BREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | EDWARD CULLEN

Capítulo 8

DANNA SINTIÓ QUE EL PEDAZO DE TOMATE VOLVIA POR SU GARGANTA CUANDO EDWARD SE SENTÓ A SU LADO, atrayendo consigo las miradas curiosas de muchos en el comedor. Y no era para menos, los Cullen no solían interactuar con nadie que no fueran ellos mismos y mucho menos sentarse en una mesa que no fuera la de ellos. Agradeció cuando pudo tragarlo de nuevo y tomo un poco de agua para apaciguar la tos que sentía. Puso la mirada sobre Edward, el cual, se sentó y apoyo uno de sus brazos sobre la mesa. Spencer no había ido ese día por que aparentemente tenía que hacer algo. Y la castaña estaba segura de que ese algo era ir a correr por el bosque o la push con una sola intención. Eso se resumía a ella sentada sola en una mesa de la esquina de la cafetería intentando terminar la ensalada que tenía y rogando internamente que alguien le diera un paquete de cereales.

Los necesitaba.

—Hey, Edward, ¿pasa algo? — pregunto mirando confundida alrededor. No era normal la situación y mucho menos cuando hablaron hace una hora en el salón de biología.

Edward elevó las comisuras de sus labios y golpeó suavemente la mesa con los dedos —No, ¿tiene que pasar algo para que te hablé?— preguntó, Danna negó con la cabeza antes de llevarse otro tomate a la boca y masticar.

—No, pero es raro que no estés con tus hermanos — aseguró mirando hacia la mesa de las celebridades, Edward se rió levemente. Danna volvió a su posición anterior.

—No estamos juntos todo el tiempo, eso sería agotador— aseguró

La castaña asintió comprendiendo, muchas relaciones se desgastan cuando no dejas respirar al otro. A veces esta bien tener nuestro espacio, secretos y momentos. O eso creía ella. —¿Donde está bella?— pregunto, el rostro de Edward cambio un segundo para luego hacer una mueca

—No vino hoy, el otro dia discutimos y decidió quedarse unos días en su casa — dijo, Danna frunció el ceño haciendo memoria. El día del hospital. Abrió la boca levemente

—¿No discutieron por mi culpa o si? — pregunto afligida —por que si es así quizás yo puedo hablar con ella y...— Edward negó levemente con la cabeza

—No te preocupes, no estábamos bien desde antes — dijo y era verdad. Lo ponía mal todo lo que estaba pasando pero sabia que pasaba por algo. O alguien en este caso. —¿Hoy tienes que volver a trabajar?— pregunto

—Woah, sabes cambiar de tema — bromeó la chica, ambos sonrieron —Si, tengo que volver. Mi jefe no es muy...comprensivo que digamos, pero necesito del dinero para vivir — se encogió de hombros. Ya se había acostumbrado a ese viejo. Ni siquiera le había preguntado cómo estaba cuando lo llamo para informarle que se iba a tomar un par de días por lo que había pasado.

Edward hizo una mueca —No creo que esos vuelvan por ahí, pero si llega a pasar quiero que me llames — pidió el castaño. Danna sonrió restándole importancia

—Ya no tienes que meterte en problemas por mi — dijo

—¿Problemas? Fuiste tú la que terminaste con puntos en el brazo —

—Touché — dijo la chica antes de chasquear la lengua.

—Y deberías decirle a tu jefe que tome más medidas de seguridad, no esta bien que te deje trabajando sola hasta altas horas de la noche — dijo el castaño, una luz se prendió en su cabeza y sonrió de lado.

Ambos se quedaron en silencio unos momentos y Danna se puso incómoda, había algunos como Jessica o Angélica, la que estaba a cargo del diario escolar que parecían estrictamente interesadas en que conversación llevaban a cabo ellos dos y no dudaban en mostrarlo. A la castaña hasta le pareció que la cámara del novio de Angélica le apuntó por unos segundos. Edward suspiro audiblemente antes de sonreirle. —Me voy, al parecer no nos dejarán en paz si no — dijo, Danna le dio la razón —Nos vemos a la salida— se despidió.

•

El viaje al hospital de Forks fue silencioso pero no incómodo. Danna no tenía ganas de hablar, muchas veces le pasaba eso, simplemente sentía que la mandíbula se le iba a caer si la abría para expresar alguna palabra, y Edward no necesitaba hablar para entender que quería o pensaba ella a cada momento. Cada vez se le dificultaba menos el entender sus intrincados pensamientos y ya no se sentía tanto como un mosquito intentando entrar ahí. Agradecía mentalmente que él ocupaba gran parte de los pensamientos subconscientes de la castaña como ella ocupaba los pensamientos consientes de él todo el tiempo. —¿Qué color crees que quedaría bien en una sala?— pregunto de la nada la castaña. Edward arrugó un poco la cara lo cual, hizo que Danna riera. Aún así pudo ver la sala cuando una imagen de esta se le atravesó en la memoria a la castaña—Me sobró un poco de dinero este mes y quiero pintar de nuevo mi sala de estar, ¿Qué color crees que quede bien?— pregunto.

Edward lo pensó un segundo —¿De que color tienes los muebles?— pregunto

—tengo dos sofás grises, el resto es color madera — dijo

—Podria ser blanco con detalles en gris, o color beige— aconsejo —pero puedo preguntarle a mi hermana Alice, ella estará encantada de ayudarte a elegir — dijo

Danna chasqueó la lengua antes de mover las manos —No quiero molestarla— admitió

Edward río y Danna supo que podría acostumbrarse a escuchar la risa del hombre con facilidad, ese pensamiento hizo que la sonrisa del castaño se ensanchara aún más —Creeme, no le molesta. Se la pasa todo el tiempo redecorando la casa por que ya no puede elegirnos la ropa, así que sería de mucha ayuda para los demás que encontrará algo más que hacer que cambiar los muebles todas las semanas — Danna abrió los ojos, definitivamente tenían dinero para esa conducta...tan fashion.

Danna sonrió antes de mirar al frente de nuevo, la carretera y los árboles a los costados eran una de las pocas vistas de Forks que le parecían impresionantes. —Esta bien, entonces puedes presentarnos — dijo risueña. Danna suspiró cuando vio el hospital, esperaba que no le doliera cuando le sacarán los puntos.