▪️EN LA PENUMBRA DEL OLVIDÓ || PJM ✧ MYG ▪️

08. Monstruo.

Capítulo largo. 

Una noche mas en la que el golpeteo de la nieve en la ventana era el único compañero ausente de Yoon Gi quien no había logrado conciliar tan siquiera un poco del descanso que debería brindarle a su cuerpo, le hizo estremecer ante el mismo reproche de este. ¿Cuánto tiempo paso desde que el bonito rubio cayo dormido en sus brazos, aferrándose tal cual el principio? Quizá era un castigo, pero el hombre podría asegurar las terribles ojeras que tendría para la mañana del otro día, ya siendo esto un mal habito de si mismo.

A pesar de estar mirando por un par de horas el suavecito rostro del rubio, que había estado acariciando tanto como pudo, después de tanta desesperación Yoon Gi bufó para después mandar a la mierda la paciencia que ya ni siquiera tenía. Se levanto de la cama sigilosamente para no molestar a Ji Min quien solo hizo apenas un misero ruidito en los labios al ser movido.

Tomó su bata y después de colocarse las pantuflas, salió de la habitación con la esperanza de encontrar cansancio en su cuerpo y así poder dormir, ya que últimamente eso era lo que menos obtenía durante las noches eternas.

Sus pies se movieron automáticamente a la cocina, en donde prendió la cafetera y mientras esperaba a que esté llenará la taza, se centró en la ventana en la que había olvidado cerrar las cortinas. La nevada no había cesado en ningún momento, y aunque ahora solo eran apenas pequeños copos los que caían, no alejaban ni siquiera un poco de su belleza. Instintivamente pensó en Ji Min, el seguramente estaría encantado si pudiera compartir la bonita escena frente a sus ojos, sin importar la fría casa, el temblor de ambos cuerpos que se abrazarían para así recoger tan siquiera un poquito de calor. Si tan solo estuviera bien.

Yoon Gi suspiró profundamente, hasta sentir nuevamente el temblor del frío que se paseó en su cuerpo al que apenas y cubrió. La sensación era melodiosa, en cambio la realidad le sentó como siempre. ¿Qué mierda estaba sucediendo? Quizá era más el miedo que tenía a perder a Ji Min, que todos los problemas suyos.

Simplemente entre más que analizaba todo para encontrarle algún motivo por el cuál Ji Min últimamente estaba decayendo, no encontraba respuesta sin falta de lógica. Aunque en realidad siempre fueron eso.

La sonrisa que apareció en sus labios se esfumo tan rápido como el pitido que aviso el café listo que tanto había ansiado , aunque en realidad se estuviese mintiéndose así mismo.

Yoon Gi estaba sediento por fumar un cigarrillo, aquellos que tenía oculta en su despacho, al prometerse así mismo no volver a fumar. Fue cuestión de haber chasqueado los labios, demasiado abrumado por todo, así que usando todo tipo de excusa camino ansioso a su despacho, en donde apenas estando adentro tomo la caja de cigarrillos que había traído desde el funeral de la difunta Kim.

Lo encendió y en la primera inhalada toda densidad en su cuerpo se esfumo como el mismo humo que el saco segundos después de la boca.

Al sentirse demasiado drogado por la multitud de emociones se echo en el sillón más cercano y así cerro los ojos, disfrutando tanto de lo prohibido para así mismo.

¿Cuánto había sido lo que hizo por Ji Min? Quizá tanto como para temblar al siquiera tener el leve pensamiento de perdida. Oh tal vez había desarrollado una dependencia emocional tan jodida por el rubio a lo que como resultado, se  negaba rotundamente a perderlo.

—Todo estaba yendo tan perfecto, tan perfecto sino fuera por la vieja bruja. — Yoon Gi susurro más perdido que consciente de sus palabras.

No obstante, al procesarlo la realidad le cayó como balde de agua fría, abrió sus ojos y el cigarro que había absorbido estaba por quemarle los dedos si no lo apagaba en cuestión de segundos. Y allí en la cruda existencia de la madruga, Yoon Gi frunció el ceño, recordando apenas un renglón de aquella conversación cuyo responsable fue aquel joven hombre que le ayudo en el proceso al recuperar a Ji Min de las paredes de la oscuridad.