21. Un solo lazo.

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— ¿No ha regresado Moka? — Yoon Gi preguntó cuatro horas después, de no tener alguna señal del pequeño Moka.

  Ji Min quién ahora estaba sosteniendo un jarro cubierto de galletas con la crema que horas antes había querido robar, negó como respuesta a la pregunta, antes de llevar a su boca otra de las crujientes galletas cubiertas en exceso de crema con chocolate. 

— Lo buscare en mi despacho, si no aparece iré al patio. — Hizo saber Yoon Gi antes de dirigirse a ambos lugares.
— ¿Quieres que te ayude? — Balbuceó él menor sin soltar alguna galleta.
— Termina de comer. —  Yoon Gi exclamó señalando el jarro que sostenía Ji Min. — Ah, sin acabar todas las galletas ¿Vale? No quiero que enfermes del estómago. — Pausó. 
— Ahora regreso, cariño. — Ji Min asintió, haciendo de menos la reciente preocupación del mayor y continuó en lo suyo. No obstante 11 minutos después en su regresó, Yoon Gi estaba comenzando a morderse las uñas.

— ¿Nada? — Pregunto Ji Min.
— No, iré afuera, quizás está allí y no puede entrar. — Respondió Yoon Gi yendo directamente a abrir la puerta, siendo seguido por él menor quién estaba callado, para así no causarle más estrés al mayor. Por otra parte Yoon Gi estaba invadido por mil pensamientos, hasta el punto de olvidar  por completo su dilema de hace unos días, cuando volvió a ver esa anciana que desde pequeño le dio mala vibra al solo mirarla. A pesar de no tener intenciones de descubrir sus propósitos, estaba de más, el pensar que lo menos que quería era dejarlo en paz después de tantos años de no verla.

Por otra parte Ji Min quién le seguía a una distancia, se desvío al patio principal, únicamente para revisar los costados de la calle y así descartar que el pequeño perro anduviera deambulando por allí. Nunca había salido de casa, más eso no significaba que no existiera una primera vez. Por lo que Yoon Gi al estar tan sumido en encontrar al perro, se fue alejando, seguramente al patio trasero de la casa, lugar que no había buscado aún.

Suspirando él rubio tomó una última galleta del jarrón que no había soltado durante el camino, mientras se recostaba en el pasto que estaba comenzando a crecer, distrayendo su atención en los alrededores un poco aburrido ante la falta de atención del mayor. ¿Dónde se había metido Moka?

Parpadeando con pereza centró su atención en una florecilla de tantas que al igual que el resto estaba en crecimiento. No obstante jadeó al ver pequeñas chispas andar de traviesas a su alrededor. Realmente su intención no fue a más de querer verlas de cerca, pero está fue descartada al mirar como  cada una de ellas se centraba en la florecilla que estaba viendo
hasta lograr resplandecer en una blanca mariposa con tonos rojizos camuflados entre tonos verdosos y azules. — ¡Magnífico! —Susurró Ji Min viendo cómo tan pronto esta, descendia a un vuelo lento, que llevaba hasta la puerta principal que conducía a la calle.

No quería hacer enojar a Yoon Gi en cambio al levantarse solo se detuvo hasta la puerta en la que, afortunadamente la mariposa se detuvo en uno de sus dedos, y segundos más tarde esta descendió a su nariz.

Ji Min por las recientes cosquillas arrugó la nariz dejando que la mariposa hiciera de las suyas al caminar por su nariz, hombros e incluso a las orillas de su cabeza.

Estaba tan enfrascado en lo suyo que ignoró la presencia de un joven frente a él, quién le chasqueo los dedos, metiendo así su alma en una burbuja de trance, donde Ji Min no fue capaz de mover su cuerpo por voluntad, no obstante sólo era capaz de ver y escuchar a sus costados.

— Escúchame bien, que estás palabras  vas a olvidar, pero absorber en alma y esencia. — Pausó. — No alargare todo el proceso así que escúchame bien, ¡Estás en peligro, están en peligro! — Ji Min gruñó internamente al escuchar la osadía de las palabras del hombre. — No soy tu peligro si eso quiere dar a entender tu molestia, soy tu guía a lo que más sea con el tiempo. Dirigirte a proteger es mi misión, aún sin tener la necesidad de mencionar porque sabes a lo que me refiero o  la persona que es. — Él rubio frunció el ceño al pensar en Yoon Gi. —  ¡Dioses que me han concedido el poder, invocó la luz de la protección  para generar el poder en este hechizo de magia verde en la que te protejo a ti, de toda cosa que quiera lastimarte... — Pausó. —  Sin embargo de ti depende la vida de aquel ang-uz... —  Ji Min gimió al ver las manos del hombre maniobrar hacía en cielo, únicamente provocando que el anillo en el cuál traía elegantemente uno de sus dedos. Brillará de color azul zafiro, antes de empezar a crear burbujas de brillos, compuestos por
pequeños hilos de colores azules con blanco, quiénes impactaron con el cuerpo de Ji Min, hasta ser absorbidas por su corazón, dejándolo así en una posición fetal al no sentir dolor pero si una terrible incomodidad a la que su cuerpo estaba huyendo, al ser inmovilizado de manera previa.

▪️EN LA PENUMBRA DEL OLVIDÓ || PJM ✧ MYG ▪️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora