Capítulo 5

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Los ojos de Edward escaneaban a la joven dormida con preocupación debido a que se movia con fuerza cada tanto por culpa de la pesadilla que la azotaba

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Los ojos de Edward escaneaban a la joven dormida con preocupación debido a que se movia con fuerza cada tanto por culpa de la pesadilla que la azotaba. El joven no se  molestó en fingir estar dormido cuando Danna se incorporó en la cama del hospital con rapidez, la respiración estaba agitada y Edward podía sentir como los latidos de la mujer le retumbaban en los oídos. Una lágrima se deslizó por la mejilla de la morena. —¿Estás bien?— la pregunta de Edward logro que ella se sobresaltara como si no hubiese notando su presencia.

Danna lo observó y asintió rápidamente con la cabeza, bajo la mirada hacia su brazo vendado y suspiró —Gracias por lo de anoche, yo...— su oración fue interrumpida por el sonido de su celular, el cual, sonó amortiguado por algo. Edward se levantó y le tendió su bolso

—Lo traje desde el auto por si lo necesitabas — explicó, Danna asintió tomando el bolso.

—Parece que si...— murmuró mientras sacaba el celular y atendía la llamada

—¿Se puede saber por qué no estás aquí?— la voz de Spencer preguntó desde el otro lado —Ayer no me avisaste cuando llegaste, aunque me quedé dormida mirando supernatural — bromeó. Danna hizo una mueca

—Estoy en el hospital — comunico, el grito que Spencer pegó le hizo mover el celular lejos de su oído, Edward que estaba sirviendo un poco de agua hizo una mueca antes de llevar una mano hacia su oído y masajear, que molestia se habían llevado sus oídos.

—¿CÓMO ME ENTERO RECIÉN? ¡por dios, soy una mierda de amigo!— lloriqueo el pelirrojo a través del auricular —¿Te sientes bien? ¿Es grave? No importa, ¿En qué habitación estás?— preguntó —ya voy para allá— informó, Danna no tuvo tiempo de responder ninguna pregunta.

—No es necesario que vengas, no es grave y estoy con Edward Cullen — informó

—¿Qué? ¡Mierda, me perdí una de las grandes!— se quejó —¿Que quieres que haga entonces?— pregunto, Danna suspiro

—Puedes ir a casa después de clases, no creo que me quedé mucho tiempo aquí— la morena se encogió de hombros a pesar de que su amigo no podía verla. Spencer chasqueó la lengua al otro lado del auricular

—¡Está bien! Voy a llevarte comida — dijo, Danna sonrió antes de cortar la llamada, un vaso de agua apareció en su visión, lo tomo mientras Edward se sentaba de nuevo en la silla al costado de la cama

—Gracias — dijo cuándo terminó el caso, agradeció la humedad en su garganta, la tenía seca. —No era necesario que te quedarás toda la noche, no dormiste nada — murmuró con vergüenza.

—Si lo hice — Edward mintió, Danna elevó las cejas sabiendo que él le estaba mintiendo. Iba a decir algo cuando el doctor Cullen ingreso por la puerta. Danna se quedó aún más maravillada al verlo, la noche anterior al estar tan nerviosa por la sangre en su brazo no noto en la realidad la belleza del hombre, el cual, parecía tan joven que dudo seriamente que fuese padre de Edward.

—¿cómo te sientes, Danna?— pregunto con tranquilidad mientras revisabas sus signos, retiro el suero con una eficacia increíble

—Bien, ayer estaba mareada pero hoy me siento mejor — dijo, Carlisle sonrió

—Me alegra que no haya sido muy grave, habías perdido algo de sangre — dijo, Danna asintió. —Debes desinfectarte la herida, te sacaré los puntos en unos días cuando vuelvas — dijo —Llevare tus datos a recepción para que te programen una cita conmigo — informó.

—Gracias, doctor Cullen — dijo —¿Ya puedo irme a casa?— pregunto mientras Cullen retiraba sus guantes blancos, el hombre asintió.

—Claro, pero regresa para sacar esos puntos, ¿si?— pidió, Danna asintió con una sonrisa, Carlisle se despidió. Edward aclaro la garganta cuando su padre salió de la habitación.

—¿Quieres que te alcance a tu casa?— pregunto, Danna se levantó con suavidad de la cama mientras se ponía el calzado. Agradecía que no le habían puesto esa horrible bata de hospital.

La morena lo observó —Espera, ¿no tienes como irte, cierto? — pregunto —vinimos en mi auto, a eso me refiero — aclaró, Edward sonrió nerviosamente. Danna trago saliva de forma disimulada, definitivamente podía perder la ropa interior con facilidad por ese hombre.

—No, pero puedo arreglarmelas — se encogió de hombros, Danna rodó los ojos mientras tomaba su bolso, y metía el celular dentro para extender la mano

—Llaves — pidió.

—Por dios, Edward, eres una persona muy complicada, ¿lo sabes no?— pregunto Danna mientras golpeaba con los dedos el volante, se encontraban en el estacionamiento del hospital y el castaño se negaba a dejarla conducir —Si no me sintiera bien, no estaría en este auto, te lo aseguro. No soy tan estúpida para poner mi vida y la tuya en riesgo — Edward hizo una mueca.

Como si tuviera una vida, pensó el castaño.

—No dije que fueras estúpida, y solo no quiero que te tomes la molestia de llevarme hasta casa, quedamos en lugares lejanos de la ciudad — murmuró.

Danna rodó los ojos de nuevo antes de encender el auto —Si te sientes que molestas solo porque te voy a llevar a casa, imagina como me siento yo: me cortaron con un cuchillo, me viste lloriqueando, me viste desmayarme, y encima te quedaste en el hospital cuidándome, creo que sí al menos te llevo estaremos algo más a mano —explico cada uno de sus puntos, Edward se quedó en silencio y Danna tomo eso como una aceptación de parte del castaño, el auto empezó a moverse.

No era tan grave, solo llevarlo a casa, ¿No?


BREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | EDWARD CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora