Capitulo 25: La Mascota Preferida Pt. 2

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Hacer que sus hijos se acabarán entre ellos debía ser algo muy placentero para Bairon, sin embargo eso no le importaba por ahora. Porque algún día, el se desharía de este viejo decrépito y de esa perra que se proclamaba ser su Madre.

—Abuelo quiero hacerlo a mi modo, espero que comprenda que... USTED NO PUEDE OBLIGARME.

Aunque si lo pensaba más a fondo, ¿Por qué Ares teniendo la información necesaria no le decía nada a Yao?

¿Qué estaba tramando su querido primo?, O tal vez quería revelarlo todo en el cumpleaños del bisabuelo Max?

— ¡QUE HAS DICHO!—dijo exaltado Bairon

El no podía creer que Iris no hiciera caso a sus órdenes como todos los demás lo hacían.

— ¡DIJE!—Alzo la voz y apuntó con su dedo el corazón de Bairon, dándole sucesivos toques en su pecho. — ¡QUE-NO-ME-PUEDES-OBLIGAR!, ¿Eres sordo?, Abuelo~

Los ojos de Bairon se ensancharon y trató de golpear a Iris.

—Abuelo, no abuses de mí~ —dijo deteniendo el golpe. —Yo sé muy bien lo que hare con el asunto de Ares y la información, pero como verás, no me preocupó por ello.

Porque probablemente su primo podría o no podría tener nada, tal vez Sara sólo mintió para salvar su pellejo. Aunque todo dependía del comportamiento de Ares.

Con una abertura le podría revelar todo lo que sabía y si escondía más de esos discos.

— ¿Y qué planeas hacer?—pregunto molesto.

—Por ahora es asunto mío abuelo~ —respondió sin importarle la oscuridad que invadía a Bairon por su actitud altanera. —Los planes seguirán como teníamos previstos para el día del cumpleaños del bisabuelo Max.

Se dio la vuelta dejando a Bairon en la habitación, él ya no tenía nada que decir.

— ¡Espera!—dijo antes de que Iris cruzara la puerta —Deshazte de esa "cosa" que tienes en el cuarto de juegos, por ahora no habrá más.

Iris asintió y se marchó de la habitación.

Cuando Iris se fue, Bairon suspiró aliviado, incluso para él, le era difícil estar con un hijo como Iris, el niño con rostro angelical a veces le producía escalofríos.

Pero Iris a pesar de ser el más retorcido de sus hijos, era el mejor candidato para heredarlo todo.

Su mano tembló al sostener una copa de vino.

¿Cómo es que Iris se convirtió en alguien más torcido que él mismo?

★~★~★

Pantalones cortos con tirantes, camisa blanca y un pequeño moño azul marino, pequeños zapatos negros con calcetines altos, cabello negro y esos ojos azules que lo caracterizaba.

— ¡Ares!—grito alegremente cuando se acercaba a la mesa donde había incontables pasteles de chocolate.

— ¡...!

El pequeño niño que se encontraba atado a una silla tembló por defecto de su cuerpo, sus ojos azules estaban oscuros y sin vida, cada parte de su piel era verde y púrpura por los golpes que recibía a diario de Iris.

— ¿Te portaste bien hoy, mi querido Ares?—Pregunto y después de unos segundos negó con su dedo —Creo que no, dime... ¿Por qué Yao se preocupa por ti?, cuando sabes que nadie debería preocuparse por MI mascota, sólo yo puedo ocuparme de ti, perro tonto~

—...

El niño no respondió y comenzó a llorar.

¡Por favor! —suplico en sus pensamientos al hombre de ojos rojos que se encontraba en la esquina de la habitación que lo miraba en silencio —"¡Has que paré!"

Tal vez si alguien le hubiese dicho que sufriría esto después de salir del orfanato, no lo hubiera creído.

Creyó que un orfanato era lo peor del mundo, pero no era así, ¡LO PEOR DEL MUNDO ERA ESTAR AQUÍ!

Lloro aún más por haber creído en las palabras del abuelo Bairon cuando lo adoptó.

"En este lugar te divertirás" dijo después de aventarlo a este cuarto siniestro con cabezas colgadas como si fueran trofeos, niños con cabello negro y canicas azules en sus ojos estaban alrededor de la habitación, todos ellos lo miraban por el cruel destino que le deparaba.

—Ayuda, por favor, ya... No quiero sufrir más, mamá ayúdame

Iris chasqueo su lengua cuando lo escucho murmurar, negó con su cabeza y sonrió.

—Eres un perro muy malo Ares~

Tomo un pedazo de pastel y lo embarró en la cara del pequeño, sonrió con diversión al recordar que está misma escena se parecía mucho a cuando su Ares cumplió los cinco años.

—Ares~ es tu culpa que yo sea así ~

Si él no le hubiera mostrado en aquella noche lo divertido que era hacerlo miserable, tal vez no sería como lo era ahora.

—Pero te perdonaré todo si bailas esta pieza~

La música del Vals de voces de primavera comenzó a sonar, se aproximó al pequeño y retiró las cuerdas de sus manos y de los pies.

Los pasos y las vueltas dobles fueron bruscos y rápidos, el pequeño no seguía el ritmo.

— ¡ARES! ¡ARES! ¡ARES!—gritaba sin control. — ¡ARES!

Grito nuevamente y azotó contra el piso la cabeza del niño.

— ¡TU NO ERES ARES! ¡MUERETE! ¡MUERETE! ¡MUERETE!

Estaba destruida, la sangre tapizó todo alrededor, sus labios hicieron una mueca burlona y comenzó a bailar alrededor del cadáver.

— ¡ARES!

Lo destruiría de todas las formas posibles, lo haría tan miserable hasta que muriera y bailaría sobre su tumba como lo hacía ahora.
















Salvando Al Hijo DesterradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora