20. Día - 05/2

11 2 0
                                    

—¿Nos vamos? —Exclamó Yoon Gi en medio de una sonrisa, siendo ignorante de la dejadez en Ji Min quién en cuanto lo vio, le brindó una ligera sonrisa antes de terminar por acercarse a él, asintiendo a su pregunta.

Por ello, estando perfectamente abrigados, 10 minutos después Yoon Gi tomó del brazo a Ji Min y una vez que él mayor avisó sobre su salida a su padre, ambos salieron a la parte trasera de la casa para después desaparecer de allí, al atravesar la pared de arbustos que cada año parecía más frondoso de lo que ya era. Más en invierno todo parecía desaparecer y únicamente aparentar mantos blancos de espesa nieve como todo el alrededor.

Una vez, al entrar en contacto con apenas el principio de lo que sería el frondoso bosque, Ji Min quedó embelesado por su misma belleza, olvidando por un segundo lo que esto iba a conllevar. La neblina apenas y bajaba, y el pequeño sol permitía reflejar los cristales que la misma helada había generado como parte de las esculturas en la naturaleza.

—¡Todo es muy bonito! — Susurró Ji Min quién miraba por todos los alrededores, con las mejillas suavemente rosadas por la misma helada que besaba sus pomposas mejillas. Mientras que Yoon Gi quién suspiraba atento al ligero humo que abandonaban sus labios en cuanto quiso hablar, sonrió aliviado de no sentirse tan cansado como el suponía que estaría. Motivo por el cual intentaba llevar el viaje de manera lenta para evitar ciertas sospechas que no quería revelar antes de tiempo. No obstante, por fortuna el pequeño rubio estuvo lo suficientemente entretenido con los alrededores como para notar su desdicha o al menos eso quería creer, ya que la realidad era muy diferente.

Ambos llevaban consigo tormentas las cuales en algún momento brillaron en la luz de la verdad.

—Todo este lugar… me trae recuerdos. —Susurró Ji Min con cierto deje de melancolía, al estar en el centro de los ocho árboles que les rodeaba.
—¿Es asi? —Exclamó él hombre antes de acariciar con suma delicadeza sus brazos, con el objetivo de confortar las bajas temperaturas que empezaban a ser presentes.
—Si, por nosotros y por mi papá… —Respondió.
—¿Tu papá? Ji Min… ¿Tú, eres capaz de recor… —Pregunto mirándole atentó, más Ji Min interrumpió.
—Hmh, solía regalarme flores en verano. ¡Eran muy bonitas! —Exclamó en cuanto vio pequeños brotes de flores amarillas apenas visibles en el pasto que seguía estando cubierto de nieve. —Hizo tanto por mi… — Suspiró. — Si no fuera por esa maldita mujer…
—Ji Min, Ji Min… —Intentó interrumpir sosteniendo su mano, buscando calmar la probable crisis del menor, más este se soltó de él, en un primer intento.
—¡Lo mató Yoon Gi! No… ¡Nos mató a los dos! —Gritó, con la voz más trastornada posible.
—¡Ji Min, recuerda que estás conmigo, en este presente y no con ellos en el pasado!  — Susurró tomándole de las mejillas para que ese rojo en sus iris se desvaneciera y así de esta manera prevenir que la situación se le fuera de las manos, al tener probable despertar nuevamente esa versión que el tanto intentaba controlar. —No dejes que el enojo te controle, tu eres dueño de ellas no ellas de ti. —Exclamó, mirándole fijamente.
—¡Amor calma, calma, calma!— Susurró. —Estoy yo, estamos juntos. —Volvió a susurrar, antes de abrazarlo. — ¿Te sientes mejor? Podemos regresar si no es el caso. —Preguntó más, Ji Min solamente negó.
—Solo continuemos… —Respondió bajito y Yoon Gi no tuvo mas remedio que soltarle en cuanto sintió perder la rigidez en el cuerpo ajeno, quién únicamente continúo caminando, sumergido en sus pensamientos.

—En un par de días estaremos yendo a Japón, ¿Sabes de ello? —Ji Min asintió. — ¿Te habló sobre el motivo? — El rubio negó, fingiendo no saber más de lo que tenía entendido por el mismo Yoon Gi, por lo que fue un poco difícil no armar mil escenarios en su mente. — Mira… lo que voy a decirte es una situación muy delicada y aunque sé que él no quiere hablar de ello… Mereces saber que Yoon Gi está atravesando por una situación muy complicada en su salud y aunque no hay un determinado diagnóstico… Parece irse agravando con el paso de los días… Por ello, es que se ha planeado el viaje, médicos sugieren más tecnología y pruebas médicas para intentar ayudarle lo más pronto posible, antes de que…
—El punto es que él no quiere irse a Japón. —Interrumpió Shung Hee.
—¿No?
—¡No!, se aferra a la idea de que con el personal con el que cuenta ahora, será suficiente. ¡Por favor, Ji Min, ¡te pidió … te pido de la manera más egoísta que hables con él o encuentres otra alternativa! —Lloriqueando suplicó la mujer.
— ¿Está siendo consciente de sus palabras, señora?
—¡Porqué lo estoy, es por ello por lo que estoy aquí ahora! Es mi hijo… quiero verlo crecer como lo he hecho hasta ahora, merece felicidad, merece una familia e hijos… Merece una larga vida, por el grandioso hombre que es… —Sollozo. —Entiéndeme, es mi hijo…

▪️EN LA PENUMBRA DEL OLVIDÓ || PJM ✧ MYG ▪️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora