10. ¡Aléjate criatura maligna!

131 23 3
                                    

— Querido puedes llamar al bebé, está en su habitación. —Exclamó Young Mi, mientras ayudaba a su sirviente en la mesa
— Claro cariño. — El hombre se levantó de la mesa encaminándose a la segunda planta en la que el niño estaba muy bien entretenido.





— ¿Señora, puede poner las servilletas por favor?
— Oh claro. —Sonrío.




— Hijo... — Llamó desde el pasillo, dónde al acercarse escuchó las risas del menor mientras corría de un lado a otro en su habitación haciendo quien sabe que. — ¿Yoon Gi? — Se detuvo abruptamente al oír de un momento a otro el silencio que por si fuera poco dejaba un escalofrio al hombre. —  Amor, el almuerzo está listo... — Toco dos veces, no teniendo respuesta del menor. — ¿Yoon Gi? —Siligosamente entro viendo a su hijo en cuclillas mientras veía la ventana absorto en otro mundo mientras acariciaba a su muñeco de felpa favorito entre sus piernas. Se fue acercando lentamente sin llamar la atención del niño, viendo como una pequeña flor de loto era admirada de frente por el niño aún lado de un viejo portaretratos. — ¿H-hijo... —Tartamudeó sintiendo una presencia más. — que ha-ces? —Su cuerpo comenzó a temblor.
— Shh... — Indicó Yoon Gi girando solo para colocar entre sus finos labios uno de sus dedos.
— Él se encuentra aquí... Papá —Susurró sin dejar de ver la flor de loto junto al portaretratos.
— ¿Encontrar...?
— Mi bolita de pelos papá, mí  mejor amigo.
— No hay nadie.
— Está justamente atrás de ti.
— Shung Hee volteó a la nada, justamente por el temor que fijas palabras le hicieron sentir.

— ¿Nos vamos, papi? — Exclamó nuevamente a espaldas del hombre que brinco por el acercamiento del niño.
— ¡Oh! — Suspiró temeroso.
— Vamos, tú madre nos está esperando abajo, pero antes me gustaría que no volvieras a jugar con ese portaretratos, por favor. — Tomo de la mano a Yoon Gi, permitiendo que sus voces se volvieran eco al caminar.




Él pequeño rubio sobrante, paseó por el vacío lugar dejando caer el único objeto frente a la ventana.

Tiñendo  de rojo los sensibles pétalos de la flor de loto.

Niño azúcar... — Susurró  tras partir el vidrio de aquel portarretratos a la mitad, permaneciendo en las penumbras del olvido.









Al otro día,  Young Mi junto a Yoon Gi, recorrían las calles transitadas  que solían frecuentar a diario.

— No quiero que andes corriendo, puedes lastimar asi que procura tener cuidado.
— Sí, mami. — Sonrío Yoon Gi.

Llegando a lo que parecía ser  un puente, había una mujer de canas blancas vendiendo frutos junto a joyería artesanal que al mirarles acercarse les sonrió.

— ¿Llevarán algo? — Young Mi tomo un par de arracadas.
— ¿Me quedarán bien? — Preguntó al menor.
— Todo le queda bien, así que no veo la necesidad de preocuparse.  — Young Mi, sonrojada sonrió.

— ¿Tú hijo? — Preguntó la mujer acercando su mano al niño.
— Sí. —  Young Mi, afirmó.
— Acércate pequeño, anda ven, no temas...  — Él niño a pasos dudosos se acercó aceptando la invitación de la mujer con canas por toda su cabellera.

Estando frente a ella, fue tomando de sus mejillas con suaves vaivenes de la mujer.
— ¡Eres un adorable niño! —Sonrío mientras jugaba con cabello. — Tienes la mejor de las suertes, mujer. — Alagó.

▪️EN LA PENUMBRA DEL OLVIDÓ || PJM ✧ MYG ▪️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora