16. Papá, te presentó a Ji Min...

16 4 0
                                    

Después de sentirse caer en los brazos que nunca le fallarían hasta en sus propios sueños lucidos, Ji Min dos horas después despertó junto a Yoon Gi quien le abrazaba como siempre; suavemente más era lo suficiente para no soltarlo por el resto de lo que duraría una noche. Y como una reacción inevitable, Ji Min apretó los labios en vergüenza, antes de esconderse de sí mismo entre la calidez del pecho ajeno, que a pesar de estar dormido no dejaba de ser el mismo escudo protector de siempre y allí entre la nostálgica emoción cargada de recuerdos, cayó en cuenta de la situación verdaderamente real, por la cual él estaba allí en la fría habitación juntó al hombre de su vida y de sus sueños, quién aún seguía sin dar señales de querer despertar por completo, logrando desanimar a Ji Min.

Motivo por el cual si anteriormente se sentía desorientado ahora era más la frustración que tenía al ya ser capaz de recordar todo el peso de sus actos, como si hubiese despertado de un sueño en el cuál quedó atrapado mentalmente, por qué su cuerpo creció con la debida normalidad que Yoon Gi le permito tener una vez y este lo sacó de su mundo en el cuál no era nada.

Sin embargo, perdió el interés en hundirse nuevamente a su interminable soledad al observar los rasgos más finos en Yoon Gi.

El precioso cabello blanco que caía en sus costados, siendo más llamativo que hace un par de horas. Inclusive sus pestañas que en algún punto eran negras ahora todas parecían haber sido pintadas por la más pulcra nieve.

Tan bonito, como el invierno y tan cálido como el verano.

Sin embargo, al pestañear tuvo un deje de recuerdos que lo atacaron una y otra vez hasta que fue consciente de todos aquellas dagas en su corazón. Y por si fuera poco se asustó más al ver a Yoon Gi mirarle despierto y sin pizca alguna de reflejar una emoción determinada en si rostro que seguía serio.

Más parecía la criatura más bella.

Sus ojos plateados que brillaban con desdén, nunca abandonaron los ajenos quienes seguían sin creer lo que miraban. Por lo cuál, Yoon Gi fue el primero en romper el pequeño silencio al alzar una de sus manos y irla a reposar en el bonito rostro perfilado de Ji Min. Con una tímida sonrisa acarició la piel tersa del hombre antes de derramar una lágrima, que no logro caer a más de la mitad de su mejilla ya que Ji Min la retiró para después acariciar un par de hebras blancas que le interrumpieron su concentración.

— Perdóname. — Exclamó Ji Min, con la voz apenas valiente. Más fue en vano el hecho de limpiar la pequeña lágrima ajena, cuando en él ya estaban cayendo tal cuál una cascada de lágrimas.
— ¡Perdóname por ser tan inmaduro, por ser egoísta y peor aún huir, perdóname por no ser capaz de sostenerte como tú lo hiciste tantas veces por mí! — Vociferó avergonzado.
— Quiero ser condenado pero por favor  no me alejes de tí.  — Susurró apenas en un hilo de voz, que perdió la seguridad al quebrarse. —  No quise pensarlo pero temía perderte. — Pausó. —Y-yo no soy nada sin tí. — Lloriqueo, antes de volver a esconderse en Yoon Gi quién correspondio la necesidad ajena en Ji Min de querer protegerse.
— Nunca te dejaría aquí. — Exclamó Yoon Gi como un calmante al dolor en su corazón al escuchar hablar a Ji Min como si compartieran la misma alma. — Si algún día la muerte me alcanza, me aseguraré de dejarte el mundo a tus pies o simplemente amarte todo lo que pueda. — Susurró.
— ¡No digas estupideces! — Gruñó Ji Min viendolo con el ceño fruncido.
— Somos los dos o nada.
— Si fuera tan fácil...
— Yoon Gi. — Advirtió. — Tu y yo sabemos perfectamente que ninguno de los dos funciona sin el otro.
— Te estás haciendo ilusiones.
— ¡No! — Gritó asustado. — ¡Yo estoy por tí y tú para mí!
— ¿Qué cosas dices?
— Somos tan complementarios que las palabras están sobrando. — Respondió Ji Min antes de enlazar su mano con la de Yoon Gi quién se sintió acogido por una línea invisible de amor.
— Exactamente, pero eso no excusa el que te culpes y pidas perdón. No es tu culpa haber reaccionado como todos Ji Min, al final te oculte algo que es importante para ti y fui egoísta de la misma manera. — Gruñó. — El que mi colapsó haya coincidido con la discusión solamente es coincidencia. Mi salud siempre fue débil, yo nunca... — Pausó. — El que debe disculpas y lágrimas soy yo. — Susurró antes de plantarle un beso en la frente del rubio.
— No, no digas esas tonterías.
— Solo buscaba protegerte, las cosas no son fáciles de decir. Menos algo tan delicado como lo es tu vida... Pero es tu derecho saberlo, perdóname por ser consciente de ello hasta ahora.
— Lo sé, fue horrible ¿No? — Yoon Gi le miró asombrado. — Lo sé todo.
— ¿C-cómo...
— ¿Ya ves? Somos tan mágicos como el mismo misterio que siempre nos rodeo.
— Soy un poco idiota, ¿No?
— Juntos somos un par de idiotas. — Susurró Ji Min antes de reír.
— Seamos lo que seamos aquí y en otras vidas, descubramos siempre la verdad juntos. — Exclamó Yoon Gi.
— Así será. — Sonrió. — Ahora, prométeme que me dejaras de ocultar tus miedos y las situaciones que te preocupen al igual que los hechos que tengan que relacionarse conmigo. No soy un niño y aunque me falta tanto por aprender, quiero luchar contigo. — Pausó para así besar los nudillos del amor de su vida. — Permíteme aprender de la vida para sostenerte con la más grande intensidad en la que mis ojos siempre te han mirando, porqué te mereces el cielo, la felicidad y la eternidad. Más estás aquí conmigo,  una alma empobrecida y cubierta de pecados las cuales no te corresponden.
— Somos iguales, no te desprecies. Y así sea en el mismo infierno, tomaría tu mano hasta el fin de los tiempos. — Exclamó antes de besar a Ji Min quién se subió al regazo de Yoon Gi, sin ser brusco para así poder disfrutar del contacto que tanto había extrañado.

No obstante la puerta fue abierta abruptamente, en donde entró una mujer que apenas y miro la escena comprometedora volvió a salir creyendo haberse confundido de habitación, más volvió a abrirla al mirar a Yoon Gi totalmente diferente.

— ¿Min Yoon Gi? — Interrumpió en voz alta, asustando a los otros dos quiénes se separaron como alma que lleva el diablo, para después disimular lo avergonzados que estaban.
— ¿Mamá? — Exclamó Yoon Gi totalmente confundido, más ante el brusco movimiento de levantarse gimió adolorido. — ¿Qué haces aquí?
— ¿Quién es este tipo? ¡Por todos mis dioses, Yoon Gi! ¿Que diablos te hiciste en toda la cara?, ¿Que rayos has hecho?
— ¡Linda, por favor no seas tan dura con el muchacho! Sigue en un hospital. — Interrumpió su esposo, quién le sonrió amablemen a su hijo y su compañía quién estaba rojo de vergüenza ante tanta atención.
— ¿Acaso no lo ves? Parece un muñeco.
— Te vez muy blanquito. — Exclamó burlón ante la repentina molestia por parte de Young Mi quién al escucharlo le pico una costilla suavemente.
— Lo sé, pero soy más bonito. ¿No? — Interrumpió Yoon Gi con una sonrisa.
— Definitivamente amor. — Volvió a responder el hombre mayor.
— ¡Qué haré con ustedes, son un caso!
— Pausó. — Llama al doctor, quiero que me mantenga al tanto de la salud de Yoon Gi. — Pausó enfadada Young Mi. — En caso de tener gravedad de por medio y en cualquier sentido irá con nosotros a Corea. Y tú... — Señaló a Yoon Gi. — Más vale que empieces a argumentar todo lo que te ha sucedido porqué vamos hablar después de desocuparme.  — Gruñó antes de salir de la habitación. — ¿Si? — Yoon Gi asintió con la misma seriedad que la mujer, antes de verla salir.

— ¿Cómo te sientes? — Pregunto el hombre mayor una vez y se acercó a Yoon Gi. — ¿Tienes mucho de estar despierto? — Yoon Gi negó.
— Me siento un poco cansado y hace poco desperté. Solo fue un colapso.
— Nos asustamos un poco, es inevitable. Tu madre casi me asesina cuando vio que la tormenta pospuso vuelos hasta nuevo aviso, fue una fortuna que está parara pronto.
— Lo entiendo. — Pausó viendo a Ji Min mirarlo apenado. — Papá te presentó a Ji Min, él es mi novio y el hombre de mi vida. — Ante dicha confesión él hombre se tomó por sorprendido más saludó amablemen a Ji Min quién se puso nuevamente rojo. — Ji Min, él es mi padre. — Susurró avergonzado de tener que presentarlos en dichas condiciones.
— Siempre sabes que hacer para dejarme callado cariño. — Susurró en una sonrisa él mayor. — ¿Has estado demasiado tiempo aquí? Lamento causarte demasiados inconvenientes.
— ¡No, no para nada! Todo esto lo hago porqué amo a Yoon Gi. — Tartamudeo él pequeño rubio quién jugaba con sus dedos una y otra vez. — M-me alegra mucho que estén con él ahora.
— Siéntete en la libertad de entrar en confianza, ahora somos como familia. — Sonrió antes de volver a mirar a Yoon Gi quién seguía pensativo.
— Papá, ¿Mamá habla enserio sobre regresar a Corea? Y-yo no quisiera...
— Si tú salud influye mucho, sabes que sí pequeño. — Pausó. — No podemos dejarte a la deriva sabiendo que está ha sido inestable. Necesitamos asegurarnos que vas a estar bien, tampoco puedes quedarte aquí y causar estragos en tus amigos quienes han sacrificado mucho por tí. Ji Min también se ha visto afectado, así que considerar también a ellos, está bien.

Ambos fuera interrumpidos en cuanto la puerta fue abierta por segunda ocasión, más no se esperaron el pequeño grito que dió Seok Jin en cuanto vió despierto al menor, junto a los otro cuatro que venían detrás de él incluyendo a su madre quien hablaba con el doctor sobre un par de papeles que tenía en las manos.

La atención fue bastante favorable para un muy aturdido Yoon Gi que a pesar de estar en condiciones de recuperarse, se sentía más pleno que antes. Había podido arreglar un poco la situación con Ji Min y aunque más adelante tendría que hablar con todos y agradecerle sus preocupaciones, bastaba con sentirse tranquilo. 

Aunque muy internamente deseara estar acostado, bajo las cobijas allá en su casa y...

— ¡Moka! — Gritó asustado a los presentes, pero Yoon Gi únicamente se perdió en el pensamiento de saber sobre su perrito quién no lo había visto durante... ¿Cuánto tiempo había pasado, ya?

▪️EN LA PENUMBRA DEL OLVIDÓ || PJM ✧ MYG ▪️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora