Capitulo 56

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Sostuvo fuertemente el documento en sus manos, al fin tenía en su poder la información que necesitaba, con esto, estaba tan cerca de descubrir aquellos que lo traicionaban.

— ¡Yao! —Gritaron su nombre y abrieron salvajemente la puerta de su oficina, casi tirándola por la fuerza descomunal que le fue ejercida. — ¡Tu!—señalo a su asistente con prepotencia y después señalo la salida. — ¡Largo de aquí!

Su asistente frunció el ceño y parecía no querer obedecerle a Bairon.

Naturalmente Judas no tenía por qué obedecerle, el único presidente aquí era el, mientras que Bairon no era nadie en ese lugar.

Sin embargo si esto continuaba así, sabía que Bairon tendría en la mira a su asistente por desobediente.

—Judas retírate y lleva esto contigo—dijo dándole los documentos con aquella información en sus manos.

Judas inmediatamente los acepto e hizo una reverencia a las dos personas, después se fue del lugar en silencio.

— ¿Qué lo trae por aquí padre? —pregunto sin darle tanta importancia a la presencia de Bairon.

Lo miro por un segundo y lo ignoro en el siguiente para seguir revisando los otros documentos que se encontraban en su escritorio.

—Casi nada—respondió Bairon con sarcasmo sabiendo que Yao ya debería de saber a lo que venía.

—Ya veo...—mascullo y siguió sin prestarle atención.

Bairon al notar que Yao pretendían ignorarlo abiertamente, arrojó al suelo todo lo que se encontrará en el escritorio para así tener toda la atención que se merecía.

—Si estaba tratando de llamar mi atención debió de decirlo antes, —comento Yao dejando de lado los papeles que aun sostenía en las manos— si quiere decir algo, dígalo ahora, yo si tengo cosas importantes por hacer, lo contrario de usted que al parecer no.

— ¡YAO!—grito enfurecido — ¡¿Estas tratando de enojar a tu honorable padre?!

Yao negó con la mano a algo que sonaba imposible de hacer.

—Ya que mi honorable padre esta tan ansioso porque le preste atención, dígame, que requiere de mí.

— ¡Tu Maldito Hijo! —Golpeo fuertemente el escritorio y señalo enfurecido a Yao. — ¡Ese maldito a estado recurriendo a la empresa y tú no me reportaste algo así!

Yao negó con la cabeza y suspiró profundamente mientras relajaba su cuerpo en su asiento.

— ¿Enserio?, vaya, no sabía algo como eso, pero es un error, cómo puede ver, mi hijo no se encuentra en este lugar.

— ¡Mientes!, —grito y golpeo una vez más el escritorio de Yao— he escuchado que tus empleados hablan maravillas de él, "sorprendente, admirable y con gran inteligencia", ¡QUE DEMONIOS ES ESO!

—A eso se le llama exagerar, —rió levemente —Padre no olvide que Ares es su nieto y por cuestiones como esa a los empleados se les es difícil hablar mal de él frente alguien tan honorable como usted.

— ¿En serio?—pregunto Bairon sospechando de las palabras de Yao. El aún no olvidaba que Ares tenía pruebas en contra de Iris.

Incluso tenía la sospecha de que Yao podría saber sobre ellos y en estos momentos debería tener un plan elaborado.

Pero para ser francos, no creía capaz a Yao de hacer algo tan ingenioso.

Estaban hablando de alguien que perdía el control fácilmente.

Además si Yao tuviera conocimiento de todo ya hubiese explotado tres bombas en su residencia.

—Padre no olvide que los rumores que se expanden de Ares son infinitos, la anterior semana hablaban de que era un delincuente y la anterior a esa decían que era un adicto a los lugares de perdición, como entenderá ahora los rumores cambiaron para bien, aunque no dudo de que la siguiente semana cambiaran para mal, no quiero ni imaginar de que otra cosa embarazosa hablaran de mi hijo.

Bairon asintió y le dio la razón.

Como suponía el inútil de su nieto no había revelado nada al estúpido de Yao.

— ¿Y tú no crees en los rumores?—preguntó Bairon.

—Por supuesto que no, —respondió— yo solo creó en lo que veo y lo que veo es a mi hijo comportándose como un rebelde.

Miro a los ojos a Bairon y el profundo odio que se tenían ambos era correspondido mutuamente.

—A veces me arrepiento de haberlo dejado nacer.

—Así es... ¿Pero sabes?, creo que deberíamos de darle al inútil de tu hijo una oportunidad de jugar al juego de tu padre, estoy seguro de que Iris será un gran adversario para tu hijo, ¿Verdad Yao?

—¡...!

Apretó su puño por debajo del escritorio, sabia que si reaccionaba a sus provocaciones perdería la única forma de saber la verdad.

—Creí que ese juego había terminado con la muerte de Louis y el nacimiento de Iris. Al aparecer padre no olvida las viejas costumbres.

Bairon sonrió y se acercó por detrás de Yao, apretó su quijada para que el no hiciera algún movimiento en falso.

—Tienes razón, yo solo bromeaba, el juego termino hace mucho tiempo, ahora soy un tierno y adorable abuelo que cuida de su adorable nieto...Pero recuerda—susurro con su aliento escalofriante—que aun te tengo en mi poder, trata de engañar a tu honorable padre y te juro que te destruiré Yao.

—Lose, es por eso que jamás haría algo que lo perjudicara.

La sonrisa de Bairon se retorció de alegría mordiendo como un acto de dominación la oreja de Yao.

Su cuerpo y las mentes de sus hijos los había moldeado a su voluntad por tantos años y este era el resultado.

—Es bueno tener a un hijo como tú, tan obediente...tan...filial a su padre, Yao deberías de hacer lo mismo con tu hijo, enséñale a que te obedezca y tal vez así cambié de actitud contigo.















Salvando Al Hijo DesterradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora