Capitulo 68

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El sitio web, la hora y el día, lo sabía, recordaba cada detalle de aquella conversación que tuvieron en su otra vida.

"Tienes un arma poderosa en las palmas de tus manos*"

Lo entendió tarde pero ahora lo pondría en práctica una vez más*.

Tres objetos fueron comprados por él y cualquiera de los tres objetos que eligiera Ares como regalo para su bisabuelo estaba bien, sin embargo, esperaba que Ares tomara aquel huevo de fabergé.

¿La razón?

En sus vidas pasadas o al menos tres de las que recordaba*, fue este el regalo en particular con el que Iris gano el favor de su bisabuelo, actualmente con este mismo objeto esperaba que Ares fuera quien ganara ese favor.

Todo en este día tenía que ser igual a sus otras vidas, lo único que cambiaría seria la persona que llevaría ante Max.

Es verdad...

Con o sin intención arrebato su camino al éxito a su sobrino, su primer gran logro fue bloqueado por él.

"Yo siempre lo he visto como si fuera mi propio padre*", resonaron estas palabras como eco en su mente.

Lo sentía tanto por su sobrino pero...

¡No había vuelta atrás!, ya no había nada por hacer, su decisión estaba tomada. Su prioridad en esta quinta y última oportunidad que le dio Cheese era su hijo.

—Sr. Pardis, el auto está listo como usted lo ordeno. — dijo Jun* y espero pacientemente alguna otra orden de su jefe, sin embargo su jefe parecía no haberle prestado atención, solo miraba con el ceño fruncido a la salida de la mansión.

Esto lo hacía sentir muy incómodo, no sabía que debería hacer o decir.

¡Bien, lo diría!

—Sr. Pardis, hoy yo...

—Tú conducirás el día de hoy Jun.

—Entendido, Señor.

Era raro...

Por lo general, cuando su jefe salía a visitar al Sr. Máximo Pardis, él nunca solicitaba de sus servicios, de hecho solo tomaba cualquier auto y se iba sin más. ¿Pero ahora?, ¿Cuál era la diferencia ahora?

—Sr. Yao, lo siento, me he retrasado demasiado. —se disculpó Ares mientras salía de la mansión con un pequeño obsequio en sus manos.

—No importa, ahora sube al auto, —señalo la puerta trasera Yao— Ares...—hizo una pausa y miro por el rabillo del ojo a su hijo — ¿has elegido correctamente el regalo para tu bisabuelo?

—Si—asintió Ares mostrando el regalo elegido.

Al verlo Yao se alegró por dentro, era el huevo de fabergé.

¡Bien!, Ares había hecho una buena elección.

— Jun, ponte en marcha a la mansión de Máximo Pardis.

—Si—respondió Jun.

— ¡Yao!

Llamo Erina a su esposo con una expresión enfurecida desde la puerta principal.

Yao no le dio tanta importancia al enojo evidente de su esposa y se acercó a ella.

Desde el fondo de su corazón, creía ciegamente que Erina le daría una cálida despedida. No esperaba menos, después de todo, ellos ahora se correspondían mutuamente.

—Yao...

— ¿Si?

— ¡Te romperé los huesos si a mi hijo le sucede algo con tu abuelo!

Erina se dio la media vuelta, dejando a Yao consternado.

'Por Dios...

¡Su esposa era demasiado!















nota por si no entendieron el cap. :

La persona que le dio la información sobre el huevo de fabergé fue Iris, Yao recordaba y se guio de ahí para encontrarlo, arrebatando esto de sus manos de Iris.

Salvando Al Hijo DesterradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora