Capítulo 23

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23| PENSAMIENTOS SUCIOS



DANNA METIÓ OTRA CUCHARADA DE HELADO A SU BOCA ANTES DE TRAGAR Y HABLAR —Entonces...¿Dices que hay una vampira maniática que está creando un ejército de vampiros para rompernos el culo porque el viejardo de Edward Cullen asesino a su novio al querer salvar a la rompe cráneos dosmil? —intento sintetizar toda la información que le acaban de dar. No podía creer aún que todo eso fuese real. Vampiros, neófitos, sangre, mitos y más.

Lucy parpadeó un par de veces mientras intentaba procesar lo que Danna le había dicho, cuando ato nombres con sobrenombres, asintió. —Exacto—respondio. Emmett sonrió mientras jugaba a un videojuego de viejos en su celular. Lo que llevo a Danna a pensar, ¿los vampiros salen en las fotos?

Suspiro antes de recorrer con la mirada la cocina, en la cual, podría comer, dormir, y hasta cagar y seguiría siendo un lujo. Definitivamente estaban forrados en dinero. Hasta el helado parecía de ricos. —¿Porque tienen helado si no comen?— preguntó. Bajo su mirada al helado sin lactosa que tenía entre manos.

—Yo traigo todos los fines de semana, la heladera está llena

Danna elevó las cejas —¿Porque no los tiras? No puedes comer —se burló. Emmett rodó los ojos.

—Son regalos, los regalos no se tiran, rompecraneos tres mil — contraatacó. Danna hizo una mueca, sabía que el apodo para Bella Swan era infantil, pero era eso o romperle la cara.

Y nunca había sido partidaria de la violencia. Al menos no la extrema.

—Quiero irme a casa...— murmuró la castaña. Lucy suspiro mientras terminaba de atar su cabello en una coleta. La mujer era jodidamente hermosa, sus ojos dorados brillaban, sus labios eran rojos naturalmente, tenía un cuerpo de infarto y era, perfecta, como los demás Cullen. Danna se bajaría las bragas con cualquiera de ellos. La voz de Spencer resonó en su cabeza “Tienes al padre” De hecho, tenía un gran menú para escoger si Edward era un imbécil con todas las letras.

—No puedes, Danna, al menos no está noche. No es seguro, quizás Riley pase por allí o peor aún, Victoria lo haga. Quédate en donde pueda protegerte hoy, mañana iré contigo a tu casa para verificar las cosas, pero según Alice, todo se pondrá feo a partir de ahora

Danna elevó las cejas —¿Ese es el ting de Alice? ¿Ser psíquica?— preguntó.

—Veo cosas pero no me considero psíquica— interrumpió Alice entrando por la puerta de la cocina a una velocidad que hizo a Danna atragantarse con un poco de helado.

—Dios, me asustaste, Alice — exclamó la mujer. La morena se disculpó con la mirada. —¿Entonces ves el futuro?

—Algo así. Nada es seguro, las cosas cambian, pero...— dijo posando una mano en su hombro —es seguro que está noche debes quedarte aquí.

—Esto es secuestro, los denunciaré a la policía sobrenatural — Danna gruño. —Seguro me harán dormir en el sofá también

—De hecho...— dijo Emmett mientras se levantaba de su asiento, en algún momento el sonido molesto del jueguito de había apagado, dejando que los oídos de Danna descansarán. —Puedes dormir en mi habitación, yo no estaré aquí en la noche —informo mientras comenzaba a caminar hacia la puerta.

—¿Irás a hacer cosas ilegales?— cuestionó Lucy. —Digo, así se si debo ir a salvarte el trasero

—La única que debería cuidarse el trasero está noche, mi querida Lu, eres tú —se burló el pelinegro mientras se detenía en la puerta y la miraba con una sonrisa. Si Lucy pudiese sonrojarse, lo hubiera hecho.

—Ira a armar un gran rompecabezas — murmuró Alice. Emmett asintió. —Cumple el rol de padre últimamente.

Emmett sonrió —Eso es verdad, soy un papá ejemplar, pero...— su voz sonó divertida. —tambien soy un papi —sus palabras de doble sentido hicieron que Alice lanzará una mueca al aire después de que Emmett abandonase la cocina.

—No sé cómo a Sarah le gusta

—¿Y esa quién es?— pregunto Lucy, había pasado tiempo fuera de casa y al parecer, se había perdido de mucho. Alice sonrió como si un recuerdo le hiciera bien.

—Ya la vas a conocer

—Bueno, dejando de lado a la tal Sarah, ¿tienen un cepillo de dientes sin usar? No puedo dormir sin lavarme los dientes —Alice asintió y tironeo de su brazo con poca fuerza, Danna se quejó.

—Te daré, además debo mostrarte donde está la habitación de Emmett... —Danna se despidió de Lucy, la cual, le respondió con entusiasmo.

Las escaleras parecían infinitas en esa casa, y supuso que todos en la familia deberían de tener un buen trasero de tanto subir y bajar por ellas. Excepto que en serio se pudieran convertir en murciélagos, eso revocaria cualquier idea que la castaña ya tuviese formada. Luego que Alice le diera un cepillo completamente nuevo, le mostrará la habitación de Emmett, el baño más cercano e incluso le dejara un beso de buenas noches en la frente, la castaña se encargó de lavar sus dientes con esmero. Siempre había sido fanática de dormir con olor a menta en la boca, y esa noche no sería la excepción. Una sombra a su lado mientras estaba reclinada sobre el lavabo la sobresaltó, provocando que una arcada saliera de su boca —¡Me asustaste, chupacabras! —exclamo mientras volvía a una posición normal y enjuagaba el cepillo.

—¿Chupacabras, en serio?— pregunto Edward. Danna evitó mirarlo y se concentró en sacarse todos los restos de pasta dental de alrededor de los labios.

—¿Qué quieres?

—¿Realmente conoces a Riley desde antes de todo esto?— cuestionó. Danna asintió. Comenzó a reproducir en su cabeza los recuerdos que tenía con el joven, en su mayoría, de índole sexual.

Edward expresó su incomodidad apoyándose más bruscamente en el marco de la puerta, y masajeando su frente con su mano. Intentando así, alejar su cabeza de los pensamientos de la castaña, pero no podía, allí estaba, aferrado a ver todo lo que ella recordara sobre el imbécil —¿En un auto?— preguntó conmocionado. —¿Siquiera eras legal?

Danna sonrió levemente mientras se giraba hacia él. —No verías nada si no fueras un chismoso

—¡No puedo evitarlo todo el tiempo!

—Entonces superalo. Tengo muchos pensamientos sucios a la vez. Y en cuestión de edad, creo que me daría más asco preguntarte la tuya, me habría acostado con un viejo —dejo escapar de entre sus labios. Danna tomo su celular de su bolsillo trasero y abrió la cámara, para ponerlo frente a Edward y tomar una foto.

—¿Y eso? —cuestiono el hombre.

Danna miro la foto sorprendida, sin duda podían salir en ellas. Ignoro la pregunta del hombre y salió del baño para comenzar a caminar hacia la habitación que sería suya por una noche. —Danna...—le llamo el mayor.

—¡Buenas noches, Edward!— deseo con burla antes de cerrar la puerta de la habitación. Sabía que Edward seguiría pendiente a sus pensamientos durante toda la noche, y que mejor forma de irse a dormir pensando en las escenas candentes que habían tenido juntos. Porque si, aunque a Danna le molestase un mundo admitirlo, Edward Cullen había sido, por lejos, el mejor sexo de su vida.





BREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | EDWARD CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora