Capítulo 45

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Por fin han llegado las vacaciones de Navidad. Hace unos días que me dieron las notas de los exámenes y estoy súper feliz porque he conseguido aprobar todo. Tengo muchas ganas de volver a Galicia para ver a mi familia a la que tanto echo de menos. Lo malo es que durante esas tres semanas que pasaré allí, no podré ver a Flavio, Sam y Hugo.

Hugo se ha ofrecido a ayudarme con las maletas, pero en vez de eso, está tirado en mi cama.

— Si no vas a hacer nada, vete — suspira.

— Acabamos de comer Eva, relájate un poco. Todavía tenemos toda la tarde para hacerlas...

— Pues no me da la gana de relajarme, quiero terminar con esto ya — le contesto enfadada.

— Vale vale eh, cómo está hoy la niña... — se levanta de la cama acercándose a mí para darme un abrazo, pero le aparto — venga Eva, no me digas que te vas a ir de aquí enfadada conmigo — suspiro.

— No me enfado Hugo, solo que odio tener que hacer las maletas y las despedidas... — me abraza.

— Te entiendo enana, yo también las odio. Pero cómo es lo que hay, vamos a intentar llevarlo lo mejor posible, ¿no? — asiento entre sus brazos.

— Lo siento por ponerme así — acaricia mi pelo mientras deja pequeños besos sobre mi cabeza.

— No pasa nada cariño, yo también reconozco que a veces soy un poco vago para estas cosas — me río.

— ¿Un poco solo? — le pregunto sonriendo.

— ¡Oye! Tampoco te pases eh — nos reímos.

— Te quiero Huguii

— Y yo a ti — nos sonreímos y nos besamos.

— ¿Sabes qué? Tienes razón, no hay prisa — le digo sonriendo volviendo a besarle con más fuerza. Me impulsa hacía arriba agarrando mi culo para que enrolle mis piernas alrededor de su cintura y me lleva hasta mi cama colocándose encima mío. Sus labios hacen el recorrido de besos hasta mis pechos deshaciéndose rápido de la ropa que se interpone entre nosotros quedándonos completamente desnudos. Me mira a los ojos con una sonrisa pícara antes de hundir su cabeza entre mis piernas. Me aferro a su espalda mientras su lengua sigue explorándome — no estoy para juegos Hugo, fóllame ya — le pido entre gemidos y no tarda en obedecerme adentrándose en mi interior con varias embestidas llegando los dos a la vez al éxtasis. Y pasamos el resto de la tarde entre las sábanas.

*A la mañana siguiente*

Me acabo de despedir de Sam, Flavio y sus padres. Ya sé que solo van a ser tres semanas, pero les voy a echar un montón de menos. Hugo me ha traído hasta el aeropuerto en coche y no me despego de él.

— Vente conmigo a Galicia porfa — se ríe.

— Ojalá pudiera, pero tengo que quedarme aquí trabajando en el estudio. Y después, ir a Córdoba a pasar los últimos días del año con mi familia

— Lo sé, tranquilo — me acaricia la espalda.

— Eso sí, te llamaré siempre que pueda — me río.

— Hombre, eso espero, que no te olvides de mí — pasa un mechón de mi pelo por detrás de mi oreja.

— Aunque lo intentase, no podría olvidarte nunca Eva — nos sonreímos y nos damos un dulce beso.

Anuncian mi vuelo y me aferro más fuerte a él.

— No quierooo — digo con voz de bebé y se ríe.

— Venga pequeña, vamos para allí — suspiro triste y nos dirigimos hacía la zona de embarque.

Cuando ya me tengo que despedir de él, no puedo evitar ponerme a llorar e intenta tranquilizarme.

— No me hagas llorar a mí también eh — dice bromeando haciéndome reír entre lágrimas.

— Te voy a echar muchísimo de menos Hu

— Y yo a ti cariño, te quiero mucho — nos besamos.

Después de besarnos y abrazarnos por unas cuantas veces más, me separo de él para coger mis maletas y subirme al avión rumbo a mi tierra.

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