Capitulo 69: Sueños Rotos

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Tardarían al menos dos horas en llegar y en ese lapso de tiempo, tendría que darle las indicaciones necesarias a Ares.

Agradarle a Máximo Pardis era algo sumamente complicado, tal vez si no fuera por lo que sucedió en su juventud, entonces el jamás hubiese entrado en la línea de visión de Máximo, dejarlo como sucesor de la familia Pardis fue la mejor forma que encontró su abuelo para compensarlo.

Básicamente ser el sucesor de los Pardis tuvo un costo demasiado alto en él.

Aun se seguía preguntando, si valió la pena todo esto.

—Sr. Yao, ¿sucede algo? —pregunto Ares que veía desde hace unos minutos la expresión seria de su padre.

Al notarlo, Yao dio un fuerte suspiro pesado.

—Sí, si sucede algo, Ares...

— ¿Si?

—Cuando conozcas a Máximo Pardis y entables una conversación con él, lo que nunca debes de hacer es contradecirlo, siempre tienes que darle la razón aunque a veces él no la tenga, sus palabras...—dio nuevamente otro suspiro y froto su frente con pesar— en ocasiones serán duras y tratara de ridiculizarte como broma, probablemente te sientes ofendido con esto pero debes de soportarlo y tomarlo como es, una "broma", si lo corriges o tratas de cambiar su forma de pensar, te desechara, tenlo por seguro.

Ares sonrió con amargura, de ladeando su cabeza en negación a las palabras de Yao.

— Sr. Yao, si usted sabe que el bisabuelo es esta clase de persona que ni siquiera respeta las opiniones de los demás y que además tiende a ridiculizarlos, entonces ¿Por qué me lleva con él?

— ¡Porque quiera o no, el sigue teniendo poder y eso es algo que tú necesitas!

Le dolía decirlo pero más le dolía aceptarlo.

Si tan solo Bairon no lo tuviera en sus manos, tal vez él no tendría la necesidad de llevar a su hijo con esta clase de persona.

Bien, para ser francos, Máximo no era del todo malo pero tampoco podría considerarlo como alguien bueno.

Aunque también no podría decir en su totalidad que nunca necesitarían de la ayuda de Máximo, no debería pensar así o nuevamente cometería el mismo error que en el pasado.

Cuando era joven, creyó que podía hacer todo por su propia cuenta, que no necesitaba de nadie y que podría llegar a la sima con su propio esfuerzo, su error fue creerlo y lo pago muy caro. Por eso ese motivo no quería que Ares creyera en algo como "No necesito de nadie", no quería que fuera igual de ingenuo que él o también su hijo pagaría un precio demasiado alto en el futuro.

Tal vez si pertenecieran a otra familia, lo lograrían, pero no era así.

—Los rumores sobre ti, —añadió Yao— te han puesto en lo más bajo de la familia Pardis, Ares tienes que ganar el favor de tu bisabuelo para que no seas pisoteado en el futuro y cuando obtengas ese favor, entenderás sobre todas las injusticias que ha pasado dentro de tu familia, tendrás que aceptar muchas cosas, a veces te darán ganas de vomitar, pero tienes que aceptar todo eso y mucho más.

—Sr. Yao...

— ¡Ares! —Grito.

Antes de poder escuchar a su hijo, tenía que decirle todo lo que había en su mente.

—Tienes catorce años, a esta edad ya deberías de diferenciar entre lo bueno y lo malo, ¿correcto?

—Por supuesto.

—Entonces te pido que no cambies esto de ti, que tu moral no sea afectado por Máximo—volteo y miro seriamente—no abandones tu forma de pensar, cree en lo que es justo y guárdalo para ti, solo hasta que obtengas el poder necesario como para protegerte a ti y a las personas que te importen, entonces en ese momento has lo que creas correcto.

Hasta que Ares obtuviera algún tipo de poder, hasta que Ares pudiera protegerse, solo entonces uno de los dos sobraría en este mundo.

El hecho de poder destruir a Bairon era algo sencillo mientras tuviera pruebas, el problema no era destruir a Bairon si no a lo que conlleva.

Por lo general, cuando personas como Bairon caen, otros también se ven afectados por su caída y cuando se hace este tipo de cosas justas, por lo regular siempre se obtiene una nueva casa bajo la tierra.

Sabía que Bairon tenía "amigos", ese tipo de "amigos" que les gusta hacer lo bueno frente a muchas personas, pero que en la oscuridad son ellos los que provocan tanto dolor en esas personas.

—Al escucharlo...—sonrió levemente Ares y volteo su mirada a la ventana del auto—Me pregunto si aún vale la pena ser el sucesor de esta familia tan podrida.

No lo vale...—murmuro Yao para sí, sin embargo a pesar de haber hablado entre murmullos Ares logro escucharlo.

—Lose.















Salvando Al Hijo DesterradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora