BREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | EDWARD CULLEN

Sinopsis

Si había algo de lo que Danna sufría era de las constantes pesadillas que atacaban sus sueños en las noches y no permitían pegar un ojo una vez que la despertaban. Todas siempre era iguales; el bosque, ella corriendo y algo siguiéndola, por eso siempre se despertaba paranoica, vivir en una casa sola y al límite del pueblo de Forks con el tan temible bosque detras no la calmaba en nada, pero siempre sus pensamientos se calmaban cuando miraba el reloj y notaba que estaba llegando tarde a la preparatoria...de nuevo.

Por eso esa mañana hizo lo que hacía todas las mañanas, se levantó corriendo y tropezó con las mantas enredadas, cayendo al suelo y golpeando en el mismo lugar de su rodilla que golpeaba siempre, tanto que ya le había salido un callo para protegerse de los golpes. Se vistió con lo primero que encontró y cepillo sus dientes tan rápido que las cerdas del cepillo le lastimaron las encías, agarró sus cosas y tomo un puñado de cereal de la caja para meterse en la boca, empezando a masticar antes de cerrar la puerta y caminar hacia su destartalado auto basura, pero que, por lo menos andaba lo suficiente para llevarla y traerla todos los días

—¡I'm a Barbie girl...— la canción sonó fuertemente por el estéreo cuando lo prendió y la castaña empezó a cantar, una rutina de todas las mañanas.

Sonrio antes de subir la velocidad, con suerte llegaría para la clase de historia. O quizás no. Todas las predicciones que podía hacer basadas en experiencias pasadas la llevaban a una respuesta que terminaba con ella en detención y un moretón en el brazo por caerse en las escaleras al correr intentando llegar a tiempo.

Y tal como predijo el profesor Collins le mando una mirada de muerte cuando la sudorosa y agitada chica tocó la puerta de su clase —Señorita Mcllister es momento de que empiece a escuchar a su alarma, ¿no se cansa de estar en detención?— pregunto antes de dejarla pasar, no sin antes tenderle el famoso papel verde que anunciaba lo de siempre; detención.

Danna suspiro antes de tomar el papel de mala gana —Usted es una horrible persona, tuve que comer solo un puñado de mis frutti-lupi para poder llegar a su clase y no lo valora — se quejó la chica haciendo que muchos rieran ante sus ocurrencias, el profesor Collins soltó aire antes de negar con la cabeza

—Tome asiento con el señor Cullen, parece que la señorita Spencer se cansó de sus... ocurrencias — Danna abrió los ojos sorprendida para mirar a su compañera de banco, y era verdad, estaba sentada con otro tipo que antes se sentaba solo, lo cual dejaba un asiento al lado de Cullen. La pelinegra murmuró un traidora a la pelirroja que la abandonó a su suerte y se sentó rápidamente al lado de Cullen, el cual, clavo sus extraños ojos en ella.

—¿Qué onda, Cullen?— pregunto la chica pero fue más una forma de saludo hacia el chico, el cual, era una especie de celebridad en la preparatoria. El y su familia era una especie de dioses sexys e inancanzables, aunque para la pelinegra los hermanos de Edward eran una especie de raras personas incestuosas que salían entre sí. El chico se limitó a asentir con la cabeza en modo de respuesta y Danna sonrió, tampoco esperaba mucho de él, después de todo era novio de Bella Swan, y la Swan no era muy amable tampoco. ¿Por algo se gustaban, no?

Lo bueno es que aunque a Danna le parecía jodidamente sexy el hombre a su lado, no se preocupaba sobre sacar tema de conversación, intentar gustarle o estar linda, su vida no giraba entorno a un hombre, ella tenía sus propios problemas como para sumarle un Cullen a la ecuación.

Quizás fue su falta de interés en el durante esa clase lo que incremento el interés del castaño en ella.