Capítulo 21

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— Eva — oigo que me llama Hugo por varias veces.

— Mhm... — respondo dormida.

— Son las 8 ya, ¿no tenías clase a las 9? — y abro los ojos cómo platos al escucharle decir eso.

— Mierda — me levanto rápido de la cama para ponerme la ropa y salir corriendo hacía mi casa.

— ¡Eva, espera! — dice antes de que salga por la puerta y me giro para mirarle — te puedo llevar en coche si quieres, que me pilla de camino — sonrío.

— Vale, pero date prisa — se ríe.

No tarda mucho en prepararse y salimos de su casa en busca de su coche para ir hacía la mía. Me siento de copiloto y le voy diciendo por dónde tiene que ir. Llegamos en menos de diez minutos y sube conmigo hasta arriba. Nos encontramos con Flavio desayunando en la cocina y nos saluda sonriendo.

— Buenos días parejita — ruedo los ojos.

— Fla, este idiota y yo no somos nada — se ríe.

— Ouch — dice Hugo con la mano en su corazón fingiendo estar herido por lo que acabo de decir y niego riendo dirigiéndome hacía mi habitación.

Después de darme una ducha rápida, cambiarme de ropa y coger mis cosas de clase, vuelvo para la cocina donde están ellos dos hablando de tonterías.

— Ya estoy — me sonríen.

— Bueno tío, pues nos vemos a la tarde — se despide Hugo de Flavio con un pequeño abrazo.

Me acerco hasta Flavio para darle un abrazo y un beso en la mejilla antes de salir con Hugo de casa. Nos subimos al coche y cómo no me ha dado tiempo a maquillarme, me maquillo por el camino.

— ¿Qué estudias por cierto?

— Cine — aparta un momento sus ojos de la carretera para mirarme con cara de sorpresa.

— ¿Cine? Ostia illaa qué guapo, ¿no? — me río.

— Sí, está muy guay — me sonríe.

— ¿Pero para ser actriz, o directora y esas cosas?

— No sé, me gustaría hacer de todo. Pero la carrera por ahora se centra más en escribir guiones y así, no tanto en la parte de interpretación — asiente.

— Entonces, ¿escribes guiones?

— Sí, bueno, o eso intento por lo menos — se ríe — desde pequeña siempre me ha gustado inventarme mis propias historias, sobre todo las de miedo

— ¿De miedo? — me pregunta sorprendido.

— Sí, me encantan las pelis de terror — se ríe.

— La verdad es que te pegan bastante sí...

— ¿Qué insinúas con eso? — le pregunto confundida mientras pinto mis labios de rojo.

— Pues que das miedo — ruedo los ojos.

— Idiota — se ríe y pone una de sus manos sobre mi pierna mientras que con la otra sigue conduciendo.

— Qué es broma tonta, molas mucho — me río.

— Gracias, supongo — se ríe.

— Es verdad, eres una chica...peculiar — me río.

— Ósea que me estás llamando rara — se ríe.

— Un poco, pero no cómo algo malo, sino cómo todo lo contrario. Tú ya me entiendes... — me río.

— Sí, ya te entiendo — me sonríe.

Y nos quedamos en silencio el resto del camino. Llego justo a tiempo para entrar en clase. Le he mandado un mensaje a Anne para que me espere.

— Pues ya hemos llegado, 10€ por el viaje señorita — me dice bromeando extendiendo su mano.

— Sí hombre — le digo con sarcasmo y se ríe.

— Bueno, venga, te lo dejo gratis — me río.

— Gracias por traerme Hugo — me sonríe.

— De nada. Y por cierto Eva, estás muy guapa — le sonrío poniéndome roja y nos quedamos mirándonos hasta que me llega un mensaje de Anne salvándome de este momento incómodo.

— Bueno, adiós — cojo mi bolso y salgo rápido de su coche dirigiéndome hacía la entrada de la uni.

— ¿Con que te ha traído en su coche eh? — me dice Anne sonriendo al encontrarnos y ruedo los ojos.

— No empieces tú también por favor — se ríe.

Tú lo haces fácil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora