Capítulo 48

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Trato de llamar muchas veces al número de emergencia pero se detuvo todas esas veces al entender que nada de lo ocurrido sonaba real, quedaría como un desequilibrado mental si lo hacía, además el único que podía ver a Cheese era él. La existencia de aquel pequeño azulado era inexistente para todos, siendo así, ¿Qué podía hacer por el cuándo vio que era atravesado por una espada?, tal vez en estos instantes Cheese estaba muerto y el cómo de costumbre no pudo hacer nada para evitar la muerte de las personas que apreciaba.

¿Es que nunca en su vida podría salvar a alguien?, se dijo y volteo hacia su hijo que dormía profundamente en la cama.

Apretó sus manos en la frente y rogó con todo su ser para que ese niño aun estuviera con vida.

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Al día siguiente cuando Ares despertó,  el trato de explicar por qué le había dado esa sustancia extraña anoche, sin embargo su hijo....

— ¿De qué está hablando Señor Yao? —Pregunto extrañado a su padre— ¿ayer sucedió algo?, yo...no recuerdo nada.

Las palabras que tuvo preparadas para decir no salieron de su boca, tal vez era lo mejor para ellos no recordar nada de lo ocurrido.

—Ares, ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro, usted puede preguntarme todo lo que quiera Señor Yao— respondió y se levantó de la cama con la intención de ir al cuarto de baños a ducharse.

Yao al mirar que Ares caminaba normalmente, sintió alivio y a su vez una extraña tristeza al recordar que era debido a Cheese que Ares podía caminar, aunque...también noto que su hijo no se sorprendió en nada al ver que podía caminar sin las muletas.

—Ares, han...abusado de ti sexualmente.

Ares se detuvo por un momento y volteo a ver a su padre antes de entrar al cuarto de baño.

—No—respondió con firmeza y Yao sintió un gran alivio al escuchar que su hijo no pasó por lo mismo que él.

— Señor Yao ¿Por qué pregunta algo como eso?

Yao bajo levemente sus ojos a sus manos y después miro a Ares con una expresión complicada.

—Entonces dime, ¿Por qué temes de mí cada vez que trato de acercarme? ¿A qué le temes Ares?

Probablemente su hijo no tenía ninguna clase de fobia al ser tocado por los demás pero con el que era su propio padre esto lo diferenciaba de aquellas personas.

Hahhh~—suspiro profundamente antes de hablar—Usted debería de saberlo Señor Yao porque al igual que yo, usted en algún momento tuvo miedo de esa persona, yo veo en el hijo la semejanza del padre*, así de simple es mi respuesta.

Yao apretó su puño al entender esa indirecta, ahora sabia quién había provocado este miedo en Ares.

Pero... ¿Cómo es que su hijo sabia sobre el miedo que tuvo alguna vez por Bairon?

— ¡Espere Señor Yao!

Detuvo a su padre antes de que saliera como una fiera en busca de su presa.

— ¿Esto es de usted? —pregunto y le entrego la flor azul que dejo Cheese antes de ser atravesado por la espada.

Yao lo tomo con mucho cuidado, tal vez debería dejárselo a su hijo pero al parecer Ares no tenía ninguna intención de quedarse con una flor extraña.

—Ares, hoy no vayas al instituto, tampoco vengas a la empresa —comento Yao antes de retirarse.

Ares al verlo salir de la habitación rasco la parte trasera de su cabellera.

—Hoy es sábado Señor Yao...







*<---- que ve en Yao el reflejo de Bairon por si no le entendieron.

Salvando Al Hijo DesterradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora