Capítulo 44

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CUÁNDO DANNA DESCENDIÓ DEL VOLVO DE EDWARD, la música le envolvió los oídos. La gran casa de los Cullen estaba adornada con una cantidad excesiva de luces, y parecía a punto de estallar de adolescentes recién graduados. Elevó una ceja cuando su novio se puso a su lado y tuvo que subir levemente la cabeza para mirarle. —¿Alice?

Edward asintió como si fuera obvio, su cabello cobrizo se movió con una gracia poca veces vista antes _Ella siempre hace lo que quiere— respondió con diversión. 

La castaña negó con una sonrisa. —Pensé que solo era una broma— murmuro. Alice le había dicho que quería hacer una fiesta como festejo de graduación pero jamás pensó que realmente iba a llenar un nido de vampiros con adolescentes hormonales de entre dieciocho y diecinueve años. Se encogió de hombros ligeramente luego de unos segundos. —Bueno, ¿vamos?— tendió su mano en dirección a él. —¿O que, no sabes bailar? 

—¿La música de ahora?— contraatacó. —No. Igual bailar nunca fue mi fuerte. — se quejo. Danna negó antes de tironear de el para dejarles frente a frente. 

Sintió como su corazón latía con más fuerza pero evitó pensar en ello, sabía que Edward podía sentirlo con más facilidad y aquello ya era lo suficientemente vergonzoso. Otra desventaja de salir con un tipo de cientos de años que drena sangre, pensó. Realmente no podía ocultarle ninguna reacción física al hombre que provocaba demasiadas. Ambos se observaron en silencio. —Gracias_ susurró ella de una forma íntima. Cullen sonrió genuinamente. —Por lo de hoy, siento que sola no habría podido hacerlo. — los largos y fríos dedos de el sostuvieron con delicadeza su rostro para plantarle un apasionado beso. 

Danna sentía que el vampiro podría ponerla de rodillas con una sola mirada si así lo quisiera. 

Ambos juntaron sus frentes y disfrutaron de la compañía. —No tienes que agradecerme, cariño— respondió. Danna sintió las malditas mariposas revolotear en su estómago. Aquella le parecía la metáfora más estúpida para describir un enamoramiento pero en aquel momento era la más acertada. —Me alegra muchísimo que hayas podido verlo, y además que fuera un reunión tranquila...— la castaña le miro y el vampiro limpio una lágrima solitaria que recorría la mejilla de su novia. 

Danna sacudió la cabeza antes de plantarle un beso corto y separarse unos pasos hacia atrás —Bueno, basta de sentimentalismo, ¡es hora de beber y festejar con un beso de a tres!— victoreo. Edward rio mientras la observaba correr hacía el interior de la casa pero cuando fue consciente de lo que dijo su ceño se frunció. 

—¿Beso de a que...?— se pregunto a sí mismo. —¡Danna!

Pesé a que Danna ingresó emocionada, en el interior de la casa parecía llevarse a cabo un velorio. La música estaba al igual que las bebidas, pero todos se hallaban dispersos en los típicos grupos de estudiantes diferenciados por estilos y estatus. Lanzó un quejido al aire antes de ver a Alice en su radar. —¡Hey, realmente la hiciste!— exclamó refiriéndose a la fiesta antes de acercarse a ella y compartir un abrazo. 

—Hey, si bueno, aunque no se ven muy animados— lanzó una mirada a traves de la sala. Danna hizo una mueca de diversión. 

—Yo puedo arreglar eso, ¿me das permiso?

Alice sonrió antes de dejarle paso por la escalera —Mi casa, tú casa— señalo. 

Danna no dudó en moverse hacía el gran estéreo que reproducía la música y puso Single Ladies de Beyonce, notó como el ambiente cambiaba de  a poco. —¡Vamos!— comenzó a agitar a la multitud mientras recorría la sala uniendo a los grupos separados. —¿No se saben el baile?— preguntó mientras observaba a los invitados y bailaba para incentivarles. —¡Jess, sé que tú la sabes!— exclamó. La joven sonrió cohibida pero no dudo en comenzar a bailar, la mayoría le siguió. 

BREAK UP WITH YOUR GIRLFRIEND | EDWARD CULLENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora