▪️EN LA PENUMBRA DEL OLVIDÓ || PJM ✧ MYG ▪️

15. Niño psíquica.

El viento es respaldado por el silencio creando momentáneamente hilos de deseo, con un lazo de protección sin importar las diferencias de la vida y la muerte, hasta convertirse en nada.  Purificada por una promesa con significado de corazón y alma de dos niños que pasaron a ser uno mismo.

Todo parecía ser normal a su alrededor en cuanto, Yoon Gi creo su deseo  pestañeo con pesadez teniendo  la sensación de tranquilidad, tras volcar dos mundos diferentes en un caos.

Inconcientemente no muy lejos de allí, él pequeño rubio es derribado por el colapsó de su alma, quién le torturaba lleno de dolor, tras sentir que las penumbras que lo arrastraban se van desvaneciendo muy lejos de él mientras les sujetaban los pies siendo devorados por la luz que destella su corazón  suplicando  por la  victoria.

Gimió cayendo al suelo,  mientras sentía un fuerte lazo de protección, donde la luz le hizo sentir por primera vez esperanzas de una sensación acogedora que le protegería por siempre. — Y-yoon... — Agonizó, destellando un brillo que le hizo estremecer por su propio cuerpo que estaba sufriendo de dicho acto de inocencia. 
— Niño azúcar...

Los aplausos resonaron en el salón, mientras Yoon Gi abría los ojos veía que los de a su alrededor no tomaban en cuenta el tiempo que se había hecho.
— ¡Una foto! — Gritó una de sus abuelas que jalaba a su probable abuelo quién comía un panque de crema rosada.

Todo estaba bien, lo había hecho bien. Su bolita estaría a salvo junto a él para siempre, sonriendo con felicidad por su triunfó.

— ¿Amor te ha gustado la fiesta?
— Ha sido la mejor, mami.
— Shung Hee, entra por favor. — Él mencionado llegó con un pequeño regalo más, que venía oculto en la caja grande que le obsequiaron ya antes.
— Este es otro regalo que quisimos darte, es el último por qué es él más especial de todos. — Young Mi sonrío nerviosa tomando dicho cartón envuelto en un moño color blanco.
— Nos gustaría que fuera el primero en abrirlo. ¡Por favor cede este gusto a tus padres!
— Yoon Gi con las manos temblorosos sujetaron dicha caja, suspiro nervioso viendo a sus padres con una sonrisa torcida mientras retiraba el listón.

Sus padres se abrazaban nerviosos por la reacción del niño. Yoon Gi abrió la tapa y lo primero que vio fue un boleto en primera clase a Japón.

— Tú papi, es dueño de varios restaurantes en Japón. Así que queremos llevarte a conocer a algunas personas que desean verte en persona, debido a las grandes espectativas que tú padre ha creado de ti a sus colegas. — Dijo Young Mi sujetando la mano del niño que atónito por la sorpresa, no respondió absolutamente nada.
— ¿Ah sí, quien dice que es un bebito gruñón, que le encanta comer brochetas de cordero para hacerlo feliz y que no haga berrinches? — Contradijo el hombre.
— ¡Shung Hee!
— ¡Mamá! — Gritaron los dos.
— Has tomado los mismos hábitos de tu madre, pequeño. —Comenzo a reír el mayor.
— ¿Viajaremos en avión? — El hombre asintió viendo más esperanzas en el niño.
— Sí cariño. — Sonrío.
— Conoceras al capitán.
— ¿Recuerdas eso amor mío?
— Mamá...
— Los sueños si se cumplen. —Yoon Gi dejó aún lado el regalo para correr a abrazar a la mujer desbordando llantos de felicidad.
— ¡Te amo! — Lloriqueó profundamente él menor al recordar que precisamente el pequeño dato de hace un año o incluso más, no paso desapercibido por la mujer quien le había rescatado de su caida en el avión que con tanto esmeró creó.  — ¡Gracias de verdad son los mejores! — Susurró encantado por la idea.
— ¿Y bien campeón? Ya hemos cumplido con la primera parte ahora es hora que hagas lo tuyo.
— Shung Hee se levantó en busca de  un abrigo para el menor. 
— Si papá. — Exclamó Yoon Gi orgulloso  de sus padres.