Capítulo 7

811 32 0
                                    

Entramos en la discoteca y coge mi mano para guiarme entre la multitud hasta la pista.

Una vez allí, suelta mi mano alejándose un poco.

— ¿Quieres que te pida algo? — me pregunta gritando para que pueda oírle y niego sonriendo.

— No, gracias. Ya he bebido suficiente por esta noche — le respondo gritando también y se ríe.

— Vale, pues entonces a bailar illaa — me río.

Empezamos a bailar, saltar y a movernos al ritmo de la música con una distancia prudente entre nosotros. Según van pasando las canciones, cada vez vamos acercándonos más. Los empujones por parte de la gente de nuestro alrededor ayudan a que eso pase. Están poniendo canciones antiguas de reggaeton que me recuerdan a mi época de choni, y no puedo estar pasándomelo mejor.

— Temassoo locaaa — grita sonriendo cuando empieza a sonar la canción Criminal y me río.

Me agarra de la cintura pegándome a él y empezamos a mover nuestras caderas en sincronía. Entre nuestros cuerpos no existe espacio alguno.

Me mira fijamente a los ojos con una mirada penetrante mandándome escalofríos por todo el cuerpo. Sus manos se cuelan por debajo de mi chaqueta acariciando la piel desnuda que no está cubierta por el top, acercándome aún más a él.

Yo llevo mis manos a su cuello acariciando esos tatuajes que me están poniendo muy cachonda. Y al parecer él también está igual que yo porque noto su erección por debajo de su pantalón rozándome.

Su mirada llena de deseo pasa de mis ojos a mis labios y me los muerdo inconscientemente.

No sé cómo ni quién de los dos da el primer paso, pero nuestras bocas terminan por romper la mínima distancia que había entre nosotros, uniendo nuestros labios con agresividad. Paso mis brazos alrededor de su cuello dejando un espacio inexistente entre nosotros mientras sus manos recorren todo mi cuerpo. Su lengua se abre paso dentro de mi boca, la cual acepto enseguida, explorando cada milímetro. Una de sus manos se desliza hasta mi culo agarrándolo con fuerza haciendo que ahogue un gemido en su boca.

Y noto su sonrisa encima de mis labios.

Nuestras lenguas siguen chocándose en una lucha desenfrenada. Subo mis manos hasta su pelo tirando fuerte de él y suelta un gruñido.

Me aprieta más fuerte contra su cuerpo haciendo que nuestras caderas se rocen y se me escape otro gemido al volver a sentir su erección.

Menos mal que la música está a tope.

Sus labios bajan hasta mi cuello, mi punto débil. Se toma su tiempo en besar, lamer y mordisquear toda la zona. Dios mío, cómo me está poniendo...

Pero estamos en medio de una discoteca.

Le aparto por un momento para coger algo de aire. Él también intenta recuperar la respiración antes de coger mi mano y llevarme hasta el baño.

Allí me aprisiona contra la pared y vuelve a atacar mi cuello quitando mi chaqueta y el top que sobraban hace mucho tiempo. Yo hago lo mismo dejando su torso completamente al descubierto, el cual no tardo mucho en explorar con mis manos.

— Te follaría aquí mismo, pero no tengo condones — dice en un susurro mientras sigue dejando besos húmedos por mi cuello bajando hasta mis pechos.

— ¿Y en tu casa? — le pregunto con una sonrisa llena de picardía y sus ojos verdes se oscurecen.

Tú lo haces fácil Donde viven las historias. Descúbrelo ahora