BREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | EDWARD CULLEN

Capítulo 32

32| frío de montaña.

AQUELLA FANTASÍA DE HOLLYWOOD QUE MANIFESTABA EL DESPERTAR COMO ALGO MARAVILLOSO, no aplicaba para Danna esa mañana. Pese a que el sol había conseguido calentar un poco la carpa, seguía teniendo frío, y en cuanto se movió un poco notó que estaba sola. Ya no estaba el cuerpo caliente de Lucy a su lado o la mirada penetrante de Edward sobre ella toda la maldita noche. Estaba sola.

El sonido de los pájaros era lindo, pero no en aquel momento, solo quería enterrar la cara en la bolsa de dormir y continuar, pero sabía que debía moverse. Con vampiros asesinos allí afuera no era muy seguro jugar la carta de la vagancia. Levantarse fue una tortura y lanzó unas maldiciones que de seguro podían ser oídas por cualquier ser sobrehumano kilómetros a la redonda, pero su cuerpo estaba entumecido por dormir contra en el suelo, su espalda crujió un par de veces en cuanto elevó los brazos y salió lentamente de la carpa.

—Puto sol...— se quejó en voz baja apenas la luz le obligó a cerrar los ojos, los cuales, le ardieron levemente. Se alejó unos pasos de la carpa cuando una mano le detuvo. Danna se sobresaltó pero respiró de nuevo cuando notó que solo se trataba de Lucy. —Quiero hacer pis...— soltó. Lucy le hizo una seña que la de cabello oscuro interpretó rápidamente como callarse.

Ambas se quedaron en silencio unos segundos. —Edward se está peleando con Bella— informó. La boca de Danna se abrió hasta que se dio cuenta de algo y la cerró mientras hacía una mueca.

—Por la mierda, me huele la boca, necesito un cepillo — se quejó. Lucy le miró como si tuviese un tercer ojo en la frente.

—¿No quieres saber que estan diciendo?— cuestionó. Danna pareció prestar atención a ese hecho por primera vez y asintió levemente. —Hablan de Jacob, al parecer a Bella le gusta, se besaron hace rato — informó.

Danna se cruzó de brazos mientras le oía interesada y además intentaba no pensar en cuanto quería ir al baño.

—Ahora Edward habla de tí— comentó antes de elevar las cejas — Bastante romántico...y sincero— agregó. Abrió ligeramente la boca con sorpresa minutos después —La dejó

Danna elevó las cejas —¿La dejo?

Lucy asintió —La dejó.

—¿En serio?

—Sí.

Ambas se miraron por unos minutos con estupefacción. Lucy no pudo creer lo sincero que fue Edward con Bella y Danna no podía creer que tuviera los huevos para dejarla realmente. Mucho menos en ese momento.

Pero lo hizo.

Y Danna no sabía cómo actuar al respecto. Estaba muy sorprendida aunque no sabía si gratamente o no. —Voy a vigilar la zona, ya viene Edward— murmuró —¡No le digas que te dije!

Así como estaba con ella, Lucy desapareció como si fuese una ráfaga de viento y la de cabello oscuro no hizo más que pasarse las manos por los brazo debido al escalofrío que le daba aquello, no terminaba de acostumbrarse al hecho de que alguno de ellos podría quebrarla en dos cómo si fuera un palito de helado. Minutos después, la piel de Edward relucio junto a el en cuánto se acercó. —Buenos días, ¿Cómo dormiste?

—Buenos días, campanita— saludó. Recordó rápidamente como apestaba su boca y se la cubrió con la mano, Edward elevó las cejas ante eso. —De hecho, dormí para la mierda y me gustaría ir a hacer pis...— Edward le detuvo. No le costó demasiado el moverla de un lado a otro, casi pegándola frente a él. Danna no movió la mano de sobre su boca.

—Tenemos que hablar antes de eso— declaró el mayor. Danna rodó los ojos.

—¿Qué nadie piensa dejarme ir al baño? — cuestionó —Me voy a hacer encima, Edward, primer aviso — amenazó. El de cabello castaño elevó los hombros sin importancia.

—Puedo arriesgarme— aseguró. —Pero realmente necesito hablar contigo antes de...bueno, lo que va a pasar en un rato, los neófitos están cerca — dijo mientras pasaba un mechón de su cabello oscuro por detrás de una de sus orejas con cautela. Danna sintió como el azúcar le subía ante aquel acto. —¿Ya puedes sacarte la mano de la boca? Me distrae — murmuró.

Danna elevó las cejas y negó con la cabeza —No...— dijo —Esquemeapestalaboca— declaró. Edward elevó las cejas con diversión, le había entendido a la perfección pero quería molestarla.

—¿Qué? — preguntó de nuevo —No entendí.

Danna bufó —Es que me apesta la boca— aseguró, está vez, con mucha más lentitud.

El castaño sonrió abiertamente antes de separar la mano de la joven de su boca y plantarle un beso que poco dejaba a la imaginación. Danna sintió que el frío se le evaporó de repente, pero sacudió la cabeza en cuanto se separaron, no podía ponerse a pensar en aquellas cosas. —¡Edward!— se quejó.

—He olido cosas peores que tú supuesta boca apestosa, Danna — contraatacó.

La joven asintió y se puso sería, después de todo el mayor le había dicho que quería hablar de algo —que aunque ya sabía, lo quería escuchar de sus propios labios. —Bueno, ¿de qué querías hablar antes de la gran batalla?

Edward tomó una respiración que no necesitaba antes de mirarle fijamente. Sus manos se pegaron al cuerpo de la joven como si necesitara aferrarse a ella —Sé que no he sido un buen compañero desde el comienzo, ni para tí, ni para Isabella...

—¿En serio? — se burló la de cabello oscuro. Edward elevó una ceja.

— Déjame terminar, Danna— se quejó el vampiro —A lo que voy es que sabía que no estaba enamorado de Bella pero creí que dejarla sería...horrible de mi parte por todas las cosas en las que la he metido. Y cuándo te conocí, te vi por primera vez y se me fueron las ganas de drenarte la sangre, comprendí que te estoy enamorado de tí. Lamento no haberlo demostrado con mis acciones, se que me comporté como un idiota...

Danna sonrió —Me alegra que lo sepas — murmuró. Elevó una ceja —¿Y qué hizo cambiar tus ideas?

—Creo que Bella y yo nos debíamos unas dosis de honestidad para con el otro— dictaminó. —A ella le atrae la idea de inmortalidad que supone un romance conmigo tanto como tú quieres una fábrica de Frutti-lupi's y yo, bueno, solo soy un cobarde.

Danna elevó las cejas —Bueno, expresar los sentimientos no es de cobarde— aseguró, su mano se movió como si tuviera vida propia, acariciando suavemente el cabello del más alto, y notando como él disfrutaba aquel tacto.

La expresión de Edward cambio luego de unos minutos.

Preocupación.

—Los neófitos están cerca...— murmuró.

Danna lo notó realmente preocupado por primera vez, como si no pudiera mantener las cosas bajo control.