10. ¿Tú me crees, verdad?

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Yoon Gi fumaba su tercer cigarrillo del día, tranquilamente a una gran distancia a las afuera de las instalaciones en dónde se había llevado acabo el funeral.

Expulsando una hilera de humo, admiró el bonito cielo nocturno que comenzaba a hacer aparición. Para su desgracia la demora de Seok Jin, estaba frustandolo ya que el traje que portaba lo tenía bastante fastidiado, tras ahogar su garganta después de tantas horas llevándolo y hacer múltiples reverencias que le provocó estar completamente incómodo.

— ¡Hey! —Seok Jin apareció con las manos en los bolsillos de sus pantalones. Yoon Gi al escucharle hablar, lo miró serio y con la firmé intensión de golpearlo.
— Perdona, aún habían pequeños detalles que arreglar. —Exclamó en voz baja, para después recargarse en el barandal, en la misma posición que Yoon Gi estaba. —Este ambiente, simplemente es mortificante. — Susurró agotado.
—¿Dónde está Tae Hyung? — Interrumpió Yoon Gi, mientras miraba como el humo del cigarrillo se iba perdiendo gracias al frío que estaba burlando el cómodo clima.
—Él salió con sus padres desde hace un buen rato. — Pausó. —Su padre me hizo saber que lo llevarían a casa antes de que colapsara. —Respondió después de apretar los labios, meramente preocupado por la debilidad del más pequeño de los tres.
—Me lástima verlo y no poder hacer mucho, por él. —Gruñó Yoon Gi, al compartir las mismas preocupaciones que él mayor.
—Te entiendo, pero hay que confiar en él. —Pausó. —Necesita tiempo, necesita silencio, y también en su momento necesitará de nosotros.
—Solo esperó que en ese tiempo, Tae Hyung gane su estabilidad.
—Así será. —Susurró. —¿Nos vamos, ya? Está haciendo frío y el traje no me da suficiente calor. — Yoon Gi asintió como respuesta a la pregunta del mayor, antes de apagar por completo la colilla del cigarro.

Al par, abandonaron el edificio que no tenía más que soledad y tristeza, después de un largo día.

—¿Esta todo en orden? — Preguntó Seok Jin sin desviar su atención de la carretera al ser él, el presunto responsable del carro en el que ahora estaban viajando.

Yoon Gi frunció el ceño, confundido al no entender el sentido de la pregunta.

—Tú casa, a eso me refiero. — Seok Jin volvió a exclamar, al finalmente ver las muecas del otro quién estaba aún lado de él.
— Está perfectamente acondicionado, solamente fue el primer día el que nisiquiera note la falta de luz y gas. —Pausó.
—Estaba cansado, para serte franco. —Gruñó, desatando los botones sobrantes del saco gris qué estaba por quitarse.
—¿Un viaje es demasiado, para un pilotó que siempre anda volando de un lugar a otro?
—Es diferente. —Respondió.
—¿Por qué? — Preguntó Seok Jin, sin evitar sonreír.
—Tengo mis autos, y siempre todo está en orden antes de viajar. —Pausó. —En esta ocasión, no tuve el tiempo ni la misma suerte así que con toda la pena que puedo tener, me mantuve de improvisto ya que mi cansancio fue mayor. —Seok Jin negó divertido, de escuchar a Yoon Gi avergonzado.
—Hablando de autos, vas a golpear mi trasero. —Bromeó Seok Jin, expulsando una risita nerviosa al ver que Yoon Gi le miró atento ante lo dicho, quizás en espera de respuestas que Seok Jin no tardó en concluir. —Ayer por la noche me notificaron el auto que se te asignará, y hoy a primera hora me lo entregaron. ¡Solo que, hay un muy pequeño problema! —Exclamó.
—¿Cuál? —Preguntó Yoon Gi.
—No recuerdo donde dejé las llaves del auto. —Lo último, Seok Jin lo susurró avergonzado.
— Te daré tres golpes seguidos. — Advirtió el más bajo.
—¡Tranquilo, tranquilo; es una broma tonto! — Suspiró. —Las llaves están en el cajón de mi habitación. Así que iremos a mi departamento, tomaremos vino y te daré las llaves. ¿Que tal suena eso, eh? ¡Un problema menos a tu lista! —Sonrió.
—Estoy indignado, además no quiero ser sancionado por manejar en estado de ebriedad.
— Solo será una copa, tonto.
—Vale. —Yoon Gi asintió, rendido al no tener tantas opciones para salvar su más preciada dignidad. —¿Cómo está tu madre? — Pregunto mirando al mayor, reducir la velocidad del mismo auto. — No eh tenido tiempo de irla a saludar.
—¿A pesar de vivir en el mismo vecindario? —Preguntó Seok Jin con ironía, esperando que Yoon Gi se ríera. En cambio él menor terminó por asentir a lo dicho.
—Aunque no lo creas es una pena que ya no seas parte del vecindario. — Respondió Yoon Gi, no pudiendo evitar recordar los bonitos momentos de su infancia junto al mayor quien muchas veces lo metía en problemas con su madre.
—Ser maestro, ocupa demasiado tiempo. —Pausó. —Así que, no me quedó más que mudarme.
—¿Con que maestro, eh? — Interrumpió Yoon Gi, al recordar al muchacho que la vez pasada llegó de improvisto al lugar.
—Los jóvenes son difíciles de manejar. —Excusó Seok Jin.
—Tan difíciles que te terminó por seducir uno de ellos. — Exclamó Yoon Gi burlón.
—¿Te refieres a Jung Gguk? —Sus espesas cejas se arrugaron.
—Mhm, ese tipo es insoportable. —Volvió a hablar, golpeando el volante con sus dedos.
—Tan insoportable que te flechó.
—No puedo escaparme de él; todo lo tiene acertado y yo solo trato de sobrevivir entre la marea de estudiantes como él.
—Al menos son lo suficientemente mayores, como para saber sus asuntos. — Alzado de hombros, Yoon Gi exclamó.

▪️EN LA PENUMBRA DEL OLVIDÓ || PJM ✧ MYG ▪️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora