Capítulo 30

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30 | preparación y rosas.









DESPUÉS DE LO QUE FUE UNA INTENSA DISCUSIÓN entre Edward y Danna, la castaña logro que el destino fuese su casa, y cuando llegaron, fue la primera en bajarse. Para su sorpresa, la figura de Alice Cullen estaba estática en la puerta como si supiese desde mucho antes cada paso que iban a dar. Danna quiso autogolpearse cuando recordó que aquel era el ting de la mujer. —¿Estás enojada o puedo acercarme?

El cuestionamiento de Alice hizo que la castaña dejara escapar una risa de entre sus labios, negó rápidamente con la cabeza, no estaba enojada...con ella. —No, puedes pasar — aseguró al estar cerca de la bella mujer. Danna se encargó de meter la llave en la cerradura, pero la voz de Edward le detuvo.

—Alguien estuvo aquí...

La castaña movió su mirada hacia el vampiro preocupación, pero de todas maneras, volvió a su expresión seria con rápidez. —Bueno, Alice puede entrar primera entonces, solo para revisar— murmuró la joven. Edward hizo una mueca.

—Lo mejor sería que yo de un vis...

—Estaba diciendo que te muevas, Edward, no vas a entrar a mi casa, no después de dejarnos en el medio del bosque— expresó con seriedad. Era su casa, ella se reservaba el derecho de admisión de vampiros de mil años. Poco le importaba la opinión del hombre, y en aquel momento, su orgullo herido confiaba muchísimo más en la destreza y habilidad de Alice.

Alice sonrió con burla por lo bajo y se adelantó entrando en la casa con la sutileza que le caracterizaba, Bella espero a Danna y ambas entraron juntas luego de un pequeño duelo de miradas con el vampiro. —Nada personal, Jasper — bramó la castaña mirando al de cabello claro antes de cerrarles la puerta en la cara.

—Eh, Danna...— el llamado de Alice fue sutil, casi, inaudible. Su tono de voz expresaba desconcierto. Danna lo supo apenas olió el perfume de vainilla en el aire. Lo supo. Cada músculo del cuerpo se le tensiono, aquel juego infantil había quedado justo como lo había dejado; del lado de afuera de la casa, allí dentro, solo había un ambiente de terror.

Había un camino de rosas desde la entrada hasta la sala, el cual, la castaña siguió con un amargo sabor trepando por su garganta. Las rosas daban vueltas a la mesa finamente decorada con velas apagadas, más flores, platos finos y cubiertos envueltos, todo listo para una cena sobre un mantel pulcramente puesto. Alice aviso que revisaría toda la casa mientras Danna se movía hacia la mesa, las manos le temblaron en cuanto levantó una tapa de metal, aquellas que solían contener platillos exquisitos solo mantenía debajo una carta en un sobre rojo. Rojo carmesí, rojo sangre. Bella movió su mirada por toda la estancia sin comprender lo que sucedía, pero notando, que no era bueno.

Danna se removió en su lugar. La respiración se le aceleró, y aunque, intento de muchas formas no asustarse, le fue imposible. Su hermano causaba eso. La había encontrado, y lo peor, había entrado en su casa sin dificultad alguna. Olfateó por instinto la carta, olía a vainilla. Olía a su hermano. La abrió con lentitud, casi, como si estuviese manipulando una bomba a punto de explotar, sentía un sudor frío recorrerle el cuerpo desde el cuello hasta la punta de los pies. La letra legible de su hermano mayor fue visible apenas abrió la carta, y la castaña paso la lengua por sus labios en un gesto nervioso.

Linda Danna:

Admito que ha sido difícil está vez, ¡Vaya lugar para iniciar, no hay una mierda más que frío! Pero bueno, supongo que el clima y el paisaje refleja un poco tú carisma y determinación.

BREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | EDWARD CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora