▪️EN LA PENUMBRA DEL OLVIDÓ || PJM ✧ MYG ▪️

08. Es solo un niño.

— Nuestros hijos, se llevan tan bien señora Min — Sonrío amablemente la madre del pequeño Seok Jin, mientras veía a su adorable hijo ser un amor con un pequeño Yoon Gi que apenas si le soportaba, lo juguetón que era su mayor.

— ¿No cree Young Mi? — Volvío a hablar la mujer.
— Mhm sí, su pequeño le ayudará mucho a Yoon Gi para dejar de ser  tímido con los de su edad, Seok es un amor de niño. ¿Qué mejor que la amistad de dos niños, como ellos? — Sonrío viendo a su  hijo correr de él otro chiquillo, que quería ser cargado por la espalda del otro.
— Por un momento me preocupo que Yoon Gi no aceptará a mi hijo. —Suspiró. — ¡Jin suele ser muy cariñoso al punto de no ser tolerable, aunque él solo quiera ser amable me asusta que los demás no lo vean así. — Habló mientras juntaba sus dos manos entrelazadas unas a otra.
— Yoon Gi, no es de esa clase de niños. Él también tiene sus experiencias y créame qué Jin llegará a ser muy cercano a él. ¡No sé preocupe está en manos de un niño dulce y puro, señora Kim! — Sonrío mientras las dos tomaban un sorbo de su té.

— Yoon Gi ¿Podemos jugar hoy por la tarde? — Exclamó Jin,  mientras  abrazaba  al más bajito. — ¿Sí? ¡Sí! — Suplíco inflando sus mejillas.
— No lo sé, tengo que decirle a mi mamá primero. Ella me dicta ciertos horarios que debo realizar cada día, así que no sé si me permitirá descartar las actividades que tenga pendiente.
— ¿Horarios? Bah, aburrido. — Jin se levantó en dirección de las mujeres que conversaban, dejando aturdido a Yoon Gi.

— Señora Min ¿Le daría permiso a Yoon Gi jugar en su casa conmigo el día de hoy?
— Oh, lindo ¡Por supuesto! ¿Qué opina Yoon Gi? — Young Mi, dijo.
— Él está de acuerdo.
— Ajá ¿A ti quien te da permiso jovencito Kim? — Intervino la señora Kim. — ¿Qué te ha dicho tu padre respecto a tus libertades que no debes tomarte?
— ¿No? — Comenzó a jugar con sus deditos. — ¿Papá? — Hizo un puchero. — Papi me dice que no debo tomar decisiones a lo tonto, debes pensar antes de actuar. — Susurro como si escuchará la voz de su mayor cuando le reprendió por alguna travesura. — ¡Por favor déjeme pasar la tarde, con Yoon Gi! —Jaló de su falda, realizando un puchero al no ver del todo convencida a su madre.
—  Por hoy te accederemos el permiso. — Habló siendo repentinamente abrazado por el niño quien gritaba emocionado.

— Seok, no corras, no vallas a romper algún objeto de valor, pide permiso para todo, usa las palabras mágicas. ¿De acuerdo bebé?  — Exclamó peinando los cabellos rebeldes del pequeño niño. —  Vendré por ti, en tres horas. — Antes de irse, le deposito un beso en la mejilla de su hijo. — Divierteté te amo, cariño. — Él niño solo sonrió y enseguida corrió a tomar la mano de Yoon Gi despidiéndose de su madre.
—  Estará bien, esperaré por usted sin antes darle la cena a los niños. — Ambas mujeres comenzaron a reír mientras que una de ellas se alejaba.

— ¡Niños no quiero que anden en el suelo, la servidora les ha puesto una colchoneta hagan uso de ello! Si usan los juguetes por favor asegúrense de recoger todo, al final. — Sonrío y les dejo solo en la habitación del niño.

— ¡Tú habitación es genial! — Brincó emocionado Seok Jin en la acolchonada cama.
— ¿Crees? — Dijo Yoon Gi quien ya  jugaba con un par de autos encima de la colchoneta.
— ¡Sí, está de lujo! — Aplaudío.
— Mi habitación aún es simple, tengo que pintarla de rosa. ¡El rosa es genial! — Gritó más emocionado de solo pensar aquello. — ¿No crees, que color es tu favorito? — Preguntó tomando otros cochecitos comenzando a hacer movimientos con ellos.
— El rosa es lindo, en cambio mi color favorito es el blanco. — Respondío tranquilo.
— ¿Blanco? ¡Ah, es ese color tan común! — Comentó.
— Lo sé por eso me agrada, al principio me molestaba pero de cierta manera me fue gustando y me habite a él. ¿No está increíble, Jin? — Sonrío.
— ¡Wow! — Gritó dejando caer debajo de la cama su adorado auto miniatura.
— ¡Oh!  El carrito... — Dijo.
— Espera, iré a su rescate. — A rastras se metió debajo de la cama. — Cochecito ¿Donde estás?— Buscó a su alrededor en aquella oscuridad.
— ¿Buscas esto? — Una mano le extendió dicho juguete.
— ¡Oh, gracias! — Tomó nuevamen el objeto pero al darse cuenta de que había un tercer niño, que le veía desde lo profundo de la cama se quedó en shock. Tembló un poco y salió de ahí como alma que lleva el díablo. — ¡Hay alguien debajo de la cama! — Alertado exclamó.
— ¿Alguien? — Yoon Gi se incorporó para observar debajo de la cama, sin encontrar nada más que un suéter que había tirado por accidente. — Jin, no es nada más que simplemente un suéter. ¿Quieres comer postre, tal vez eso recobrará tu sentido de normalidad? — Dijó burlón.
— ¡Oye, me estás diciendo loco! — Renegó. — Pero si quiero postre, amo el postre. —Olvidando el asunto, ambos fueron al exterior a solicitar un postre delicioso.