-Hola Tae Tae, ¿Qué pasa? –Respondías tu celular al percatarte que entraba una llamada de Tae.
-¿Dónde estás? –Preguntaba apurado.
-En casa, ¿Por qué?
-Voy para allá –Colgaba
Algo raro ocurría. Tae siempre llamaba y preguntaba como estabas, que estabas haciendo y si iba a tu casa pedía permiso para hacerlo. Esta vez no lo hizo.
1 hora después, Tae tocaba el timbre.
-Hola, ¿Qué te trae aquí? –Preguntabas una vez abrías y lo tenías en frente.
Tae simplemente pasaba de largo y se paraba en medio de la sala.
Tú lo seguías.
-¿Quién es él? –Preguntaba cruzado de brazos
-¿El? –desconcertada no sabías a lo que se refería –No sé de qué hablas.
-Claro que sabes –Se acercaba a ti –Te vi abrazándolo muy a gusto ayer fuera de la empresa.
Y de repente, ubicaste de lo que hablaba Tae.
Ayer, fuiste a la empresa en donde trabajaba Tae porque él te había dicho que almorzaran juntos al menos ese día. Terminado el almuerzo, tenías planeado quedarte un poco más de tiempo, pero una llamada de tu primo entro en ese momento. Él vivía en otro país, pero ese día había llegado de sorpresa a tu casa, pero tú no estabas allí así que le dijiste que fuera a la empresa de Tae para luego salir a caminar y adelantarse de lo que había ocurrido en los últimos años. Una vez llegó, te aviso que estaba en frente de la empresa así que te despediste de Tae, bajaste en el elevador y saliste de la empresa y ubicaste con la mirada a tu primo.Te acercaste a él y lo abrazaste. Tanto tiempo sin verlo y ahora tenerlo entre tus brazos te reconfortaba.
-Estas más alto –Comentabas después de abrazarlo.
-O tu más bajita
Golpeabas levemente su brazo por el comentario burlón.
Hablaron unos dos minutos ahí y luego se fueron a caminar un rato para después irse a tu casa.
"¿Es eso de lo que habla Tae? ¿Es el a quien se refiere?" pensaste.
-¿Quién diablos es el? –Tae insistía enojado.
-Cálmate Tae, él es mi primo
-¿Primo? ¿tú crees que yo nací anoche? –Gritaba y...perdió el control. Termino estampando su mano contra tu mejilla. Era la primera vez que Tae te golpeaba. La primera y la última vez.
-¿Sabes qué? Si no me quieres creer, es tu maldito problema –Decías firme mientras tenías tu mano cubriendo la mejilla –Y puedes ir retirándote de mi casa y de mi vida porque no quiero saber de ti jamás.
-No, espera, discúlpame –Tae parecía sorprendido, parecía que él tampoco podía creer lo que había hecho.
-Vete –Lo empujabas a la puerta.
-Espera, no pensé lo que hice
-Que mal por ti
Lo empujabas afuera y cerrabas la puerta.
Al fin logre publicar la petición que me habían hecho uno de ustedes.