Hace dos años, Jin y tú se habían casado y comenzado a vivir juntos. Un departamento lindo, un sentimiento trabajador de ambos.Jin trabajaba como chef en un restaurante muy popular de Seúl. Tú, eras una diseñadora gráfica muy exitosa. Les gustaba viajar, comer y dormir. Se podría decir que era un matrimonio perfecto.
Pero…esa ya no era tu percepción desde hace ya unas semanas.
Jin era un tipo puntual y muy cumplido si de horas se trataba. Si él decía que llegaba a las 8:00, llegaba a las 8:00. Si sabía que se iba a tardar o tendría una salida con sus amigos, te llamaba y tú no tenías ningún problema con eso.Pero eso ya no pasaba, Jin llegaba muy tarde sin avisar, a veces borracho, otras veces con olor a un perfume que no era de él pero ese olor ya lo habías olido antes.
Al principio de eso, llamaba y decía que iba a salir con amigos, luego dejó de llamar y las excusas variaban, pero siempre eran las mismas: “Mis amigos me invitaron a beber” “Yo y mis amigos del restaurante fuimos a celebrar por las buenas ventas de hoy” “¿Por qué siempre tengo que llamarte? Tengo una vida”
La verdad, no eras celosa o nada por el estilo. Simplemente, era más como una regla para no preocuparse por el otro si no llegaban a casa al horario diario.
2:40 am, el aún no llega, su lado de la cama está vacío y tú con un miedo inminente de que algo le haya pasado. Sin darte cuenta, te dormías, tus ojos ya no soportaban más.
No sabias cuanto tiempo paso, pero sentiste un peso dejarse caer a tu lado, Jin al fin había llegado.Abriste tus ojos y decidiste preguntarle en donde estaba, si estaba bien.
- ¿Estas bien? –Tu voz ronca de recién levantada salía de tu garganta.
-Sí, deja de preocuparte tanto por mí, pareces mi mamá –Respondía bruscamente. Estaba borracho.
Volteabas a mirar al reloj de tu mesa de noche, 3:40 am, una hora desde que te dormiste.
Jin se acostaba de manera que su cara quedara hacia ti. No se cambió de ropa, su estado no se lo permitió. De su boca, salía un aliento de alcohol y de su ropa, aquel perfume.
Dormiste con la incertidumbre de que era lo que pasaba con él. ¿Por qué había cambiado tanto?
A la mañana siguiente, tu rutina y la de Jin era la misma. Desayunar y luego salir a trabajar. Jin solía llevar siempre su auto, pero esta vez, no. Debido a lo borracho que estaba la noche anterior, decidió dejarlo en el estacionamiento del restaurante y regresar en un taxi. Hoy, él se iría en el transporte público. Era lo único que, según tú, cambiaria para él.
Algo que si cambiaria en tu rutina de hoy, era que irias a trabajar. Hoy tenias el día libre, era un día que te debían desde hace unos meses y hoy lo aprovechaste para hacer algo. No le habias dicho a Jin, el no tendría porque enterarse.
Hoy, lo seguirías. La verdad, no te agradaba la idea de seguirlo, pero el comportamiento de Jin ya no era el mismo. Tenías miedo de que estuviera metido en algo y no te lo haya dicho, algo peligroso.
Saliste 5 minutos después de Jin, lo seguiste hasta la parada de autobús, obviamente, te hiciste un poco lejos para que el no notara tu presencia. Para tu sorpresa, lo que Jin esperaba no era un bus, era un auto azul, parecido al de alguien que tu conocías.
“Hay muchos autos iguales”
pensaste.Supusiste que había quedado con algún compañero para que lo recogiera. Pero… ¿Por qué no al frente de su hogar?
Tomaste rápidamente un Taxi. Le diste la dirección del restaurante donde trabajaba Jin, estando segura de que él se dirigía al lugar.
El taxista al parecer noto que estabas apurada y acelero llegando rápidamente, le pediste el favor de que te dejara a unos metros del restaurante. A un lugar donde fuera fácil ver la entrada del lugar, pero sin notarse mucho.
Pagaste y bajaste. Llegabas primero que él.