¿Realmente te mataría que nos besaramos?
—¡Mierda, Sebastián Stan, yo puedo ser tu Capitán América sumiso!— los gritos de perro en celo de Spencer resonaban por la casa de Danna, la cual, elevó las cejas al volver a la cocina con el tarro de pochoclos en mano y ver a su amigo pelirrojo enevuelto en una manta con las manos sobre su pecho y mirando de forma muy...obsesiva al pelinegro en la pantalla.
—Por suerte no puede escuchar tus gritos— murmuró la joven, Spencer la miró por unos segundos con antes de pararse y robarle el tarro de comida, Danna se quejó para tirarse al lado de su amigo a mirar la película de Marvel.
—Te burlas de tu amigo porque tú te quedas con todos los que están buenos en esta ciudad del demonio. Edward, el papasote que lo parte un rayo, y un tipo con unos six pack en el medio del bosque, que como no te mato de seguro debe ser un buen tipo — exclamó depsues de tragar los pochoclos que se había metido en la boca y apuntarla con el dedo, Danna rodó los ojos.
—No me acuesto ni con Edward ni con el tipo de los six pack, así que deja de molestar...— dijo para sacarle el tarro y comer, después de todo ella era la que estaba herida y su amigo se atrevía a robarle la comida. Spencer pensaba reclamar de nuevo pero Chris Evans se hizo presente en la pantalla de la televisión robando toda su atención, Danna se limitó a oír los suspiros de su amigo mientras sonreía. Spencer era todo un caso
—¿Cuándo tienes que ir al hospital de nuevo?— pregunto su amigo, Danna frunció el ceño, no lo sabía. Spencer observó a su amiga ante su silencio. —¿No lo sabes, verdad?— preguntó incrédulo —No eres más estúpida porque no tienes tiempo— murmuró, Danna impacto su mano contra la base de la cabeza del mayor, el cual, se quejó en voz baja.
—Voy a googlear el numero del hospital...— Spencer le saco el celular de la mano con rapidez sin dejarla terminar la oración, Danna elevó las cejas confundida
—Nada de googlear...— dijo —¿El doctor que te atendió es padre de Cullen, no?— pregunto, la castaña asintió —Bueno, ahora tienes una razón para hablarle— dijo, Danna se mofo.
—Eso es una estupidez, voy a quedar como estúpida, ¿porqué le preguntaría si lo puedo buscar por internet?— cuestionó intentando recuperar su celular, Spencer chasqueó la lengua.
—En internet no se ve la tensión sexual...— explicó, Danna se movió hacia atrás mirando a su amigo como si el mismísimo Voldemort estuviese detrás de él —Vas y le preguntas: Hola Edward, ¿Podrías darme el número de tu padre para confirmar la cita? Es que lo olvidé, últimamente estoy olvidadiza — fingió su voz e hizo de gestos exagerados, Danna arrugó la nariz.
—¿Que tiene que ver eso con la tensión sexual?— preguntó
—Si los rumores son ciertos y Edward está chapado a la antigua como dicen, te llevará a su casa para que no tengas que viajar hasta el hospital, o quizás si te lleve al hospital...— lo pensó un momento pero luego sacudió la mano restándole importancia —como sea, aprovechas cuando estén solos y...¡Zas! Te lo cojes— soltó, Danna se sorprendió antes de reír. Definitivamente había perdido la cabeza.
—¿Y si no funciona con él?— bromeó la joven, Spencer se encogió de hombros.
—Tienes al padre —
•
El lunes en la mañana se sentía mejor, pero una molestia en el estómago no la dejaba tranquila, y no tenía nada que ver con la herida o algo así, se trataba de una bola de nervios que tenía que ver con la charla que habia tenido con Spencer, si bien su amigo no era adivino y estaba más lejos de la realidad que la princesa rubia en la serie The Witcher, las palabras del pelirrojo la habían puesto a pensar en Edward de una forma que no había evaluado antes. Es por eso que mientras caminaba a su compañero no podía evitar mirarlo con otros ojos y evaluar cada uno de los atributos del hombre, el cual, parecía ser un muestrario de ellos. Al parecer Edward Cullen lo tenía todo, pero a la vez nada, por que el tener novia lo ponía en un lugar inalcanzable para la castaña.
Aminoró sus pasos cuando estuvo por llegar a la mesa de Edward en la clase de hoy, curiosamente su novia Bella no había llegado a aún, lo cual, la extraño porque solían andar pegados como solapas pero no sé detuvo a pensar en eso por mucho. —Hey...— murmuró cuando llegó, los extraños ojos dorados del hombre se elevaron clavándose en los suyos y Danna sintió que las piernas le temblaban. Mierda.
—Hey, ¿Te sientes mejor?— pregunto Cullen genuinamente preocupado por el estado de la mujer. Debía preguntar debido a que no podía decirle que se había quedado todo el fin de semana fuera de su casa solo para asegurarse de que no se fuera a desmayar o algo por el estilo. Los de Danna se habían movido inconscientemente hacia los labios de Edward pero sacudió la cabeza eliminando las imaginaciones demás que estaba teniendo, el castaño elevó una comisura de sus labios ante eso. Curiosamente esos pensamientos si los había visto con claridad.
Danna asintio —Si, quería pedirte si me podías dar el número del hospital o el de tu padre, olvide anotar cuando tengo que ir para que me saque los puntos — dijo señalando con la cabeza su brazo, Edward elevó las cejas. La joven suspiro inaudible cuando termino la oración, parecia que la lengua se le enredaba cuando hablaba.
—Oh, claro, puedo llevarte después de clases al hospital, creo que esa herida ya debe estar para retirar los puntos, papá dijo que no tardaría mucho en cicatrizar— dijo el castaño, Danna trago saliva. Tendría que darle a Spencer el dinero que apostaron, ¡el jodido Cullen si estaba chapado a la antigua!
Danna paso la lengua por sus labios y para Edward fue en cámara lenta, tuvo que apretar la mano alrededor de la madera de la mesa sin mucha fuerza, no quería romperla —Oh, claro, si no te molesta claro, el hilo me molesta más que la herida a decir verdad — explicó la joven, Edward negó con la cabeza.
—Claro que no me molesta, Danna—
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BREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | EDWARD CULLEN
FanfictionBREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | "Rompe con tu novia por que estoy aburrida " DANNA MCLISTER ES UN SUEÑO ANDANTE: fuerte, independiente, femenina y trabajadora. Ejemplo de muchas mujeres y deseo de otros tantos hombres. Cuando su camino de vida se...