yo ayudamos a Erika a caminar. Luis y Diana iban enfrente vigilando que ningún animal se acercara a nosotros.
—¡Uno por tu izquierda! —Anuncio Luis a Diana.
—Ya lo miro, nadie se mueva —Diana lentamente tomo la mochila de Luis.
Todos nos quedamos inmóviles un momento hasta que Diana golpeo al animal con la mochila.
El animal huyo corriendo y nosotros tuvimos que aumentar la velocidad.
No sabíamos muy bien a donde ir, solo planeo no dejar morir a Erika y encontrar a mis amigos sin perder a nadie más.
Caminábamos y en algunos lados nos deteníamos a descansar un momento.
La herida de Erika a mi parecer estaba empeorando y ella aún más, estaba helada algo que era común en este lugar, ya que era fresco.
Nos dirigíamos a las cabañas, pensamos en ese lugar porque tal vez mis amigos están ahí y existe la posibilidad de poder estar seguros ahí.
Hay cabañas, comida y agua para sobrevivir hasta que alguien venga por nosotros.
Así que ahora ese será nuestro destino y no correrá más sangre por mis manos.
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Atrapados en el Amazonas
HorrorCarlos es un chico normal, hasta que gana un concurso. El y sus amigos emprenden un viaje al Amazonas, los primeros días se divierten como nunca. Después de enterarse que un animal salvaje del lugar, mata a un joven. El caos comenzara. Al intentar h...